Por Daniel Payne / ACI Prensa
El Centro de Investigación Aplicada al Apostolado (CARA, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Georgetown reveló en los resultados de una encuesta histórica publicada esta semana que “las diócesis, parroquías y comunidades religiosas de hombres” han reportado desde 2004 5.025.346.893 dólares estadounidenses en pagos relacionados con acusaciones de abusos menores.
Esos pagos incluyen “liquidaciones pagadas a las víctimas, otros pagos a las víctimas, apoyo a los infractores [y] honorarios de abogados”, así como otros costos, dijo CARA.
Aunque esa enorme suma se ha pagado en las últimas dos décadas, la gran mayoría de los presuntos abusos ocurrieron mucho antes: el 80% de los presuntos delitos tuvieron lugar en la década de 1980 o décadas antes.
Los hallazgos son el resultado de dos décadas de encuestas anuales realizadas por CARA. La encuesta anual recoge “información sobre las denuncias de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes y diáconos que se han comunicado a las diócesis y eparquías cada año”.
La encuesta original fue encargada por primera vez en 2004 por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés).
La encuesta se ha llevado a cabo en unas 200 diócesis y parroquias y aproximadamente 220 comunidades religiosas de hombres a lo largo de 20 años. Se pidió a los encuestados que clasificaran las acusaciones de abuso como “creíbles” o “sin fundamento/evidentemente falsas”, así como “imposibles de probar”.
Desde 2004, los encuestados han calificado de “creíbles” 16.276 denuncias. La mayoría de las denuncias creíbles fueron informadas por diócesis y parroquias.
La encuesta señaló que el número de acusaciones creíbles aumentó un 46% en su segunda década, lo que según CARA era atribuible en parte a «la mayor cantidad de grandes demandas e investigaciones estatales, así como a la promulgación por parte de algunos gobiernos estatales de flexibilizaciones temporales de los plazos de prescripción de delitos y demandas».
Los resultados indican que los presuntos abusos se redujeron drásticamente en la Iglesia en Estados Unidos durante el paso del siglo XX al XXI. Según CARA, “más de 9 de cada 10 de todas las acusaciones creíbles” ocurrieron o comenzaron en 1989 o antes. Se indica que sólo el 3% de las acusaciones tuvieron lugar desde el año 2000.
El ochenta por ciento de las presuntas víctimas de abuso eran hombres, más de la mitad tenían entre 10 y 14 años y el 20 por ciento tenían 9 años o menos.
En total, las acusaciones afectan a un total de 4.490 presuntos autores, de los cuales el 95% son sacerdotes y el 4%, hermanos religiosos. Además, un 1% de los presuntos abusadores son diáconos.
Un total de 86% de todos los presuntos perpetradores fueron identificados en la encuesta como “fallecidos, ya retirados del ministerio, ya laicizados o desaparecidos”.
Las diócesis gastan cientos de millones en esfuerzos de prevención de abusos
Mientras que las diócesis pagaron miles de millones de dólares para responder a las presuntas víctimas de abuso, los funcionarios de la Iglesia también han desembolsado enormes sumas para prevenir más abusos durante los últimos 20 años.
Los encuestados por CARA informaron un total de 727.994.390 dólares en gastos para la prevención y seguridad del abuso infantil, un promedio de alrededor de 36.000.000 al año.
Estos gastos incluyen “los salarios de los coordinadores de ambiente seguro y de asistencia a las víctimas, el seguimiento y otros gastos administrativos, programas de capacitación para adultos y niños y verificaciones de antecedentes”.
La cantidad de dinero gastado en la prevención del abuso ha aumentado en los últimos años. En la primera década de la encuesta, las diócesis informaron de gastos en entornos seguros por valor de 259.771.061 dólares; esa cifra aumentó un 80% en la segunda década en que se realizó la encuesta, hasta alcanzar los 468.223.329 dólares.
Al anunciar los hallazgos, CARA dijo que el esfuerzo de la Iglesia de Estados Unidos “para abordar el abuso sexual de menores por parte del clero y hermanos religiosos e implementar salvaguardas para prevenir futuros abusos no tiene precedentes por parte de ninguna organización no gubernamental y es el mayor esfuerzo de su tipo”.
La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos promulgó por primera vez normas para abordar el abuso sexual de menores en la Iglesia en 2002.
En su “Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes”, el Episcopado reconoció que el abuso sexual por parte del clero, así como “la manera en que se trató con estos delitos y pecados”, han causado “enorme dolor, ira y confusión a las víctimas, sus familias y la Iglesia en su conjunto.”.
“Como obispos, hemos reconocido nuestros errores y nuestro rol en ese sufrimiento; pedimos perdón y asumimos la responsabilidad nuevamente por haberles fallado frecuentemente a las víctimas y al pueblo católico en el pasado”, escribieron los obispos.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.