El presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, ha descartado cualquier plan inmediato para investigar las acusaciones que rodean a Christian Horner, a pesar de admitir que la polémica en curso está «dañando» a la Fórmula 1.
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Christian Horner ha estado en el centro de una investigación de la empresa de bebidas energéticas Red Bull por las acusaciones de comportamiento inapropiado formuladas contra él por una empleada.
Tras una investigación de ocho semanas llevada a cabo por un abogado independiente, el miércoles por la noche se anunció que las denuncias contra Horner habían sido desestimadas al no existir pruebas de conducta inapropiada.
Sin embargo, el asunto dio un giro el fin de semana del Gran Premio de Bahréin, cuando se enviaron correos electrónicos anónimos a altos cargos de la F1, incluidos jefes de equipo, de la FIA y de la FOM, así como a los medios de comunicación, revelando un supuesto dossier de documentos en el centro del asunto.
Elementos de esos documentos, cuya veracidad no ha sido confirmada por Red Bull, se filtraron posteriormente y acapararon titulares en todo el mundo.
Se entiende que haya cierta preocupación tanto en la dirección de la F1 como en la FIA por el hecho de que la atención mundial sobre los acontecimientos de Horner ensombrezca el inicio de la temporada de grandes premios.
Estas preocupaciones han aumentado por el hecho de que las filtraciones anónimas apuntan a que hay partes centradas en avergonzar a Horner para obligarle a dimitir, una campaña que podría durar semanas.
Horner se reunió el viernes con Stefano Domenicali y Ben Sulayem antes de la sesión de clasificación en Bahréin, donde se cree que el trío habló de la situación y de los pasos a seguir.
Aunque no ha habido comentarios de ninguna de las partes sobre el resultado de esa reunión, un escenario que parece haber sido descartado es que la FIA se involucre de forma independiente para entender mejor la situación.
En declaraciones al Financial Times, Ben Sulayem consideró que sería un error por parte de la FIA «precipitarse» y actuar por su cuenta, pero aclaró que «estudiará cualquier queja que llegue a través de nuestro responsable de cumplimiento».
Christian Horner, director del equipo Red Bull Racing, y Mohammed bin Sulayem, presidente de la FIA, conversan en el pit lane.
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Sin embargo, a pesar de mantener el fuego en conseguir una mejor comprensión de lo que realmente ha sucedido entre bastidores en Red Bull, Ben Sulayem no tiene ninguna duda de que no es algo positivo para la F1 en este momento.
«Está dañando al deporte», añadió. «Es perjudicial a nivel humano».
«Es el comienzo de la temporada. La F1 se está haciendo muy popular. Tenemos que disfrutar del comienzo de la temporada. Fijémonos en la competición. ¿Por qué la ensombrecemos con negatividad?».
Red Bull no ha ofrecido transparencia sobre los resultados de su investigación sobre Horner, ni ha explicado por qué llegó a la conclusión de que las quejas contra él habían sido desestimadas.
Esto ha provocado sospechas de que la empresa de bebidas está intentando esconder las cosas debajo de la alfombra.
Los jefes de los equipos rivales han expresado su malestar por la forma en que se han manejado las cosas, ya que creen que no es bueno para la F1 que no haya la debida claridad sobre la situación.
Zak Brown, director ejecutivo de McLaren, declaró en el GP de Bahrein: «He leído esta declaración. Creo que, por lo que he visto, sigue habiendo muchos rumores, especulaciones y preguntas».
«Creo que el organismo sancionador tiene una responsabilidad y autoridad con nuestro deporte, con nuestros fans, y creo que con todos nosotros en la Fórmula 1… Creo que necesitan asegurarse de que las cosas han sido totalmente transparentes con ellos».