A la vez que se independiza de López Obrador, la nueva presidenta mexicana se enfrenta a Donald Trump
Andy Robinson / La Vanguardia
Ciudad de México
Ella no tendrá luna de miel”, dijo un abogado de Monterrey durante un almuerzo de norteños de cabrito y huachinango a la sal en un restaurante de la gentrificada colonia Roma de Ciudad de México. “AMLO no la dejará”. Para muchos observadores, la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, arranca en el poder a la sombra del expresidente Andrés Manuel López Obrador –conocido como AMLO–, ya retirado en la finca La Chingada, en Tabasco, pero cuya voz aún se escucha en el palacio presidencial, junto al Zócalo de la capital. Aún más después del nombramiento del hijo del expresidente a la dirección del poderoso partido Morena.
Puede ser verdad. Pero si Sheinbaum –de 62 años, doctora en Ciencias Físicas y de largo recorrido en la izquierda mexicana– ha optado por el continuismo, parece ser un caso de: “Si no está roto, ¿por qué arreglarlo?”.
Trump amenaza con aranceles y con bombardear las instalaciones de los narcos en México
Durante sus dos primeros meses en el poder presidencial ha anunciado una batería de medidas, algunas asignaturas pendientes del sexenio anterior, otras de su propia cosecha. La valoración del arranque presidencial en las encuestas –con el 74% a favor, según el último sondeo– ya rebasa incluso a López Obrador.
“Ha disfrutado de esa popularidad hasta cierto punto heredada y ha sabido manejar sus espacios políticos y hacer cambios estructurales profundos en la parte institucional”, dijo un exdirector de una asociación empresarial.
La presidenta opta por el continuismo, parece ser un caso de “si no está roto, ¿por qué arreglarlo?”
Muy al estilo de Obrador, Sheinbaum ha recorrido el país para anunciar nuevas inversiones en infraestructura, aprovechando la red de organizaciones vecinales dominadas por el partido Morena, asambleas de barrio y movimientos sociales a lo ancho del país que forman la base de la llamada Cuarta Transformación.
Después del Tren Maya en el sureste y el eje transístmico de Tehuantepec, que unirá el Pacífico y el Golfo de México, se planifican ferrocarriles nuevos de Ciudad de México a Pachuca, Querétaro y, más adelante, en el norte, a San Luis Potosí y Monterrey, cerca de la frontera estadounidense. Terminarán nuevas carreteras a lo ancho del país, de Durango a Chiapas. Con el ejército y la Marina al mando de muchas de estas obras, la nueva presidenta –al igual que López Obrador– no parece estar preocupada en lo más mínimo por la criticada militarización del Estado.
Asimismo, Sheinbaum mantienen los programas sociales de López Obrador, las claves del éxito electoral de Morena. La nueva presidenta anunció más becas a jóvenes en el programa Construyendo el Futuro , así como subsidios y atención médica a mujeres mayores de 60 años. Aprovechando la amplia mayoría de Morena en el Congreso, pretende convertir estos, así como las subidas del salario mínimo, en un derecho constitucional. El derecho a la vivienda –con el plan de construir un millón de viviendas por un coste de casi 30.000 millones de euros– también.
Rompiendo tabúes
“El 70% de las armas ilegales decomisadas vienen de EE.UU.; ni producimos armas ni tomamos drogas sintéticas”
Sheinbaum mantiene la polémica reforma del sistema judicial mediante la sustitución de casi 2.000 jueces por otros que serán elegidos en voto directo el año que viene. Pero en la política antinarco se aleja de la conciliatoria estrategia de “abrazos y no balazos” respecto a los narcos de López Obrador, en cuyo sexenio se registraron casi 200.000 muertos violentos, cien diarios, un récord histórico. El nombramiento al puesto de secretario de Seguridad del exjefe de policía en Ciudad de México, Omar García Harfuch, superviviente de un atentado en el 2020, se considera una apuesta por una estrategia más agresiva en la lucha contra la delincuencia organizada.
Claudia Sheinbaum registra un índice de popularidad récord del 74% tras dos meses en la presidencia
Pero la luna de miel de Sheinbaum puede terminar rápidamente tras la toma de posesión de Donald Trump el próximo 20 de enero. El presidente electo estadounidense ha amenazado con aplicar megaaranceles del 25% a México, condicionados al cierre de la frontera tanto para la inmigración como el tráfico de drogas, sobre todo el fentanilo, la llamada droga de la desesperanza estadounidense, fabricada en parte en México.
El nombramiento de Peter Navarro como principal asesor comercial de la administración estadounidense indica que Trump incluso puede estar dispuesto a desmantelar el tratado de libre comercio con México y Canada –firmado en 1994 y renovado en 2018–, dijeron fuentes consultadas. México ya se prepara para reducir componentes chinos en sus exportaciones como una concesión.Lee también
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Asimismo, Trump exige medidas draconianas contra los cárteles de la droga y ha hablado públicamente de bombardear las fábricas de fentanilo en México. Mike Waltz, el nuevo asesor sobre seguridad nacional –un neoconservador de Florida–, ha esponsorizado un proyecto de ley que permitiría el uso de “drones, ciberguerra e inteligencia” para golpear a los narcos en México.
Por si esto fuera poco, la deportación masiva de inmigrantes indocumentados desde EE.UU., más de la mitad de ellos mexicanos, que Trump pretende autorizar, acabaría con cruciales flujos de remesas, más de 60.000 millones de dólares en el 2023. Constituyen la principal fuente de ingresos para unos 11 millones de mexicanos, muchos de ellos en estados pobres, como Zacatecas o Guerrero.
Parte de esto es una repetición de las amenazas dirigidas contra México antes de la primera toma de posesión de Trump en el 2016. Entonces, López Obrador optó por acceder –al menos en su discurso– a la mayoría de las exigencias en migración y delincuencia, con el fin de desarmar la amenaza de aranceles. Claudicó ante las presiones de Trump de forzar a los solicitantes de asilo político en EE.UU. a permanecer en México mientras se tramitaban sus casos.
Sheinbaum, que participó en protestas contra EE.UU. cuando vivió en California en los años noventa, ha empleado un tono más firme: “El 70% de las armas ilegales que se decomisan en México provienen de su país; nosotros no producimos armas ni consumimos drogas sintéticas”, afirmó en una carta abierta a Trump que leyó en voz alta en la conferencia de prensa matutina la semana pasada. “Eso sí, proporcionamos a quienes mueren a manos de los delincuentes”.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20241216/10203918/luna-miel-claudia-sheinbaum.html