El Pontífice visita este sábado el asentamiento de Mavrovouni, en Grecia, donde viven 3.000 migrantes
EP / Roma / COPE
El papa Francisco ha advertido ese sábado de que en Europa y en el resto del mundo se está registrando «un retroceso de la democracia», sobre todo debido a los populismos y a «la distancia de las instituciones», durante su discurso a las autoridades en el primer día de su viaje a Grecia.
Francisco ha llegado esta mañana a Atenas procedente de Chipre y su primer acto ha sido la visita de cortesía y reunión con la presidenta, Katerina Sakelaropul, y el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, antes de recordar en su discurso que en Grecia nació la democracia y advertir que «no se puede dejar de constatar con preocupación cómo hoy, no sólo en el continente europeo, se registra un retroceso de la democracia».
«Mientras, el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos se muestran atrayentes. En diversas sociedades, preocupadas por la seguridad y anestesiadas por el consumismo, el cansancio y el malestar conducen a una suerte de escepticismo democrático”, analizó el pontífice.
«El remedio es la buena política»
Para el papa, este escepticismo sobre la democracia «está provocado por la distancia de las instituciones, por el temor a la pérdida de identidad y por la burocracia» y ha agregado que el remedio es «la buena política». Por ello ha instado «a pasar del partidismo a la participación; del mero compromiso por sostener la propia facción a implicarse activamente por la promoción de todos».
Ante los desafíos «como la defensa del clima, la pandemia, el mercado común y las pobrezas extendidas», Francisco ha insistido en la necesidad de defender el multilateralismo de las «excesivas pretensiones nacionalistas» y «para poner las exigencias comunes ante los intereses privados». Y ha deseado que «a las seducciones del autoritarismo se responda con la democracia; que a la indiferencia individualista se oponga el cuidado del otro, del pobre y de la creación, pilares esenciales para un humanismo renovado, que es lo que necesitan nuestros tiempos y nuestra Europa».
Pide una política migratoria común
Asimismo, el papa ha pedido una política común en materia de migración para una Europa «desgarrada por egoísmos nacionalistas». De hecho, ha recordado que en Grecia es un país «caracterizado por la acogida, ha visto llegar a algunas de sus islas un número mayor de hermanos y hermanas migrantes que el de los mismos habitantes, aumentando de ese modo los problemas, que todavía se ven afectados por las dificultades que trajo consigo la crisis económica».
Pero también ha subrayado como «las demoras europeas perduran» y ha criticado que «la Comunidad Europea, desgarrada por egoísmos nacionalistas, más que ser un tren de solidaridad, algunas veces se muestra bloqueada y sin coordinación». Ante ello, exhortó «a una visión de conjunto, comunitaria, ante la cuestión migratoria, y animar a que se dirija la atención a los más necesitados para que, según las posibilidades de cada país, sean acogidos, protegidos, promovidos e integrados en el pleno respeto de sus derechos humanos y de su dignidad» .
Francisco ha afirmado que a aquellos se ven forzados a huir en busca de un hogar y de esperanza, y que son cada vez más numerosos «son los protagonistas de una terrible odisea moderna» como la del homérico Ulises.
El papa viajará este domingo a la isla de Lesbos para volver a poner el foco en el drama de la migración cinco años después de su primer viaje, cuando visitó el campo de refugiados de la isla en plena crisis migratoria y aunque la situación ha mejorado en el actual centro viven aún 2.500 personas
Fuente: https://cadenaser.com/ser/2021/12/04/internacional/1638614843_895855.html