MAYOLO LÓPEZ / MURAL
Para finales de octubre o mediados de noviembre, la alianza opositora Va por México tendrá un «aspirante» electo por la sociedad en unas elecciones primarias para competir en la elección presidencial.
Con señales que sugieren que la coalición habría aceptado, después de reticencias y muchos jaloneos, ese ejercicio inédito en México, un Consejo Electoral Ciudadano está listo para desarrollar unas primarias que no representen una «simulación».
Como árbitro, al frente del Consejo figura Leonardo Valdés Zurita, ex consejero presidente del desaparecido IFE, coordinador del trabajo de diez especialistas más. Antes de que formalmente empiecen las precampañas, los partidos no podrían organizar unas primarias, pero una instancia ciudadana sí podría hacerlo.
El frente Unid@s encargó a Valdés Zurita el desarrollo del ejercicio. «Digamos que tengo algo de experiencia», desliza el árbitro en ciernes.
¿Por qué no se tocó la puerta del INE?
En algún momento tuvieron la idea de que la coalición Va por México le pidiera al INE su apoyo para elegir a un coordinador de la coalición, con grandes comillas, pero todos sabríamos que no era el coordinador de la coalición, sino que sería en realidad precandidato a la Presidencia de la República.
En un evento público nos lo platicaron a los tres ex presidentes del IFE -José Woldenberg, Luis Carlos Ugalde y a mí- y los tres les dijimos ‘no, eso es simulación y no es posible que si del otro lado se hace una gran simulación, la sociedad civil caiga en la tentación de hacer una simulación’.
Lo que hemos planteado es que esto no sea una simulación, que sea un proceso auténtico, pero en el marco de la ley, y este es un punto fino en términos de análisis. Hay un principio general de derecho que dice que para protegernos a los ciudadanos, que las autoridades y las entidades de interés público, como son los partidos, sólo pueden hacer lo que está establecido en la ley; pero nosotros los ciudadanos podemos hacer todo lo que no esté prohibido por la ley, de tal suerte que lo que estamos intentando es encontrar un mecanismo para que nosotros como ciudadanos hagamos estas primarias ciudadanas sin apartarnos del marco jurídico, pero sin la participación de las entidades de interés público en una etapa en la que está prohibido por la ley que ellos participen en una primaria.
Hay una figura, que la propia legislación establece, que es la de aspirante, que es una figura previa a la de las candidaturas: ciudadanos que pueden convertirse en precandidatos cuando empiecen las precampañas y después, en candidatos. Entonces, se elegiría a un aspirante, la idea es que este impulso ciudadano lo que elija sea un aspirante, y no vamos a engañar: es un aspirante para ser precandidato y eventualmente candidata o candidato.
La legitimidad se la damos porque el ejercicio es organizado por un conjunto de ciudadanos que no tenemos interés político, que tenemos experiencia, pero que no estamos buscando una candidatura ni un puesto y lo vamos a hacer de manera honoraria.
Para darle forma a unas primarias se necesita una estructura nacional y vamos a construir 32 comités estatales ciudadanos; y después que esos 32 comités estatales constituyan 300 comités estatales uno por distrito y ellos tendrán que discutir cómo instalar centros de votación. Queremos que las personas antes de la jornada se inscriban a un listado de ciudadanos para participar en el proceso, para que tengamos certeza de quiénes y cuántos van a participar y que cumplan con los requisitos.
«También estamos trabajando la posibilidad de que se aplique el voto a distancia, para que las personas puedan votar desde su celular el día de la jornada electoral o tachar una boleta y que en la noche tengamos los resultados definitivos.
¿Es una decisión tomada? ¿Es un hecho?
Estamos muy cerca de llegar a esa definición, son los partidos los que tienen que tomar esta decisión, pero ellos han expresado que quieren mantener la coalición. A pesar de sus diferencias, su convicción es que deben mantenerla para ser competitivos; pero también tienen la idea de que necesitan a las organizaciones de la sociedad porque con ellas son más competitivos.
Hay al menos una docena de aspirantes. ¿Qué sería lo ideal?, una boleta ¿con cuántos aspirantes?
También estamos platicando sobre eso y hay consenso en el Consejo Electoral Ciudadano: si son muchos, pues hagamos dos vueltas. Todos llegan a la boleta de la primera vuelta, y si en esa primera vuelta alguien tiene más de la mitad de los votos, ese es el aspirante; si ninguno tiene más de la mitad de los votos, entonces, los dos más votados pasan a una segunda vuelta, una o dos semanas después, pero deberá haber debates antes de la primera, pero no será una simulación.
¿Cómo atajar el riesgo de cachirules? ¿Cómo atajar el riesgo de que Morena infiltre el ejercicio?
Ese es el reto del listado que tenemos que constituir. Un listado auténtico, pero hay diversas alternativas, diversas posibilidades de poner candados. En eso tenemos que trabajar muy fino, pero tecnológicamente es posible evitarlo.
¿Se garantizará la legitimidad del aspirante?
Pienso que sí: justo uno de los principales objetivos de este ejercicio ciudadano es legitimar un aspirante, que puede ser una mujer o un hombre que es conocido a nivel nacional.
¿Cuánta gente podría participar en unas primarias? ¿Cuál sería el límite para que fuera bueno el ejercicio?
Cualquier cifra arriba de tres ceros a la derecha es buena. Si logramos eso, será una gran experiencia, pero no estoy hablando de cientos de miles, estoy hablando de más. El proceso tiene que ser transparente, auditable; de hecho, vamos a tener un auditor interno. Será un ejercicio honesto, pero apelamos al entusiasmo democrático ciudadano.
En el Consejo figuran los ex consejeros Marco Antonio Baños, Arturo Sánchez, Teresa González y Rodrigo Morales, así como María del Carmen Alanís, ex presidenta del Tribunal Electoral; Rosa María Mirón Lince, ex consejera del Instituto Electoral de la CDMX.
Sobresale la presencia de Marie Claire Acosta, María Elena Morera, el académico Sergio Aguayo y Guillermo Sheridan, el descubridor del plagio en que incurrió la Ministra Yasmín Esquivel.