La actriz habló sobre “los peligros del mundo de internet” y sus facetas más oscuras al recoger un premio Bafta por su papel en ‘I am Ruth’, película en la que interpreta a una madre cuya hija está atrapada en la red
EL PAÍS
Nunca decepciona. Allá donde Kate Winslet aparece para pronunciar unas palabras, el espectáculo, la verdad y la emoción están aseguradas. La actriz, ganadora de Oscars, Globos de Oro y Emmys, sumó a su extensa carrera y a su larga lista de galardones dos premios Bafta más —los que entrega la industria británica— el domingo por la noche. Fueron ambos por la película I Am Ruth, de Channel 4, en la que interpreta a una madre angustiada por la inmersión de su hija adolescente en las redes sociales. Una cinta en la que, además, la hija de ficción de Winslet está interpretada por su propia hija, Mia Threapleton, de 22 años, fruto de su relación con su primer marido, el director Jim Threapleton. Y fue a ella a quien le dedicó el premio en un emocionante discurso muy relacionado con la temática de su película.
A su llegada a la alfombra roja, la actriz posó con su hija y, ya una vez recogidos los galardones, repitieron despliegue ante los fotógrafos. Un gesto poco habitual en Winslet, que mantiene lejos de los focos su vida privada y la de sus tres hijos —Mia; Joe, de 19, fruto de su matrimonio con el también director Sam Mendes; y Bear, de nueve, que tiene junto a su actual esposo, Ned Rocknroll, sobrino de Richard Branson—. Sin embargo, esa doble faceta de ser compañeras de reparto y a la vez madre e hija las colocó en esa posición. Y, por tanto, también se entendió claramente el poderoso discurso de la intérprete con respecto a la maternidad y las redes sociales.MÁS INFORMACIÓN
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Cuando subió a recoger su galardón, entre sus lágrimas y las de su emocionada hija, la protagonista de Titanic y El lector dio las gracias a sus productores y a su director, Dominic Savage, por su “delicado manejo de las historias dolorosas que les ocurren de verdad a las mujeres”. “No solo es poderoso, sino valiente, y necesario. Necesitamos esto, queremos ser escuchadas, gracias por darnos este espacio y por crearlo para nosotras”. Pero sobre todo se volcó en los agradecimientos con su hija.
“Si pudiera cortar este premio por la mitad, se la daría a mi hija, Mia Threapleton. Esto lo hemos logrado juntas, nena”, afirmaba al borde de las lágrimas, mientras la joven lloraba en el patio de butacas y le mandaba besos y más besos. “Hubo días en los que fue toda una agonía para ella cavar tan hondo, llegar a territorios emocionales que daban tanto miedo. Me cortaba la respiración. I am Ruth se ha hecho para padres y sus hijos, para familias que se sienten como rehenes por los peligros del mundo de internet. Para padres que desean poder comunicarse con sus adolescentes, pero que ya no pueden hacerlo. Y para los jóvenes que se han convertido en adictos a las redes sociales y a sus facetas más oscuras: vuestras vidas no tienen por qué ser esto”.
Winslet también apeló directamente a quienes, según ella, tienen la capacidad de conseguir que todo sea distinto. “A la gente que está en el poder y a la gente que puede hacer cambios: por favor, penalizad el contenido dañino. Por favor, erradicad el contenido dañino. No lo queremos. Queremos recuperar a nuestros hijos. No queremos que nos desvelen los miedos por la salud mental de nuestros hijos. Y para cualquier joven que esté escuchando, que sienta que está atrapado en un mundo que no es sano, por favor, pedid ayuda. No hay vergüenza ninguna en admitir que se necesita apoyo, está ahí, simplemente pedidla. Muchas gracias”, remató su aplaudido discurso.
Esta no es la primera vez que Winslet habla sobre el asunto de las redes sociales, pero sí una de las más poderosas en cuanto al púlpito desde el que lo hace, en una entrega de premios con una audiencia global. En una entrevista con la cadena británica BBC en diciembre de 2022 ya explicó que no vive encerrada en una burbuja. “No tengo una fórmula mágica ni un manual”, decía entonces. “Soy como cualquier otro padre que tiene que ir apañándoselas”. Pero entonces afirmó que sus hijos “ni tienen ni han tenido” cuentas en redes sociales. “Hay muchísimos perfiles falsos míos y de mis hijos, extrañamente, eso me cuentan. Pero es posible decir: ‘No, no puedes tener un perfil. No puedes porque quiero que disfrutes de la vida. Quiero que seas un niño, quiero que mires a las nubes, no que les saques fotos y las subas a una página de Instagram y que entonces decidas si merece la pena mirarlas o no porque alguien ha pensado que son una basura”, argumentaba la actriz. “A menudo hay una manipulación muy simple de la autoestima pero, en una escala más grande y más oscura, la manipulación en la autoestima de los jóvenes llega hasta que pierden completamente el sentido de quiénes son, y no saben cómo comunicarse con sus amigos, incluso con sus familias, y eso les hace deprimirse. Obviamente es un problema grave. No, no dejes que tus hijos tengan un teléfono si son demasiado pequeños como para saber qué hacer con él”.