Facebook supera los 3.000 millones de cuentas activas, Instagram los 1.200 millones y X (antigua Twitter) cuenta con cerca de 550 millones de usuarios
MARCOS SIERRA / VozPópuli
El poder que aglutinan Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos –dueños de Twitter, Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp) y Amazon respectivamente- es inédito en la historia de la humanidad, si atendemos a su potencial control sobre lo que sucede en la esfera de la opinión pública.
Facebook supera los 3.000 millones de cuentas activas, Instagram los 1.200 millones y X (antigua Twitter) cuenta con cerca de 550 millones de usuarios. En total, suman cerca de 4.600 millones de cuentas, lo que supone más de la mitad de la población mundial, que supera los 8.000 millones de personas.
Es cierto que muchos serán los mismos usuarios en varias de las redes sociales y servicios antes citados, pero no deja de ser una cifra significativa. Esto supone tener el control, especialmente en el caso de Facebook y Twitter, sobre los movimientos de las opiniones de un gran porcentaje de la población mundial.
No hay que olvidar el caso Cambridge Analytica, que podría haber ayudado a cambiar el sentido del voto de miles de usuarios de Twitter en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos de 2016 mediante la compra de datos de millones de cuentas y el envío de publicidad a la carta con esos datos para modificar su sufragio
El poder de estas redes sociales está cada vez más fuera de control para unos, mientras para otros cada vez ofrecen más libertad. Dos polos opuestos, los de aquellos que defienden la política de tres de las personas más ricas del mundo y sus empresas tecnológicas, y los que consideran que se deben levantar más controles sobre las publicaciones y perfiles en redes sociales.
Cuando en 2022 Musk compró Twitter por 41.000 millones de dólares lo primero que hizo fue flexibilizar los filtros que impedían a los usuarios publicar contenidos que incitaran al odio y aquellos de carácter sensible. Un claro guiño a Donald Trump, que llevaba meses denunciando a esta red social, a la que acusaba de manejar a su antojo la opinión pública -Twitter llegó a suspender permanentemente la cuenta del político estadounidense- hasta que la compró el fundador de Tesla. La eliminación de controles fue muy criticada, pero se aplicaba «solo» a unos 310 millones de usuarios. Recalcamos el «solo» porque en el contexto de la población mundial, aunque es una cifra considerable, está lejos de los números de otras redes sociales, como puede ser el conglomerado de Meta.
Vamos a detectar menos cosas malas, pero también se reducirá el número de publicaciones y cuentas de personas eliminadas sin culpa alguna”, asegura Mark Zuckerberg
La bomba explotó hace solo unos días, cuando Mark Zuckerberg anunció que Facebook abandonará la figura de los verificadores, aquellas empresas de comunicación que tienen la función de decidir qué es una noticia falsa o fake new y cuál no -en España estas figuras son Maldita y Newtral-. Facebook e Instagram cuentan con unos 4.200 millones de usuarios activos. El cambio en la forma en la que se abordan los contenidos ha hecho saltar las alarmas sobre la posible expansión de la desinformación, con lo que ello supone para que la opinión pública vire en uno u otro sentido en base a los comentarios y noticias que se difundan en estas y otras redes sociales.
Zuckerberg justificaba su decisión con esta frase: “Vamos a detectar menos cosas malas, pero también se reducirá el número de publicaciones y cuentas de personas eliminadas sin culpa alguna”. La realidad es que, viendo el poder de influencia que Elon Musk ha conseguido sobre Donald Trump -lo ha nombrado jefe del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental-, es razonable pensar que el fundador de Meta se haya visto empujado a tomar una decisión similar para ganarse el favor del nuevo presidente electo de los Estados Unidos.
Con este contexto de fondo no se puede olvidar Cambridge Analytica, un caso que acabó en los tribunales y que podría haber ayudado a cambiar el sentido del voto de miles de usuarios de Twitter en las elecciones a la presidencia de Estados Unidos de 2016 mediante la compra de datos de millones de usuarios y el envío de publicidad a la carta para modificar su sufragio. El caso se saldó con una multa de 4.600 millones para Facebook, pero parece no haber surtido efecto visto lo visto.
La polémica está servida, y más lo estará en Redes Sociales. Diversos medios de comunicación y periodistas han decidido abandonar X -caso de The Guardian o La Vanguardia en España- tras la deriva que ha tomado tras el aterrizaje de Musk, pero no es menos cierto que otros perfiles han vuelto a la red del pajarito. Es el caso de Donald Trump el pasado verano, que ya luce de nuevo perfil, con casi 100 millones de seguidores. No puede desaprovechar un altavoz, como otros tantos, a través del que se informan millones de usuarios de todo el orbe.
Los imperios de Zuckerberg y Musk
Tanto Mark Zuckerberg como Elon Musk han basado el éxito de su crecimiento en la diversificación del negocio, en un caso en lo que a empresas y start ups (Musk) se refiere, y en el otro en el campo de las redes sociales (Zuckerberg).
Elon Musk arrancó su aventura como emprendedor en 1995 tras fundar junto a su hermano Zip2, que se vendió en 1999 por más de 300 millones de dólares (se dedicaba a ofrecer guías locales a diarios de Internet). Ya en 2002 creó la mítica SpaceX, cuyo objetivo es abaratar el coste del lanzamiento de cohetes y llevar al hombre a Marte. Poco después se unió a Tesla, compañía que acabaría comprando, y continuó creando corporaciones como Neuralink, The Boring Company o xAI. Hoy es la persona más rica del mundo, con una fortuna estimada de casi 400.000 millones de dólares.
El crecimiento de Mark Zuckerberg en redes sociales se ha centrado más en el modelo inorgánico, basado en la compra de otros negocios ya rentables. Si bien Facebook fue producto de su imaginación cuando estudiaba en 2004 en la universidad de Harvard, Instagram y WhatsApp pasaron a su poder tirando de chequera.
Así, en 2012 se hizo con Instagram por 1.000 millones de dólares. Una compra interesante con la que ampliaba el espectro de usuarios en cuanto edad, ya que si Facebook era (y es) utilizada en líneas generales por usuarios de más de 35 años, Instagram es la red elegida por los más jóvenes. En cuanto a WhatsApp, se hizo con ella por 22.000 millones de dólares en 2016. En la actualidad cuenta con más de 2.000 millones de usuarios que acceden al menos una vez al mes. En el caso de Zuckerberg, su fortuna asciende a 200.000 millones de dólares. Es la mitad de lo que posee Musk, pero su capacidad de influencia en la opinión pública esta a años luz de la del fundador de Tesla: suma 6.200 millones de cuentas entre Facebook, Instagram y WhatsApp, frente a los 550 millones de usuarios de Twitter.