Ciudad Juárez, ubicada en la frontera de México, es un punto de encuentro para miles de migrantes hispanos en busca del “sueño americano”. Marcos Alejandro García de Venezuela es uno de ellos, padece una enfermedad degenerativa y naufragó en su camino hacia el norte. Su historia se entrelaza entre la esperanza y la tragedia mientras aguarda una oportunidad para ingresar legalmente a Estados Unidos.
CARLOS ARTURO ALBINO / UNIVISIÓN
CIUDAD JUÁREZ, México. En la frontera entre Estados Unidos y México, la ciudad de El Paso, Texas, se ha convertido en testigo de tragedias y esperanzas. Con hasta 39 muertes de migrantes registradas cada año, muchos optan por esperar al otro lado, en Ciudad Juárez, buscando alternativas, así es el caso de Marcos Alejandro García, un migrante venezolano que sufre una grave enfermedad y naufragó en parte de su travesía.
Para muchos migrantes, esta ciudad se convierte en la última estación de su arduo viaje hacia Estados Unidos. En las calles de Juárez, se aglomeran miles de migrantes de Sur y Centroamérica, muchos de ellos con un objetivo en mente: Obtener una cita para la aplicación de CBP One.
Una herramienta migratoria que les brinda la oportunidad de cruzar el Río Bravo con los papeles en regla, evitando así los peligros de la travesía ilegal.
Entre los inmigrantes que están en esa lista de espera de CBP One está Marcos Alejandro García. Migrante venezolano, que tiene 35 años y mide tan solo unos 3 pies de alto, padece de osteogénesis imperfecta, comúnmente conocida como «huesos de cristal».
Es un trastorno genético que impide que el cuerpo produzca huesos fuertes: Las personas que lo padecen son más propensas a sufrir graves fracturas.
Conmovido narra parte de su odisea en el mar, donde sobrevivió a un naufragio en su camino hacia Estados Unidos.
Marco Alejandro, de 35 años, padece de osteogénesis imperfecta, conocida como “huesos de cristal”. Crédito: Carlos Arturo Albino
“Yo duré 11 horas en el mar”: Marcos Alejandro García, sobreviviente de un naufragio rumbo a Estados Unidos
Su condición médica, que lo hace vulnerable, lo impulsa a buscar una entrada legal y segura al país. «Yo duré 11 horas en el mar, nos hundimos, yo soy uno de los sobrevivientes», relata Marcos Alejandro, confesando una parte de todo lo que tuvo que pasar.
“Dios me dejó vivir, luego de que me caí de la lancha”, el viaje de Marco Alejandro incluía un tramo entre la Isla de San Andrés, en Colombia, y Nicaragua, y así evitar cruzar la Selva Darién, considerada una de las áreas más hostiles, entre naturaleza y grupos criminales, en el mundo entero.
El venezolano agrega sobre ese día que “venían olas tras olas, nos caían enciman, y nos hundían. Hasta había remolinos, y si Dios me permitió sobrevivir a eso, me va a dejar pasar la frontera en cualquier momento”.
Entre lágrimas, comparte un video en el que se observa cómo lo rescatan del mar, mientras reposa sobre una camilla, prácticamente inconsciente. Grupos de rescate sacan a otras personas del agua, incluidos niños.
Marcos Alejandro García comparte un video que revela el momento exacto en que fue rescatado, tras naufragar por horas luego de que las olas afectaron la embarcación que lo llevaría hasta Nicaragua. Crédito: Marcos Alejandro García
Entre la esperanza y la desesperación: Marcos Alejandro espera una alternativa legal para seguir su viaje
«Me meto en la mañana, me meto en la tarde, me meto en la noche en la aplicación CBP One, ya esperé 14 días y nada. Aquí hay familias con seis o siete meses en las mismas que yo. Esto no se lo deseo a nadie, pensé que las cosas iban a ser diferentes», comenta Marcos Alejandro sobre su experiencia.
Sin embargo, el camino hacia Estados Unidos está plagado de desafíos. Las largas esperas para obtener una cita de CBP One y los riesgos mortales de cruzar ilegalmente el Río Bravo son solo algunos de los obstáculos que enfrentan estos migrantes.
“No todos los venezolanos somos malos, no todos venimos con una mala intención”, concluye Marcos Alejandro, la entrevista.
Una persona revisa su teléfono celular dentro de un albergue para migrantes en Ciudad Juárez, México, lunes 26 de junio de 2023. Crédito: AP Photo/Christian Chavez
Falta de recursos y albergues al límite: La situación al norte de México
En los refugios de Ciudad Juárez los migrantes se unen como una familia, compartiendo no solo techo y comida, sino también esperanza y fe.
«No solo consiguen aquí un techo y una comida, también se acercan a la fe. No importa la religión, su raza o su credo«, agrega el Pastor Juan Feierro García, encargado de un refugio de migrantes en la zona.
Los migrantes que llegan a Ciudad Juárez provienen de diversas partes del mundo, huyendo de la violencia, la pobreza y la persecución en sus países de origen, señalan las autoridades.
La situación es cada vez más difícil: Con alrededor de 8,000 migrantes buscando refugio y ayuda, los albergues están al límite de su capacidad.
Niños juegan dentro de un refugio para migrantes en Ciudad Juárez, México, el lunes 26 de junio de 2023. Crédito: AP Photo/Christian Chavez