Ashraf Ghani tuvo que dejar una parte del millonario botín sobre la pista de despegue para no desestabilizar el aparato
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ANTONIO NAVARRO / LA RAZÓN
La poco decorosa huida en la tarde del domingo del ex presidente Ashraf Ghani, a bordo de un helicóptero y cargado de bolsas de dinero, cuando hacía creer en esos momentos que las autoridades afganas negociaban con los talibanes “un gobierno de transición” es la metáfora más patética del desmoronamiento del Estado afgano, un frágil experimento, espejismo de democracia, que no ha superado las dos décadas de vida.
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Según el relato de un empleado de la embajada rusa en Kabul a las agencias de noticias de su país, en su huida el mandatario se llevó consigo “cuatro vehículos cargados de dinero y trató de meter otra bolsa de dinero en efectivo en el helicóptero. No todo el dinero cupo y una parte del mismo quedó tirado en la pista”.
Este lunes, el propio portavoz de la Embajada rusa en Afganistán hacía hincapié en que “la situación en Kabul es mejor en los primeros días de control talibán que bajo la presidencia de Ghani”. “La forma en que Ghani huyó de Afganistán es lo que mejor caracteriza la caída del régimen”, resumía el portavoz ruso. Moscú ya ha mostrado su disposición a cooperar con las nuevas autoridades.
Por el momento, el paradero final del presidente se desconoce con certeza. La cadena de televisión Al Yazira informó, citando a un guardia de seguridad del presidente, de que Ghani se ha trasladado a la capital de Uzbekistán, Taskent. Por su parte, según otra agencia rusa, Sputnik, que cita fuentes de la Administración afgana, Ghani se encontraría en estos momentos en el sultanato de Omán, adonde habría viajado desde Tayikistán al serle negado el aterrizaje en la República centroasiática aliada de Moscú. El destino final de Ghani, al que acompaña su asesor en seguridad nacional, Hamdullah Mohib, y otro estrecho colaborador, sería Estados Unidos.
La traición de un presidente
La deserción de Ghani es juzgada como “traición” por la sociedad afgana después de que el presidente se hubiera comprometido públicamente a permanecer en el país a pesar de la toma de Kabul por los talibanes . No ha sido así. El mandatario escapó de Afganistán antes mismo que lo hicieran las fuerzas militares estadounidenses que lo apuntalaron en el poder.
Según el medio afgano “Tolo News”, en dos días hasta 45 vuelos de pasajeros viajaron desde Afganistán y Tayikistány otros 28 hicieron lo propio hasta Uzbekistán con oficiales del derrotado Gobierno a bordo. “Esos cobardes abandonaron un país cuyo pueblo sacrificó sus vidas por ellos”, aseguró el embajador afgano en Tayikistán, Zahir Aghbar, en declaraciones recogidas por el citado digital.
Ghani –que había llegado al poder en las elecciones presidenciales de septiembre de 2014- aseguró este domingo que su huida se debe a su deseo de “evitar un baño de sangre”. Entretanto, ayer el ex presidente Hamid Karzai (2001-2014) y el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional Abdulá Abdulá hacían público un video en el que aseguran estar trabajando en estos momentos con los talibanes para garantizar el retorno de la “normalidad” al país.
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