En el Hospital Pulmonar de Shanghai se extirpan de media 150 tumores al día. En los hospitales españoles, dos. Y este gallego, el cirujano que ha operado en más países del mundo, es una estrella médica y mediática. Ha reducido intervenciones de dos horas a 20 minutos. ‘Crónica’ le acompaña en esta «revolución» frenética durante cinco operaciones
Lucas de la Cal / Shanghai / Crónica
Hay 20 minutos de paseo a pie del hotel al hospital. Son las 7.25 horas en la madrugadora Shanghai, siempre frenética desde que amanece. Todo arranca antes y va muy deprisa en una de las capitales financieras del mundo. El gallego Diego González Rivas se mimetiza bien con el acelerado ritmo local. Camina rápido, esquivando con agilidad el caos de bicicletas y motos que invaden las aceras. Todo ello sin parar de hablar. Suelta de carrerilla los 136 países en los que ha entrado en un quirófano, desde Turkmenistán hasta Sierra Leona, pasando por Gaza. «Un día tengo que llamar a los que hacen el Libro Guinness de los récords porque, con mucha diferencia, soy el cirujano que ha operado en más países», asegura.
El doctor no camina solo por las calles de Shanghai. Siempre lo acompañan sus discípulos. Cirujanos de todo el mundo que aparecen por China cada vez que al médico español lo reclaman en la superpotencia asiática. Y eso ocurre muchas veces al año. «Meterse en un quirófano con Diego es como jugar un partido de fútbol con Messi», dice la argentina María Belén, una cirujana de tórax que viene desde la Patagonia para aprender la técnica pionera que inventó González Rivas para operar un cáncer de pulmón con una incisión mínima.
En la meca mundial contra el cáncer de pulmón con el cirujano español Diego González Rivas y su robot Da VinciLUCAS DE LA CAL | EL MUNDO (Vídeo)
Al Messi de los cirujanos lo esperan en el Hospital Pulmonar de Shanghai. Es el más grande del mundo de su clase: una docena de edificios con 1.500 camas y 25 quirófanos donde realizan una media de 150 operaciones de cáncer de pulmón al día. «Es una barbaridad. Para que te hagas una idea, en España el hospital que más opera son como mucho dos intervenciones. En Estados Unidos, no más de 10. Este sitio es la meca mundial de la cirugía torácica, donde trabajan los mejores cirujanos del mundo porque son los que más operan», explica el gallego al llegar a un inmenso recinto que tiene en el centro un bosque con templo budista incluido.
González Rivas (A Coruña, 50 años) lleva más de una década operando en este hospital chino, donde llevó la técnica Uniportal, que revolucionó a nivel mundial el campo de la cirugía torácica: se realiza una única incisión de tres o cuatro centímetros sin necesidad de separar las costillas, que es la principal causa de dolor postoperatorio en los pacientes, y se introduce una cámara de alta resolución junto a las pinzas quirúrgicas para retirar tumores y hacer las suturas.
Café en mano, el médico español entra a una luminosa sala de conferencias donde sus colegas chinos le presentan los casos más complejos de cáncer de pulmón en estadio 1 (dos mujeres, de 67 y 68 años, y un hombre de 82 años) que se van a operar en el día. Los equipos del hospital ya han discutido en sus reuniones las historias clínicas de los pacientes y cómo proceder en la operación, pero quieren escuchar la valoración del gallego. Tomando notas están los discípulos, una veintena de cirujanos internacionales que acompañan a González Rivas durante dos semanas. Vienen de varios países de América del Sur, India, Rusia y Turkmenistán.
Tras la charla matinal, toca entrar en quirófano. A González Rivas le han programado cinco operaciones. Los casos más complejos del día. Antes de empezar con la primera, supervisa una cirugía que están realizando los doctores chinos a una paciente con la técnica Uniportal. Los médicos lo saludan efusivamente. «Esta cirugía es la menos invasiva. Hacemos una mínima incisión usando instrumentos quirúrgicos que también he diseñado yo y cámaras de alta definición con las que podemos ver los órganos del paciente en la pantalla», explica.
LOS TRES BRAZOS DE ‘DA VINCI’
La siguiente parada es en otro quirófano donde se encuentra la máquina estrella del hospital. Se trata de un robot con tres brazos llamado Da Vinci que se utiliza para operar con otra técnica que también desarrolló el español en 2021: Uniportal robotic. El robot lo controla el doctor a distancia con una especie de consola gigante que tiene una visión 3D de la única incisión de cuatro centímetros que se realiza al paciente. Sentado en una banqueta y con la vista puesta en el visor, mueve los brazos del robot con unas palancas como si fuera un joystick, mientras que en los pies también tiene unos pedales para dirigir con más precisión los movimientos.
Mientras el español está concentrado manejando el robot, es María Belén Castia, la cirujana argentina, quien detalla algunos pasos del proceso. «Junto a la camilla hay un ayudante que es el que introduce la cámara mientras que Diego mueve las pinzas que sujetan los brazos del robot, las que separan el lóbulo superior del medio con endograpadoras para buscar los vasos sanguíneos, arterias, venas. Hay ganglios que se sacan porque en estas cirugías es importante hacer un vaciamiento ganglionar. Luego, se hacen suturas mecánicas lineales, se corta y se cose a la vez. Antes, todo esto se hacía manual y ahora, con el robot, es más seguro, limpio y rápido«.
La operación dura 20 minutos. «Es impresionante. Un doctor promedio tarda dos horas en este tipo de intervenciones. Para nosotros, Diego es un innovador, un referente mundial y por eso venimos de todos los rincones para aprender de él y luego poder replicar sus técnicas en 9++nuestros hospitales», sentencia la cirujana argentina.
En la operación también está presente otra de las cirujanas que ha viajado hasta China para estudiar las técnicas del español. Es la ecuatoriana Pamela Macías y trabaja en Solca (Sociedad de Lucha Contra el Cáncer), un hospital de Guayaquil. «Mi hospital me ha pagado el viaje para aprender de Diego en este centro de Shanghai, que es referencia a nivel mundial porque trabajan con la mejor tecnología. En Ecuador tenemos ahora el robot Da Vinci y mi idea al volver es empezar a usarlo con las técnicas de Diego», cuenta la doctora Macías.
En un receso en el pasillo, el cirujano español cuenta algunas anécdotas de sus aventuras médicas estos últimos años. Con una fundación que lleva su nombre ha llevado su unidad móvil sobre todo por África, operando gratis a pacientes sin recursos. En Sierra Leona, Togo, Burundi, Ghana, Costa de Marfil, Djibuti… «En Congo quité a una niña una llave que se había tragado y que llevaba dos años incrustada en su pulmón. Los padres de la cría me vieron en la televisión, en una entrevista que me hizo la cadena estatal de ese país una vez que estuve allí operando. La pobre niña casi no podía respirar, un par de meses más y hubiera muerto», relata.
OPERANDO EN COREA DEL NORTE: «FUE TODO MUY RARO»
También estuvo en Corea del Norte hace cinco años, pero dice que lo que hizo allí es confidencial y que no puede hablar de ello. «Fue todo muy raro, estaba siempre vigilado, no me dejaban interactúan con nadie. También estuve en otra ocasión operando en Turkmenistán -después de Corea del Norte, probablemente el siguiente país más hermético del mundo-, donde me estuvieron enseñando todos los palacios de lujo».
La segunda operación es más larga que la anterior. No es nada sencillo extirpar el tumor de la paciente, pero con González Rivas a los mandos de los brazos quirúrgicos de Da Vinci, y con el doctor Yan controlando la cámara y la incisión a pie de camilla, termina la intervención con éxito. Documentando todo lo que ocurre en el quirófano se encuentra un fotógrafo gallego llamado Dani López. Lleva desde 2013 viajando con su compatriota cirujano por todo el mundo.
«Yo soy fotógrafo quirúrgico, una figura que no existía y que nació con el proyecto de Diego. Lo conocí en una entrevista en A Coruña para una agencia y entonces no tenía la estructura mediática con la que cuenta hoy. A él le gustó mi visión fotográfica y, como yo había trabajado en el cine, quería llevar la parte cinematográfica al seguimiento de sus operaciones», explica López, que también trabaja para otros cirujanos famosos y para marcas que fabrican los instrumentos quirúrgicos y que quieren fotos para sus catálogos. «En el caso de Shanghai, las fotografías y vídeos que hago sirven para la documentación del propio hospital y para alumnos de la universidad que está afiliada a este centro, que están usando mi material en sus clases».
Debajo de la planta donde están los quirófanos hay un comedor. El hospital procura cada día que el cirujano español y su séquito tengan su bandeja de comida local. A las 14.00 horas, engullendo un poco de tiras de ternera con pimientos, una crema de huevo y arroz, González Rivas se abre un poco más para explicar que ahora reside en Lisboa y que entre sus proyectos para el próximo año está publicar su segundo libro. El primero se titula Imposible es nada, el mensaje que predica en cada charla que da a sus pupilos.
EL ORIGEN DE GONZÁLEZ RIVAS, EN LA SELECCIÓN DE SURF
El gallego se graduó en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela y se especializó en cirugía torácica en el actual Hospital Universitario de A Coruña. Viajó a Estados Unidos para aprender cómo estaba funcionando allí la videocirugía y, de vuelta en España, quiso aplicarla desarrollando su propia técnica. «Pero empecé siendo el médico de la selección española de surf», suelta mientras enseña en el móvil varios reportajes que le hicieron en revistas de surf. «El médico surfista», reza uno de los titulares. «Cogía buenas olas, pero la verdad que no era el mejor en la tabla y por eso seguí en lo que realmente se me daba bien».
En su móvil también tiene una carpeta llena de vídeos de informativos de más de una veintena de países donde han emitido noticias sobre sus operaciones. Durante la pandemia logró un permiso para poder entrar a operar en Gaza. También estuvo recorriendo varios quirófanos por Ucrania antes de que comenzara la guerra. En China es una celebridad. Se ha vuelto un rostro habitual en muchos medios locales del gigante asiático. Los fines de semana viaja por otros rincones del país para operar en otros hospitales.
La tercera operación del día es en el mismo edificio. Dentro del quirófano también está un cirujano mexicano y otro argentino, José Alfredo y Emilio Yardín. «La técnica desarrollada por Diego ha traído muchas ventajas para todos: los hospitales tienen la capacidad de reducir sus listas de espera y para los pacientes el postoperatorio es mucho menos doloroso, reciben el alta ese mismo día y dejan una cama libre para que pase el siguiente. Ha sido una gran revolución», aseguran.
Las dos operaciones que quedan, ya avanzada la tarde, se realizan en otro bloque, uno de los más nuevos del hospital, donde hay robots por los tejados que transportan medicamentos y demás material para el quirófano. «Son los celadores de este edificio», bromea González Rivas, que vuelve a utilizar a da Vinci para sus últimas cirugías. «En España ya se aplica la técnica Uniportal en muchos hospitales, pero el robot todavía no está extendido. El siguiente paso será poder hacer estas operaciones pulmonares en Shanghai desde mi casa de Lisboa o desde Galicia con un robot. Ese es el futuro inmediato«. Palabra del Messi de la cirugía.
Fuente: https://www.elmundo.es/cronica/2024/11/30/674063f3e4d4d8cd248b45b9.html