Las grandes firmas reflexionan sobre la moda y reinventan el armario de la primavera
SANDRA ARBAT / París / LA VANGUARDIA
La flor de anturio es de un color rojo intenso, hermoso, como un objeto de diseño que perdura en la memoria de todo aquel que se preste a admirar su belleza. Es llamativa a la vez que delicada, icónica al mismo tiempo que revolucionaria. Partiendo de este imaginario, un genio joven y atrevido llamado J.W. Anderson materializó un nuevo mundo para Loewe en París, uno que se encuentra a medio camino entre la ficción y la realidad.
La casa de moda española florece al llegar la primavera con el mismo erotismo de una flor que abre sus pétalos uno a uno. Mirando hacia el futuro y desmontado todo lo arcaico y establecido por el sistema, Anderson presenta una nueva silueta para una mujer Loewe dispuesta a ser el centro de todas las miradas con el vaivén y ruido de sus tacones.
Loewe se desmarca con vestidos muy cortos, trajes pixelados y zapatos de aguja tridimensionales
Los vestidos para la próxima temporada primavera/verano 2023 son muy cortos y reducidos de forma considerable, ya sea en un metal esmaltado cubierto de un estampado floral o en un bordado intrincado y compacto. Mini vestidos de rayas de manga corta y falda voluminosa de tejido rudo se mezclan con otros confeccionados a base de telas suaves y sedosas que se deslizan por la piel.Lee también
Las chaquetas de cuero y de caza también se reducen casi a miniaturas, corroborando el reinado de la tendencia cropped como un hecho mucho más que fortuito. La normalidad de las camisetas, las camisas y los chinos se contorsiona, se acolcha, se alarga y se reproporciona. El proceso de drapeado detenido en su punto más álgido.
También hay espacio para el metaverso en la colección de Anderson. Una modelo desfila con una camiseta básica y unos pantalones beige pixelados. Realidad y ficción en un mismo escenario como anticipo de lo que está por venir -o lo que ya está presente-.
Desde que llegó a la casa Loewe en el 2013, el creativo irlandés ha puesto énfasis en el diseño de complementos y accesorios, creando auténticas obras de arte. En esta ocasión, el mundo de fantasía de Anderson se abre paso entre zapatos que revolotean en globos desinflados, tacones de aguja tridimensionales y grandes flores de anturio coronando stilettos de vértigo.
Otro nombre propio que ha brillado en esta Semana de la moda de París ha sido el del recién fallecido Virgil Abloh. El fundador de Off-White fue homenajeado una vez más en París, con un show que, tal y como estaba escrito en la invitación, “refleja y celebra los pilares que Virigil representaba: la unión, la bondad, la libertad de pensamiento y, en definitiva, lo que implica ser humano”.
En el universo de Off-White no hay espacio para lo cuotidiano, para lo mundano, solo existe la transgresión. Diferente pero funcional, una cualidad que le venía dada por su profesión de arquitecto. Mucho cuero y transparencias que bailan con la anatomía humana que se dibuja en grandes americanas y suéteres cortos. La primavera y el verano también se viste de flores, unas que adornan pechos y cabezas por igual.
Maria Grazia Chiuri, al igual que Anderson, se adentró en el mundo de la botánica para confeccionar un armario repleto de delicados vestidos florales de una de las figuras más revolucionarias y polémicas de Francia: Catalina de Médici. Una explosión de artesanía barroca cargada de historia reinterpretada en encaje, paja tejida y crochet. Con la mirada puesta en el futuro, pero partiendo del pasado, Dior impregnó esas piezas antiguas con elementos de una cierta deportividad, como sudaderas y abrigos confeccionados con tejidos técnicos.
Grazia además utilizó la colección, como es habitual en ella, para reflexionar y lanzar su tesis sobre el papel de la moda dentro del sistema de poder. “Mi idea de la moda es más sobre la libertad, pero históricamente la moda se trataba de expresar poder. Hay una generación joven que odia la moda porque cree que es un sistema de poder. A veces la gente cree que tiene poder por estar dentro de una marca o un grupo prestigioso. Yo no lo veo así. Lo veo como una oportunidad para crear cosas hermosas y apoyar la artesanía”, dijo la creativa a Vogue UK .
Una jornada más tarde, su compañero de profesión, Olivier Rousteing, invitaba a reflexionar sobre el cambio climático con una colección de Balmain en la que la icónica Cher fue indiscutiblemente la gran protagonista. “Todos hemos visto incendios por todo el mundo el año pasado. Volver con el desfile en septiembre pensando si nuestros pantalones deberían ser de cintura alta o baja, me pareció algo carente de importancia”.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/gente/20221001/8550277/flores-ciencia-ficcion-paris.html