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La BBC rescata las emisiones al estilo de la Segunda Guerra Mundial para burlar la censura de Rusia | El Mundo

Las noticias de la cadena británica podrán ser captadas por radios portátiles en Kiev y Moscú. Mientras, Putin emprende una campaña de intimidación contra los medios independientes

El editor de la radio Eco de Moscú, cuyo cierre ha decretado Putin. SERGEI CHIRIKOV EFE

CARLOS FRESNADA / Londres / EL MUNDO

En la era de los teléfonos móviles y las redes sociales, la BBC ha decidido desafiar aVladimir Putin desempolvando un arma de la Segunda Guerra Mundial: sus legendarias emisiones en «onda corta». Al tiempo que Rusia censuraba a sus ciudadanos el acceso a su portal de internet, la BBC respondía con el uso de radiofrecuencias que pueden recorrer largas distancias y ser captadas a la vieja usanza por radios portátiles (tanto en Kiev como en Moscú).

«A menudo se dice que la verdad es la primera víctima de una guerra», recalcaba el director general de la BBC, Tim Davie, en un breve comunicado. «En un conflicto donde abundan la desinformación y la propaganda, hay una clara necesidad de informaciones factuales y noticias independientes en las que la gente pueda creer».

La cadena pública británica ha sido acusada por Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, de «terrorismo informativo sin precedentes» y de «crear histeria alrededor de lo que está ocurriendo en Ucrania». «La BBC está jugando un papel determinante a la hora subvertir la estabilidad y la seguridad de Rusia», concluyó Zakharova.

Simultáneamente, el Parlamento ruso aprobó el viernes una ley con penas de hasta 15 años de cárcel por la difusión de «fake news» relacionadas con la «operación especial» en Ucrania (prohibido llamarlo «guerra», o publicar informaciones sobre bajas rusas que no sean «verificadas»).

«Las noticias falsas desmoralizan nuestra sociedad y horadan la fe en nuestro ejército y en nuestros servicios de seguridad», declaró el diputado Vasily Piskarev, estrecho aliado de Putin. «La misión del ejército ruso es mantener la paz en Ucrania y la desinformación está siendo propagada por los portales de la oposición y por las redes sociales».

A última hora de este viernes, la BBC dio un paso más al «suspender temporalmente» la labor informativa de sus periodistas en Rusia, por considerar que la ley aprobada por el Parlamento «equivale a la criminalización del periodismo independiente».

INTIMIDACIÓN A LOS MEDIOS INDEPENDIENTES RUSOS

Tras varios días en el limbo informativo, Putin ha iniciado una campaña de intimidación contra los pocos medios independientes que aún quedan en Rusia, apoyado en el todopoderoso Roskomnadzor, el organismo regulador (y censor) de la información en un país con tintes cada vez más orwellianos.

En los primeros días del conflicto, Roskomnadzor acusó directamente a diez medios de propagar «información falsa» sobre la situación en Ucrania. El uso de palabras como «ataque», «invasión» o «declaración de guerra» se considera como «fake news».

El «cerrojazo» de los medios empezó el martes con el cierre la emisora de radio Eco de Moscú, por difundir «información deliberadamente falsa sobre la acciones de la fuerzas rusas» en Ucrania. «Hay un sentimiento antiguerra muy fuerte en el país«, proclamó el legendario director de la emisora Aleksei A. Venediktov. «La guerra no es la victoria sino el horror, la tragedia y la pérdida en vidas en todas las familias».

Casi al mismo tiempo se decretó el cierre del canal TV Rain, por más que su director Tikhon Dzyadko aseguró que no han violado la ley y que siempre se han referido en sus emisiones a la «operación especial» («aunque sepamos que son acciones militares y que estamos en guerra»).

«Todo lo que no es propaganda está siendo eliminado«, declaró al New York TimesDimitri Muratov, el director de Novaya Gazeta, galardonado con el Nobel de la Paz en el 2021 por su contribución a la libertad de prensa (siete periodistas de la publicación han muerto por sus investigaciones). Muratov, que editó la revista en ruso y ucraniano el día después de la invasión, teme que los días de su publicación estén contados, pese al respaldo que está recibiendo estos días de la comunidad internacional.

Otra cabecera amenazada es Meduza, que se ha convertido en una de las plataformas más visitadas desde que arrancó la guerra (con tres millones de lectores diarios). «Estamos avanzando peligrosamente hacia el modelo turco», ha advertido Alexei Kovalev, director de investigaciones de Meduza. «Me temo que todos los medios independientes van a ser cerrados en cuestión de días o semanas«.

Además, el regulador ruso de las comunicaciones decidió este viernes bloquear el acceso en Rusia a la red social Facebook en respuesta a la «censura» de cuentas de medios rusos en medio de la ofensiva militar del Kremlin en Ucrania.

ÉXODO RUSO

A pie de calle, el mayor temor es que Vladimir Putin acabe decretando la ley marcial. «La proclamación de la ley marcial es un escenario lógico porque permitiría introducir la censura militar e incrementar el secretismo de las actividades del Estado», advirtió la analista Tatiana Stanovaya, fundadora de R.Politik.

Ante la posibilidad de que se vuelvan cerrar las fronteras como en la era de la Unión Soviética, se está produciendo un éxodo creciente de ciudadanos rusos con destino a los pocos destinos europeos a los que se pueden viajar aún sin visado, como Georgia, Armenia o Kazajistán. Serbia y Turquía están siendo también elegidas como vía de salida del país.

«Este éxodo va a suponer la degradación del país», advierte Andrei Kolesnikov, analista del Carnergie Endowment. «Hay mucha gente joven y cualificada que empieza a pensar que no hay futuro para ellos en Rusia. Si se consuma la fuga de talentos, Rusia no se puede desarrollar».

La presencia policial es cada vez mayor en las calles de Moscú, San Petersburgo y las grandes ciudades, donde se han producido cerca de un centenar de manifestaciones y actos de protesta desde que arrancó la guerra, con un balance de más de 7.500 detenidos.

El celo policial ha llegado a tal punto que cinco niños de 7 a 11 años fueron detenidos esta semana por dejar flores en la embajada ucraniana en Moscú y exhibir un cartel de «No a la guerra» junto a sus madres, Ekaterina Zavizion y Olga Alter. Los niños fueron puestos en libertad a las pocas horas, pero las madres fueron apercibidas de que podían perder su custodia, según reveló en Facebook la antropóloga Alexandra Arkhipova: «Me cuesta admitir en mi cabeza lo que he visto».

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2022/03/05/62224175e4d4d8153c8b45ac.html

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