Uno de los principales desafíos tras la sucesión de mazazos de los tres últimos años, de la pandemia a la guerra, pasando por los populismos extremistas, es recuperar el interés por las noticias, de las que muchos ciudadanos han empezado a aislarse
VÍCTOR DE LA SERNA / PAPEL
Empieza un año difícil y complejo para todos los actores de la comunicación en el mundo, según el informe anual de previsiones que han publicado esta semana el Reuters Institute y la Universidad de Oxford. Y al decir «todos», no se trata ya sólo del conjunto de medios informativos clásicos más los audiovisuales modernos, sino de los nuevos gigantes: redes sociales, plataformas diversas, que ven empeorar sus resultados, con las veteranas como Facebook y Twitter perdiendo usuarios cansados de la ola de bulos, insultos y descalificaciones, mientras que los más jóvenes se desvían a plataformas como TikTok… que está en vías de prohibición en Estados Unidos (ya lo es en dispositivos de propiedad pública) por sus conexiones con el espionaje chino…
Uno de los principales desafíos tras la sucesión de mazazos de los tres últimos años -pandemia, inflación, guerra, cambio climático, golpes de Estado, avance de los populismos extremistas- es devolver a los ciudadanos el interés por las noticias, de las que muchos han empezado a aislarse. Y ello conlleva para el periodismo unas nuevas formas de comunicarlas y el desarrollo de nuevos temas más positivos y esperanzadores que sirvan de contrapeso al memorial de catástrofes.
El Instituto ha hecho su sondeo anual de los líderes mediáticos, y se muestran considerablemente más pesimistas que al inicio de 2022. He aquí algunos resultados: menos de un 44% de ellos confía en este ejercicio: costes en alza, menos interés de los anunciantes, debilidad de las suscripciones. Un 72% está preocupado por la «fatiga informativa» que aleja a los usuarios del periodismo en tiempos de muy malas noticias. Los editores piensan contrarrestarlo con más temas explicativos (94%), formados de pregunta/respuesta y artículos inspiradores, y están invirtiendo en más suscripciones. Esperan más ingresos de las plataformas tecnológicas por contenidos. Preocupa el aumento de leyes contra los contenidos «dañosos», que pueden servir para censurar el periodismo. Interesa, como hemos visto, TikTok pese a su control por China, e inquieta lo que le pase a Twitter bajo Musk. Y muchos están aumentando su cobertura medioambiental, así como los podcasts y audios.
Hay que vencer la apatía de las audiencias, volver a dar interés al periodismo informativo y explicativo… y tocar madera, que los tiempos vienen tormentosos. La creciente variedad de contenidos de nuestros medios digitales puede ser muy útil, siempre que no nos dejemos llevar por una ola de noticias meramente superficiales y glamurosas y que no juguemos a la publicidad encubierta: los contenidos pagados deben estar bien identificados como tales. No somos influencers, somos reporteros, aunque informemos con algo de gracia.
Fuente: https://www.elmundo.es/papel/firmas/2023/01/12/63bea020e4d4d84d238b4584.html