Cervantistas aseguran que existe una copia «en muy mal estado» en el Archivo Histórico Provincial de Toledo
El director se queja de que la Junta lleva tres años sin invertir «un solo euro» en restauración de documentos
Catalina de Salazar, mujer de Miguel de Cervantes
Carta de dote otorgada por Miguel de Cervantes a su esposa Catalina de Palacios Salazar conservada en el Archivo Histórico Provincial de Toledo Ahpto
Mariano Cebrián / Toledo / ABC
Dicen que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer. Esta frase, aunque puede sonar anacrónica o incluso machista para algunos, cobra un importante significado en la historia que hay tras el autor más reconocido de la literatura española. Miguel de Cervantes conoció a Catalina de Salazar y Palacios cuando ésta tenía 18 años y vivía aún en Esquivias, pueblo de La Sagra toledana donde se crio en una familia de hidalgos como los que luego el escritor noveló en El Quijote.
En 1584 se casaron en la Parroquia de Santa María de la Asunción de esa localidad. Un matrimonio que duró treinta y dos años, hasta 1616, cuando Cervantes falleció, y una década después lo hizo su mujer. Diez días antes de morir, el 20 de octubre de 1626, Catalina firmaba el segundo testamento –el primero lo hizo en 1610, tras entrar en la Venerable Orden Tercera de San Francisco en Madrid–, que ahora ha trascendido al ser «redescubierta» una copia del mismo en el Archivo Histórico Provincial de Toledo (APHTO), según indican algunos investigadores.
De ese segundo testamento hablaba hace un mes en ABC el cervantista y catedrático de Filología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) José Manuel Lucía, quien destacaba la existencia de este documento esencial para conocer los últimos años de su vida juntos, los más prolíficos de la obra de Miguel de Cervantes, y los bienes que Catalina dejó en herencia.Noticia Relacionada
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El segundo testamento de Catalina de Salazar, uno de los documentos cervantinos más interesantes y que se creía perdido, ha aparecido en Toledo. Sin embargo, su estado lo hace inaccesible si no se invierte en su correcta recuperación
La primera mención a ese documento fue en 1935, cuando Luis Astrana Marín, el biógrafo cervantino que vio todos los documentos sobre Cervantes y su familia, y que descubrió un buen puñado de ellos, tuvo delante de sus ojos una copia de este testamento en el Archivo Histórico Provincial de Toledo, que se había utilizado en uno de los continuos pleitos de lindes en el campo de Esquivias.
«Perdido» muchos años
Según recuerda Lucía, Astrana Marín tomó unas notas de su lectura, con la idea de volver más adelante para transcribirlo completo. Y lo poco que copió lo dio a conocer en el último tomo de su impresionante biografía cervantina publicada entre 1948 y 1958: «Catalina estaba enferma en cama, pero en su sano juicio; frente a lo expresado unos años antes en su primer testamento, desea ser enterrada con su marido en el monasterio madrileño de las monjas trinitarias, mandando que digan 300 misas por su alma y declara heredero universal de sus bienes a su hermano Francisco de Palacios, clérigo presbítero, comisario del Santo Oficio, vecino del lugar de Esquivias, jurisdicción de la ciudad de Toledo… y, entre otras disposiciones, recuerda que el librero Juan de Villarroel le debe todavía cuatrocientos reales de la venta de unos ejemplares del ‘Persiles’».
Cuando el investigador cervantista volvió en 1957 al archivo para completar la transcripción del documento, se llevó la sorpresa de que ya no lo encontraban, por lo que se pensó que había sido destruido durante la Guerra Civil. Sin embargo, a petición de Lucía, un compañero de la Complutense, Aurelio Vargas Díaz-Toledo, se acercó al archivo toledano para comprobar si, en efecto, se había perdido el documento. «Hace más de un año nos llevamos la sorpresa de que ahí estaba el legajo con todos los pleitos y la copia del segundo testamento de Catalina de Salazar. Sin duda, uno de los descubrimientos documentales cervantinos más importantes de los últimos años, donde no ha dejado de saltar a la prensa la aparición de nuevos documentos», destaca José Manuel Lucía.
Según ambos estudiosos, la copia del segundo testamento de Catalina de Salazar ha sido «redescubierta y ahora sólo queda que los responsables de la Junta de Castilla-La Mancha lo pongan a disposición de los investigadores, pues su mal estado de conservación exige de una restauración inmediata», tal y como denunciaba Lucía en su artículo.
9.000 documentos en riesgo
Ese, de hecho, es el empeño de los responsables del Archivo Histórico Provincial de Toledo, pero para eso hace falta dinero, ya que el director de este centro, Carlos Flores, reconoce a este diario que desde hace tres años llevan sin percibir «un solo euro» para los más de 9.000 documentos antiguos que esperan ser restaurados. Entre ellos, se encontraría en «un pésimo estado» ese documento al que hacen mención los dos estudiosos que están sobre la pista de la copia del segundo testamento de Catalina de Salazar.
Dicho legajo, cuenta el responsable del archivo, estaría incluido dentro de un protocolo notarial procedente, en plena Guerra Civil, del distrito de Illescas, al que pertenecería Esquivias, localidad originaria de la mujer de Cervantes. En él, según indica, se mencionaba una copia que pidió el hermano de ésta, Francisco de Palacios, «pero no se sabe si está el testamento entero o no, puesto que a veces se copiaban determinadas cláusulas, y tampoco se conoce el folio exacto en el que se encuentra. Todo son elucubraciones».
De este modo, habrá que seguir esperando a que el Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Viceconsejería de Cultura, invierta dinero para la restauración de esos documentos antiguos en mal estado. «Este año, no, y el próximo veremos, con la aprobación de los presupuestos», dice con cierto escepticismo Carlos Flores, que asegura que todos los años ponen el primero de la lista el protocolo notarial en el que estaría incluido el ansiado segundo testamento de Catalina de Salazar.
«Una vez tengamos el dinero, hay que contratar a un restaurador o restauradora, y los trabajos de restauración tardarían unos 7 u 8 meses aproximadamente», explica el archivero, que informa de que, además de ese protocolo notarial, de Illescas también llegaron al Archivo Histórico Provincial de Toledo otros documentos del Greco o incluso la carta de dote otorgada por Miguel de Cervantes a su esposa Catalina de Palacios Salazar. En definitiva, todos los caminos conducen al más insigne autor en lengua castellana.