Por Fernando Manzanilla Prieto
En México, al igual que en muchos países del mundo, la población está envejeciendo rápidamente debido a los avances en la atención médica y al aumento de la esperanza de vida.
En 2021, 761 millones de personas en todo el mundo tenían 65 años o más, cifra que de acuerdo con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DESA) aumentará a 1600 millones en 2050 e incluso este mismo organismo define al envejecimiento de la población como “una tendencia mundial definitoria de nuestro tiempo”.
En México, la estructura por edad ha mostrado desde hace varios años una base piramidal más angosta debido a la reducción relativa de niñas, niños y jóvenes. Entre 1970 y 2020, el índice de envejecimiento pasó de 12 a 48 personas de 60 años y más por cada 100 niñas y niños con menos de 15 años, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda (Censo 2020).
El incremento de los adultos mayores evidencia un proceso de envejecimiento demográfico. Se estima que para 2050, el porcentaje de adultos mayores será de 22 por ciento, de acuerdo con las proyecciones de población que publica el Consejo Nacional de Población (CONAPO).
Este fenómeno presenta desafíos significativos para el país, especialmente en lo que respecta al cuidado y bienestar de los adultos mayores. A medida que esta población crece, es crucial identificar los retos pendientes y trabajar en soluciones efectivas para garantizar una vejez digna y de calidad para todos los adultos mayores mexicanos y poblanos.
Uno de los principales retos para los adultos mayores en México es el acceso a servicios de atención médica de calidad. A menudo, enfrentan barreras económicas, geográficas y culturales que dificultan su acceso a servicios de salud adecuados.
Asimismo, el muchos de ellos requieren cuidados especializados debido a enfermedades crónicas o discapacidades relacionadas con la edad. Sin embargo, existe una falta de servicios de cuidado asequibles y de calidad, así como una escasez de profesionales capacitados en el cuidado geriátrico. Es necesario fortalecer los sistemas de atención a largo plazo y promover la formación de personal especializado en el cuidado de los adultos mayores.
Según el Consejo Mexicano de Geriatría en México hay 15.1 millones de adultos mayores, pero sólo 841 médicos certificados, es decir que, divididos entre el número de personas mayores de 60 años, a cada geriatra le correspondería atender a más de 17 mil pacientes; sin embargo, la mayor concentración de especialistas está en la Ciudad de México y el área metropolitana, así como en los estados de Jalisco y Nuevo León.
Para investigadores de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, la insuficiencia de geriatras ya es un problema de salud pública que crecerá en las próximas décadas.
Asimismo, muchos adultos mayores en México enfrentan condiciones económicas precarias y falta de seguridad social. La falta de empleo digno, pensiones insuficientes y la ausencia de sistemas de seguridad social efectivos son algunos de los desafíos que deben abordarse.
En este sentido es que se vuelven prioritarias políticas públicas que promuevan la inclusión económica y la protección social de los adultos mayores, ya que en el país solo un tercio de la población de 65 años y más tenía acceso a pensión por jubilación en 2020.
Precisamente por ello es que la Pensión del Bienestar para Adultos Mayores se ha convertido en uno de los mayores logros del presidente Andrés Manuel López Obrador y del gobierno morenista, ya que resulta de gran ayuda en muchos hogares; a julio de 2023 es recibido por 11 millones 408,304 personas. El programa permite que cada adulto mayor del país inscrito reciba bimestralmente 4,800 pesos.
Aunado a este reto al que el gobierno federal está haciendo frente, tenemos otros vinculados a la discriminación y estigmatización que sufren los adultos mayores, ya que el “edadismo”, que es la discriminación basada en la edad, puede limitar su participación en la vida social, laboral y política. Por lo que es esencial promover una cultura de respeto y valoración, fomentando su participación activa en la sociedad y combatiendo los prejuicios asociados con el envejecimiento.
Sin duda el cuidado de los adultos mayores en el país y el estado presenta retos importantes que requieren atención inmediata. Por ello considero fundamental que el gobierno, la sociedad y las instituciones trabajen de manera conjunta para abordar estos desafíos y garantizar una vejez digna y de calidad para toda esta población. Estoy convencido que invertir en el bienestar de los adultos mayores, México permitirá construir una sociedad más inclusiva y justa para todas las generaciones.