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El Tarzán más famoso a quien una de sus mujeres maltrató, sus divorcios arruinaron y terminó ingresado en un psiquiátrico | LOC

El actor y nadador Johnny Weissmüller. GTRES

LUIS FERNANDO ROMO / LOC / EL MUNDO

Cuando Edgar Rice Burroughs escribió las novelas de las aventuras de un niño inglés criado por la simio Kala en la selva africana jamás imaginó que Tarzán se convertiría en una de las sagas literarias y cinematográficas más exitosas de la historia. Ávido por conseguir nuevas historias, Hollywood no tardó en comprar los derechos para adaptar a la gran pantalla a este héroe que con su grito «Ahhhhhh» (imposible de transcribir) creado por el especialista en sonido Douglas Shearer inspirado en los cantos tiroleses se convirtió en leyenda.

Aunque la primera versión en celuloide data de 1918, hasta que llegó Johnny Weissmüller seis actores diferentes dieron vida al hombre de los monos. Pero Johnny era único. Fue un deportista de elite nacido en 1904 en Timisoara (en aquel momento perteneciente al imperio Austrohúngaro y en la actualidad a Rumanía). Con pocos meses emigró a Estados Unidos, donde, tras dejar la escuela decidió convertirse en nadador con la firme intención de competir en los Juegos Olímpicos. Pero para hacerlo posible usó la partida de bautismal de su hermano Peter, ya que este había nacido en Pensilvania.

Hace justo ahora 100 años, debutó como amateur en la competición Amateur Athletic Union, que fue su lanzamiento al estrellato deportivo porque ganó cinco medallas de oro olímpicas, una de bronce y estableció 67 récords mundiales. Cuando se retiró en 1929 nadie le había vencido. Ejerció como modelo, realizó espectáculos acuáticos y un cazatalentos se lo llevó a Hollywood. La Metro Goldwyn Mayer vio su potencial.

En 1932 se estrenó Tarzán de los monos junto a Mauren O’Sullivan en el papel de Jane y que en décadas posteriores sería conocida como la madre de Mia Farrow. En total, Weissmüller rodó seis filmes para la MGM y otros seis más para la RKO, convirtiéndole en el actor más popular de la época con unas ganancias de dos millones de dólares. Sus 191 cm de estatura y sus marcados pectorales hicieron historia. Nadie consiguió hacerle sombra como «el hombre de los monos», a pesar de que después contrataron al atractivo Lex Barker, marido de Lana Turner, Arlene Dahl (madre de Lorenzo Lamas) y de nuestra Tita Cervera.

Con el «tú Tarzán, yo Jane» y la mona Chita (en realidad se rodaron en total con ocho chimpancés), el personaje terminó comiéndose a la persona y Weissmüller empezó a caer en picado. El resto de papeles que interpretó en el cine no interesaron a nadie. Se casó en cinco ocasiones, siendo su esposa más conocida la exuberante actriz Lupe Vélez, una de las ninfómanas más célebres de la industria que tuvo como amantes a Gary Cooper o Douglas Fairbanks, maltrató a Weissmüller en más de una ocasión y terminó suicidándose a los 36 años porque uno de sus ligues la dejó tirada y embarazada.

Sus divorcios terminaron por arruinarle. Con su tercera esposa, Beryl, tuvo a sus tres hijos, Johnny Scott, Wendy Anne y Heidi Elizabeth.

Para sobrevivir fundó una empresa de piscinas, fue imagen de productos acuáticos, vendió artículos deportivos y ejerció como atracción en un hotel de Las Vegas, pero poco a poco su estela se fue apagando. En 1979 tuvieron que ingresarle en el hospital psiquiátrico de Los Ángeles porque un síndrome cerebral crónico hacía que asustara a la gente con el grito de Tarzán.

También tuvo varios problemas cardíacos y respiratorios, sufrió dos derrames cerebrales, se rompió la cadera y poco antes de fallecer padecía alzheimer, no podía hablar y pesaba apenas 45 kilos. Se retiró en Acapulco donde su última esposa, Maria Brook, veló para que nadie le fotografiara en tan lamentable estado porque consideraba que había que preservar la imagen del mito. Falleció el 20 de enero de 1974 a los 79 años.

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