Almudena Martínez-Bordiú / ACI Prensa
El presidente del Tribunal del Vaticano, Giuseppe Pignatone, está siendo investigado por la justicia italiana por haber colaborado presuntamente con la mafia a inicios de los años 90.
Pignatone, de 75 años, es conocido por su extensa trayectoria en el ámbito judicial. Fue también fiscal adjunto de Palermo y fiscal de Roma. Desde octubre de 2019 es presidente del Tribunal del Vaticano.
El pasado miércoles 31 de julio, Pignatone fue citado a declarar en la Corte de Caltanissetta (Sicilia) por presunta complicidad y encubrimiento a la organización mafiosa italiana Cosa Nostra.
Los hechos se remontan al año 1992, cuando la mafia siciliana acabó con la vida de los jueces Paolo Borsellino y Giovanni Falcone.
El 23 de mayo de ese año, ambos magistrados antimafia, junto a sus esposas y varios miembros de su escolta, fueron asesinados al explotar una bomba colocada en sus automóviles por los sicarios de la organización criminal.
Estos jueces lideraban la lucha contra el grupo Cosa Nostra, responsable de atentados, extorsión, narcotráfico y lavado de dinero durante la década de 1990 en Italia.
En aquel entonces, Pignatone era fiscal adjunto de Palermo y supuestamente habría intervenido para imponer el fin de una investigación contra la organización.
Según la prensa italiana, en su declaración del pasado miércoles aseguró ser inocente de todos los cargos y se comprometió a colaborar con la justicia.
Beato Giuseppe “Don Pino”, otra víctima de la mafia siciliana
Cabe recordar que el 15 de septiembre de 1993 la mafia siciliana también acabó con la vida del Beato Giuseppe “Don Pino” Puglisi, un sacerdote siciliano que a pesar de las amenazas, había llevado a cabo una lucha silenciosa contra la delincuencia organizada al educar a los jóvenes en la zona empobrecida de Palermo, donde ejercía su labor pastoral.
Puglisi predicó contra la mafia, les prohibió encabezar procesiones religiosas e incluso dio pistas sigilosas a las autoridades sobre sus últimas actividades en sus homilías. Después de su muerte se reveló que su vida había sido amenazada en numerosas ocasiones.
El 15 de septiembre de 1993 fue detenido en la calle y baleado en el cuello a quemarropa por sicarios dirigidos por los jefes de la mafia local Filippo y Giuseppe Graviano. Murió a causa de sus heridas. Puglisi fue declarado mártir por el Papa Benedicto XVI en 2012 y beatificado en 2013.