Captagon ayudó a sostener el régimen sirio y alimentó la guerra y la adicción en toda la región.
Por Sune Engel Rasmussen / The Wall Street Journal
La caída del régimen sirio de Bashar al Assad derribó la red de tráfico de drogas más rentable de Medio Oriente y expuso el papel del antiguo régimen en la fabricación y el tráfico de píldoras que alimentaron la guerra y las crisis sociales en toda la región.
Captagon, una droga similar a la metanfetamina que se produce desde hace años en laboratorios sirios, ayudó al régimen de Assad a amasar una enorme riqueza y a compensar el impacto de las severas sanciones internacionales, al tiempo que permitió que aliados como la milicia libanesa Hezbolá se beneficiaran de su comercio.
Días después de derrocar a Assad en una ofensiva relámpago la semana pasada, los rebeldes hicieron circular vídeos de instalaciones de fabricación y tráfico a escala industrial dentro de bases aéreas del gobierno y otros sitios afiliados a ex altos funcionarios del régimen.
Entre los lugares donde los rebeldes descubrieron las supuestas fábricas y almacenes de captagon se encuentran la base aérea Mazzeh en Damasco, una empresa de venta de coches en Latakia, la ciudad natal de la familia Assad, y una antigua fábrica de patatas fritas en Douma, cerca de la capital, que se cree está afiliada al hermano del ex presidente. Las imágenes de los rebeldes y de los periodistas que filmaron los lugares por invitación de ellos, entre ellos Reuters y el Canal 4 de noticias británico, mostraron miles de píldoras de captagon escondidas en frutas falsas, mosaicos de cerámica y equipos eléctricos. Han dicho que destruyeron al menos una parte del captagon almacenado.
Utilizado por todos, desde taxistas y estudiantes que trabajan hasta altas horas de la noche hasta milicianos que buscan coraje, el captagon producido en Siria ayudó a impulsar la demanda de drogas en todo Medio Oriente, especialmente en Arabia Saudita, y se convirtió en una fuente de tensión internacional entre Siria y sus vecinos.
Las revelaciones aportan pruebas de lo que se venía afirmando desde hacía tiempo: que el régimen de Asad era la fuerza impulsora del comercio mundial de captagon, que en los últimos años se ha convertido en la droga preferida en todo Oriente Medio y que, según se calcula, valía 10.000 millones de dólares anuales. Asad utilizaba los fondos para mantener su poder y recompensar a sus partidarios.
Los combatientes rebeldes sirios inspeccionaron el jueves los componentes de almacenamiento eléctrico que supuestamente se utilizan para ocultar pastillas de Captagon en un almacén de Duma. Foto: aris messinis/Agence France-Presse/Getty Images
“Esto demuestra absolutamente que el régimen participó sistemáticamente en la producción y el tráfico de captagon”, dijo Caroline Rose, experta en el comercio de captagon del New Lines Institute, un centro de estudios de Washington. “Pudieron hacer que estas instalaciones fueran tan grandes como quisieron y que funcionaran sin problemas”.
Si bien se sabe desde hace tiempo que el captagon se produce en laboratorios más pequeños en toda Siria (a pesar de las negaciones sirias), el tamaño y la escala de las instalaciones recientemente reveladas muestran la asombrosa magnitud del comercio en todos los niveles del régimen.
“Se puede imaginar la mano de obra y los recursos que se requirieron. Esto demuestra la gran inversión en este comercio ilícito”, dijo Rose. “Penetró en muchos elementos del régimen: su aparato político, sus redes clientelares, el aparato de seguridad”.
Captagon era la marca de un fármaco fabricado originalmente en Alemania en la década de 1960 para tratar afecciones como la narcolepsia y el trastorno por déficit de atención. Después de que se prohibiera en la mayoría de los países por ser demasiado adictivo, los grupos criminales trasladaron la producción del fármaco al Líbano y luego a Siria después de que estallara la guerra civil en 2011. La mayor parte del captagon del mundo se ha producido allí en los últimos años.
Según el New Lines Institute, el régimen de Assad se quedó con unos 2.500 millones de dólares del comercio anual mundial de captagon. Foto: Hussein Malla/Associated Press
Aunque medir el tamaño de las economías ilícitas de las drogas es inherentemente complicado, el New Lines Institute estima el tamaño del comercio anual de captagon en alrededor de 10 mil millones de dólares (casi lo mismo que el mercado europeo de cocaína), y el régimen de Assad obtiene unos 2.500 millones de dólares.
Según funcionarios estadounidenses, europeos y árabes, la Cuarta División Blindada del ejército sirio, comandada por el hermano del presidente Maher al-Assad, supervisaba la mayor parte de la producción y distribución de captagon. En octubre, el Tesoro de Estados Unidos sancionó a tres personas por su participación en la producción y el tráfico ilegal de captagon en beneficio del régimen de Assad. Uno de los hombres sancionados era dueño de una fábrica en Siria que supuestamente servía como empresa fachada y enviaba pastillas por valor de más de 1.500 millones de dólares a Europa ocultas en rollos de papel industrial.
Una fábrica de Captagon en una lujosa villa de Damasco. Foto: Chris McGrath/Getty Images
Hayat Tahrir al-Sham, el grupo rebelde islamista que lideró la ofensiva relámpago que derrocó a Asad, ha atacado el comercio de captagon como un ejemplo de la corrupción moral y financiera del antiguo régimen. En un discurso de victoria en la mezquita de los Omeyas de Damasco el viernes, el líder de HTS, Abu Mohammed al-Jawlani, dijo que Asad había convertido a Siria en «la mayor fábrica de captagon del mundo. Hoy, Siria está siendo limpiada, gracias a la gracia de Dios Todopoderoso».
El desmantelamiento del imperio del captagon de Assad también pondrá a prueba los recursos de Hezbolá, que según funcionarios de seguridad estadounidenses y árabes facilitó el tráfico en áreas bajo su control y aseguró las casas de los traficantes de drogas en el sur de Siria.
Las actividades económicas en Siria, como los impuestos y el contrabando, incluido el de captagon, ayudaron a Hezbolá a desviar el daño de las sanciones internacionales (que también afectan a su patrocinador, Irán) y a volverse más autosuficiente financieramente.
“Captagon permitió a Hezbolá diversificar sus fuentes de ingresos”, afirma Joseph Daher, profesor visitante en la Universidad de Lausana y autor de un libro sobre la economía política de Hezbolá.
Es poco probable que la erradicación del tráfico de captagon reduzca el creciente apetito por las drogas en Oriente Medio. Foto: Chris McGrath/Getty Images
No se sabe cuánto dinero gana Hezbolá con el tráfico de captagon, pero el grupo ya está bajo una fuerte presión financiera tras una devastadora campaña militar israelí contra su bastión en el sur del Líbano, que arrasó con pueblos a lo largo de la frontera. El ejército israelí afirma que su campaña, que comenzó en octubre del año pasado y duró meses, mató a unos 3.500 agentes de Hezbolá e hirió al doble de esa cifra, hasta el punto de que no pueden luchar.
Hezbolá, que es a la vez una milicia y un partido político legal en el Líbano, obtiene gran parte de su apoyo de su capacidad para proporcionar servicios sociales y bienestar a sus electores, y está bajo presión para compensar a sus leales por las propiedades y los familiares perdidos en los recientes combates.
“Es muy probable que Hezbolá sea el mayor empleador del Líbano después del Estado”, afirmó Daher, quien calculó que el grupo paga salarios directos y distintas formas de prestaciones a unas 100.000 personas y proporciona diversos tipos de servicios sociales a varios cientos de miles. “Las diversas fuentes de ingresos sirven para mantener su hegemonía sobre amplios sectores de la población chií del país”.
Según los expertos, es poco probable que la erradicación del tráfico de captagon reduzca el creciente apetito por las drogas en Oriente Medio. La producción a escala industrial en Siria ha aumentado la demanda de captagon desde finales de la década de 2010, que seguirá siendo alta, afirmó Rose.
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Si el golpe a la producción de captagon en Siria conduce a una escasez permanente de suministro, los consumidores de drogas probablemente pagarán más por el captagon o recurrirán a otros estimulantes más peligrosos que están aumentando en la región, como la metanfetamina cristalina, dijo.
Los delincuentes en los distintos niveles de la cadena también podrían simplemente trasladar sus operaciones a otros países, en particular a Irak, que según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito se ha convertido en un “conducto crítico” para el tráfico de captagon.
A finales de 2023, las autoridades iraquíes incautaron 30 veces más captagon que en 2019, con más de 4,1 toneladas de tabletas confiscadas solo en 2023, dijo la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en un informe a principios de este año.
“Irak corre el riesgo de convertirse en un nodo cada vez más importante en el ecosistema del narcotráfico que abarca el Cercano y Medio Oriente”, afirmó la agencia.
El captagon ha sido introducido de contrabando a través de Jordania hacia el Golfo. También ha sido enviado a través del Líbano hacia el sur de Europa, que ha sido durante mucho tiempo un centro de transbordo para el captagon destinado a la península Arábiga. Entre las grandes incautaciones en el sur de Europa, la policía italiana confiscó en 2020 tabletas de captagon por valor de 1.000 millones de dólares. Las autoridades holandesas y alemanas también han desmantelado laboratorios de captagon en sus propios países.
“En última instancia, cuando observamos a algunos de estos actores criminales, ya han comenzado a diversificarse”, dijo Rose.
Escriba a Sune Engel Rasmussen a sune.rasmussen@wsj.com
Fuente: https://www.wsj.com/world/middle-east/syria-assad-captagon-drug-trade-a8b30615?mod=hp_lead_pos8