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Catar cuenta con un rico patrimonio tradicional que todavía es relevante en la actualidad. Desde acampar en el invierno catarí en el desierto hasta la navegación en los clásicos barcos dhow. Pero, ¿cómo se están modernizando estas tradiciones para que puedan ser disfrutadas por toda una nueva generación de lugareños y turistas?
Acampar en el desierto
Cada invierno, miles de cataríes abandonan la ciudad los fines de semana para hacer una escapada al desierto. El gobierno asigna una temporada de acampada y, con la aprobación de los permisos, muchos lugareños instalan su morada temporal en el desierto.
Para Jassim Almohammed, esta antigua tradición ofrece la oportunidad de conectar con el pasado beduino de Catar.
«Si nos remontamos a la historia, nuestros antepasados vivían en estos tiempos en la tienda de campaña. Siempre venimos cada fin de semana a pasar el fin de semana en este lugar», dice.
Los campamentos están adornados con zonas para sentarse, canchas de voleibol y, por supuesto, cocinas totalmente funcionales. Abdulrahman Almulla dice que es una oportunidad para repasar las habilidades esenciales: «Aprendemos a ser autosuficientes y también practicamos nuestras aficiones y dependemos de nosotros mismos con la cocina».
Un glamping de cinco estrellas
Pero para los que buscan un poco más de glamour, Regency Camp Sealine dice que ofrece un servicio de cinco estrellas para acampar en medio del desierto.
«Al principio era un campamento catarí normal. Y más tarde, para satisfacer las demandas de los huéspedes, nos ampliamos y creamos un servicio más sofisticado para los clientes. Hemos intentado combinar la hospitalidad árabe tradicional con la moderna», explica Zemri Dauti, director del Regency Sealine Camp.
Modernizar el antiguo arte de la alfarería
Otra tradición que se está modernizando en Catar es la alfarería. Hameed Al Qahtani, fundador del popular estudio local Ceramic Cube, lo ve como una incubación para cualquiera que esté interesado en esta antigua artesanía. El estudio ofrece talleres, materiales y piezas a medida.
«El sueño es eliminar toda la huella de carbono de la producción en masa de cerámica utilizando a toda la gente creativa que pueda haber en nuestra comunidad, ya sea aquí en Catar, en los países del Consejo de Cooperación del Golfo o en Europa, para que sustituyamos toda esta cerámica de producción en masa por algo que tenga alma y esté hecho a mano», explica Al Qahtani.
El negocio de los dhow
Durante el siglo XIX, el buceo con perlas fue un gran negocio en Catar. De hecho, hasta la década de 1940, el comercio de perlas representaba una parte importante de la economía del país: daba empleo a casi el 50 % de la población.
Ibrahem Abdullah, antiguo buceador y vendedor de perlas, explica cómo se separan las perlas, se clasifican y se les pone precio: «El vendedor de perlas separa las perlas y las recoge y las separa en grandes y pequeñas y comprueba si están todas en buen estado. Y luego tiene la balanza y pesa las perlas». Cuanto más grande es la perla, mayor es su valor.
Los hombres que buceaban en busca de perlas realizaban misiones que podían durar meses, navegando por el océano en barcos de madera conocidos como dhows.
Hoy en día, los barcos son alquilados por turistas y lugareños, deseosos de un trozo de historia y de disfrutar de un día de navegación en el Golfo Arábigo.
El buceo con perlas ya no es la principal fuente de ingresos. Pero el océano, la pesca y los propios barcos dhow siguen ocupando un lugar especial en la cultura de Catar.
Fuente: https://es.euronews.com/2022/04/06/el-turismo-de-catar-de-barcos-ancentrales-a-campamentos-de-lujo-en-el-desierto