Las antiadherentes son ideales para el día a día, pero existen otras variedades que conservan mejor el sabor y la textura de los alimentos
AGENCIAS / COMER
Aluminio, acero inoxidable, hierro, titanio, piedra, teflón… Hay numerosos conceptos alrededor del mundo de las sartenes que el consumidor medio desconoce en algunas ocasiones o interpreta mal en otras, de manera que suele llegar a la tienda con algunas ideas erróneas sobre los elementos que debe tener en cuenta a la hora de comprar una sartén. La mayoría, sin embargo, suele coincidir en buscar sartenes antiadherentes. Que no se peguen los alimentos suele ser una prioridad a la hora de escoger sartén, más que su influencia en el sabor y textura de los alimentos, aunque lo más adecuado sería tener en casa varios tipos en función del uso que se les quiera dar.
“No existe un material mejor que otro, todo depende de las necesidades. Lo que sí deben tener en común todas las sartenes que tengamos en casa, sean del material que sean, es que sean de buena calidad”, explica la directora de la escuela de cocina La Patente, Àngels Puntas. En este sentido, es importante mentalizarse de que a menudo las sartenes económicas suelen suponer pan para hoy y hambre para mañana, ya que tendremos que renovarlas regularmente y al final acabaremos gastando más. Puntas aconseja que “en cuanto los materiales empiezan a saltar es necesario desechar la sartén”. Antes de comprar una nueva conviene tener en cuenta los siguientes aspectos.
El teflón
Muchos consumidores piensan que es un material cancerígeno, pero esta teoría ha sido desmentida del todo por diversos estudios
El mito del teflón
El politetrafluoroetileno (PTFE), más conocido como teflón, es un popular antiadherente que ha sido repetidamente asociado con el riesgo de padecer cáncer, algo que no se ha demostrado e incluso ha sido desestimado por diversos estudios científicos y organizaciones relevantes, como la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este organismo afirma que no existen evidencias científicas para clasificar el PTFE como carcinógeno, de manera que utilizarlo como antiadherente de sartenes no supone ningún riesgo para la salud.
Esta idea, no obstante, está interiorizada en buena parte de consumidores, que buscan alternativas al teflón a la hora de adquirir una sartén. Es aquí cuando empiezan los líos. “Las sartenes antiadherentes están hechas de aluminio y llevan una cobertura antiadherente a base de PTFE. Como alternativa, dada la mala fama del teflón, numerosas compañías empezaron a comercializar sartenes antiadherentes con titanio, piedra, etc., que no son más que denominaciones comerciales que se refieren a los acabados, no a los materiales”, explica Mariano Drozd, manager on-line de Lecuine.com, tienda especializada en la venta de material de cocina y sartenes de alta gama.
Esto significa que muchas personas que adquieren sartenes de piedra o titanio pensando que están libres de teflón están equivocadas, “ya que todas suelen llevar una base de aluminio, una cobertura de teflón y un acabado del material correspondiente, ya sea piedra, titanio o cualquier otro material para reforzar el teflón”, explica Drozd, quien asegura que gran parte de usuarios “no quieren saber nada el teflón porque aseguran que es cancerígeno”. Esta creencia se debe a que antiguamente el PTFE contenía ácido perfluorooctanoico, también conocido como PFOA, una sustancia que el Centro Internacional de Investigaciones contra el Cáncer ha clasificado en el grupo 2B como “posiblemente carcinógeno”. Este compuesto se prohibió hace años, de manera que en la actualidad no existen en el mercado sartenes que contengan PFOA.
Sartenes de batalla
Las sartenes antiadherentes son ideales para el día a día, para cocinar alimentos que tienden a pegarse. Su mantenimiento es muy sencillo, pues no requieren ningún tipo de tratamiento, basta con lavarlas con un jabón suave, utilizar en todo momento utensilios de madera y silicona y no añadirles agua ni lavarlas cuando todavía están calientes. Drozd recomienda no meter las sartenes en el lavavajillas , pues, pese a que la mayoría de fabricantes no desaconsejan su uso, “cuando compramos una sartén de alta gama es importante tratarla bien y procurar que se dañen lo mínimo posible sus componentes”.
Sartenes antiadherentes
Debemos lavarlas con un jabón suave, utilizar solo utensilios de madera o silicona y no mojarlas o lavarlas cuando aún están calientes
Esto pasa también por guardarlas siempre con un separador entre ellas: en la actualidad existen en el mercado algunos de fieltro o de silicona (que funcionan también como salvamanteles si queremos poner la sartén sobre la mesa). Puntas, por su parte, recomienda almacenarlas siempre bien secas y asegurarnos de que no quede comida, lo que significa “que debemos tomarnos nuestro tiempo a la hora de lavarlas con mucho cuidado y eliminar bien todos los restos”.
Hay que tener en cuenta que gran parte de sartenes antiadherentes que encontramos en el mercado se pueden meter en el horno, de manera que si nos hacemos con una buena sartén no necesitaremos cazuelas específicas para horno. En la actualidad existen unas pocas marcas que ofrecen una garantía de por vida en sus sartenes, cuyo precio, si son de alta gama, puede rondar los 60 € para una sartén mediana. “Son productos muy duraderos, por lo que acabaremos ahorrando a medio plazo, pues no tendremos que renovarlas”, explica Drozd.
¿Te gusta cocinar?
Las sartenes de hierro no son tan antiadherentes y son, además, bastante pesadas, pero tienen una ventaja frente a la clásica sartén de teflón de batalla: conservan mucho mejor el sabor de los alimentos. “El hierro soporta altas temperaturas sin problema, cosa que no ocurre en las antiadherentes, de manera que es un material ideal para cocinar determinados alimentos”, señala Drozd. Carnes, pescados o cualquier producto que requiera un cocinado preciso quedarán mejor en una sartén de hierro, que suele ser el siguiente paso para todos aquellos que compran una buena antiadherente. Existen dos tipos de sartenes de hierro en el mercado: las de hierro fundido y las de hierro moldeado, estas últimas más ligeras.
“Pese a las ventajas del hierro a la hora de cocinar determinados alimentos, pues se nota muchísimo que el sabor es mejor, este requiere cuidados especiales que hacen que muchos usuarios, que buscan comodidad, lo desestimen: hay que rociar la sartén con aceite después de cada uso, tras el lavado, para que el material se conserve correctamente”. Puntas destaca la gran capacidad de las sartenes de hierro para transmitir el calor, y recomienda adquirirlas siempre con lo que se conoce como fondo sándwich: un termodifusor que se encuentra en la base y garantiza una distribución uniforme del calor, cosa que se traduce en un mayor ahorro de energía y en una cocción mejor.
Las sartenes de hierro
Son más pesadas pero conservan mejor el sabor del alimento, por eso son recomendables para cualquier producto que requiera un cocinado preciso
Un clásico: el acero inoxidable
Son las típicas sartenes que se usan en restauración, resistentes, duraderas, fáciles de limpiar y conservar. Como en el caso del hierro, el acero inoxidable permite subir al máximo la temperatura, de modo que son ideales para todos aquellos que saben cocinar, son capaces de modular las temperaturas en función del alimento y acaban conociendo los trucos para que no se peguen. Drozd explica que existen vídeos, tutoriales y otro tipo de materiales disponibles para sacar el máximo rendimiento a este tipo de sartenes. “No es que los alimentos se peguen: es que tenemos que olvidar todo lo que sabemos y volver a aprender de nuevo, porque las sartenes de acero inoxidable no funcionan para nada como las antiadherentes”. Una vez se conocen los secretos, este material cosecha auténticos fans por su durabilidad y resistencia.
Cerámica
El auge y declive de las sartenes de cerámica, aquellas con fondo blanco que se pusieron de moda hace unos años para caer enseguida en desgracia, tiene que ver con la popularización de algunas de muy mala calidad que se vendían a precios reducidos en los supermercados. “Se presentaban como alternativas al teflón por ser un material inocuo, pero a la hora de la verdad no tenían adherencia y era difícil cocinar con ellas”, explica Drozd, quien señala que en el mercado existen algunas sartenes de cerámica de alta calidad que dan muy buenos resultados, aunque también son más caras.
En este sentido, es importante no confiar en las gangas, pues en materia de sartenes es raro que alguien esté dispuesto a dar duros a cuatro pesetas. Un buen ejemplo son las de cobre, que es el material más caro y valorado, con sartenes que pueden oscilar entre los 300 y 400 €. “A veces en teletiendas y en algunos establecimientos encontramos sartenes de cobre a precio de ganga, la gente las compra creyendo que van a ser la panacea y a los dos días las tienen que tirar”, explica el experto, quien destaca que la mayoría de sartenes que salen al mercado ya suelen ser aptas para gas, inducción y vitrocerámica.