Al final del Ángelus, el Papa recuerda el trágico bombardeo de 1945 de las dos ciudades japonesas y pide después oraciones por la paz en Ucrania, Oriente Medio, Sudán y Myanmar: «Sigamos encomendando al Señor a las víctimas de esos acontecimientos y de todas las guerras».
Salvatore Cernuzio / Vatican News
En el Ángelus de este domingo 11 de agosto, Francisco recuerda a los cerca de 220 mil muertos de un día como ayer, víctimas de una de las tragedias más graves de la humanidad, la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki, y no olvida el dolor por los cientos de miles de muertos de hoy, esparcidos en esos trozos de esta «tercera guerra mundial» que se libra en distintas latitudes.
El aniversario de la tragedia
Asomado desde la ventana del Palacio Apostólico, tras la catequesis y la oración mariana, el Papa recordó, en primer lugar, el aniversario del bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945), las dos ciudades japonesas que tuvo ocasión de visitar en noviembre de 2019 con motivo de su viaje apostólico al País del Sol Naciente. Una de las paradas de esa visita fue precisamente en el Memorial de la Paz de Hiroshima, donde también saludó a algunos de los sobrevivientes; un momento que dejó una «profunda impresión» en el Pontífice, como él mismo tuvo ocasión de afirmar públicamente. El aniversario de la tragedia de hace casi ochenta años brinda al Obispo de Roma la oportunidad de elevar una oración a Dios por las víctimas de todas las guerras. En todo lugar y en todo momento:
“Mientras seguimos encomendando al Señor las víctimas de aquellos acontecimientos y de todas las guerras, renovamos nuestra intensa oración por la paz, especialmente por los mártires de Ucrania, Oriente Medio, Palestina, Israel, en Sudán y en Myanmar”
Oraciones por Ucrania, Oriente Medio, Sudán, Myanmar
Oración de Francisco por las víctimas del «trágico» accidente aéreo en Brasil
Como siempre en el Ángelus o en las audiencias generales, hoy el Papa Francisco repasa la lista de territorios donde se está viviendo una violencia brutal: Ucrania, donde continúa el recuento de muertos por los ataques con drones rusos y donde la guerra está adquiriendo nuevos contornos; Oriente Medio, de donde ayer llegaron fotografías y noticias de uno de los atentados más dramáticos en estos diez meses de guerra: el de la escuela Al-Tabai’een, en el sector Al-Sahaba de la ciudad de Gaza, con al menos 100 muertos y decenas de heridos, entre ellos niños, según informaron las autoridades palestinas. Luego Sudán, donde el conflicto se extiende obligando a huir a sus habitantes e incluso a todos los misioneros, y Myanmar, una crisis a menudo olvidada por la opinión pública, una tierra de sufrimiento donde se producen tragedias como el ataque con drones de ayer contra los rohingya que huyen a la vecina Bangladesh y que mató a decenas de personas. Entre ellas, también familias con niños.
Por todas estas personas, el Papa pide oraciones. Al igual que pide oraciones por las víctimas del accidente aéreo ocurrido en Brasil el pasado 9 de agosto.Lea también11/08/2024
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Los saludos a fieles y peregrinos
Finalmente, mirando a los peregrinos presentes en la plaza, abarrotada teniendo en cuenta el período de mediados de agosto, el Papa recuerda la fiesta de Santa Clara de Asís, que se celebra hoy. Luego dirige un afectuoso pensamiento a todas las clarisas, en particular a las de Vallegloria a las que, dice, «me une una hermosa amistad». Se trata del monasterio de Spello, en Umbría, que el Papa visitó de sorpresa en 2019 y 2021, en el marco de sus visitas a Asís.
Un saludo también para los estudiantes del seminario menor de Bérgamo, que llegaron a pie a Roma desde Asís tras una peregrinación de varios días por carretera. «¿Están cansados?», pregunta el Pontífice. «No», gritan los chicos a coro. «¿No? Son buenos», responde Francisco. De ahí el deseo a todos de un » «feliz domingo » y la petición habitual de que recen por él.