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El «fraude» de los turrones españoles: la mayoría se elaboran con almendras americanas y miel de China | El Mundo

Los agricultores denuncian que «la especulación vuelve a casa por Navidad», aunque admiten que a los consumidores les resulta muy difícil distinguir el contenido de los dulces navideños

Un trabajador tuesta unos turrones de yema en una fábrica. GETTY

DAVID VIGARIO / Mérida / EL MUNDO

A los consumidores les cuesta cada vez más distinguir el origen de las materias primas con las que están elaborados los alimentos que adquieren en cualquier tienda o supermercado. Es una crítica generalizada en los últimos tiempos. Ni la aprobación de diversas leyes al respecto, no sólo en España sino también en la Unión Europea, ha solventado esta queja unánime por parte de los productores agrarios españoles, que claman por un etiquetado mucho más claro y, sobre todo, real. Lo que no parecía probable es que esta derivada incluyese también a los tradicionales productos navideños. Y no digamos ya al producto estrella, los turrones, cuyas marcas líderes, las que más venden, tienen un marcado sello nacional. Por el contrario, «la especulación y la opacidad vuelven a casa por Navidad», denuncian los afectados.

«Para los consumidores resulta prácticamente imposible saber qué origen tienen las materias primas que contienen los dulces navideños», ratifica Javier Fatás, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG. Esa dificultad conlleva a que «podemos encontrarnos con turrones que aparentemente pueden parecer 100% españoles y que en realidad hayan utilizado miel china y almendras de EE.UU en su elaboración», denuncia.

La normativa sólo obliga a indicar el origen del ingrediente principal cuando se mencione el país de origen del alimento, algo que rara vez ocurre. Es decir, «no existe obligación sencilla y clara de incluir el origen de los ingredientes, ni siquiera para algunas de las principales certificaciones de calidad de nuestros afamados turrones». Esta organización agraria, y no es la única, viene reclamando desde hace mucho tiempo al Gobierno y a las CC.AA. un etiquetado obligatorio del origen de todas las materias primas que componen turrones y otros productos típicos de la Navidad. También en el Parlamento Europeo, donde existe un debate abierto, pero falta aún una resolución definitiva al respecto, con países en contra como Alemania.

A pie de campo lo ratifica Francisco Ponce, productor de almendras en la comarca de Calatayud (Aragón), donde cuenta, junto a su padre, con 33 hectáreas (8 de regadío) que producen al año unas 20 toneladas: «La almendra americana no mira la calidad, es un producto más de diario pero a la industria española le interesa mover mucho volumen, aunque sea peor, mientras que la mayoría de países de Europa apuesta por lo contrario, pero las industrias turroneras españolas van a lo fácil». Así que el consumidor nacional que compra un turrón supuestamente español por todos lados, elaborado aquí, por el contrario resulta que se está llevando, sin ser consciente, un producto que tiene la materia prima, en este caso la almendra, de origen americano.

«Esto va cada vez a más, no paran de llegar barcos procedentes de EE.UU, pero como a la industria ni se le asusta ni se le presiona para lo contrario por parte de las administraciones, en este caso el Ministerio de Consumo, pues lo siguen haciendo», critica.

Por si fuera poco, mientras las grandes empresas turroneras aseguran que en esta campaña han encarecido su producto en la venta al consumidor un 10% -como se puede comprobar en los lineales de la compra- , pero este incremento no se está viendo repercutido en las cotizaciones de almendricultores. Así, los precios en origen de la almendra se sitúan entre un 6 y un 10% menos que la campaña anterior, según las principales lonjas, para la variedad comuna y entre un 2 y un 5% menos si se analiza el conjunto de las principales variedades. Por ejemplo, mientras que en la variedad común a los precios oscilaron entre los 3,85 y los 4,05€/kg en 2021, ahora las cotizaciones se sitúan entre los 3,5 y los 3,8 €/kg. «Las industrias sí sacan beneficio porque compran barato y venden caros y nosotros hemos perdido mucha rentabilidad, y más con la subida de los costes de producción», subraya este agricultor.

España importó en la campaña 2021/22 cerca de las 120.000 toneladas de este producto, cifra muy superior al máximo productivo que se ha alcanzado en nuestro país (95.000 tn en 2020), principalmente procedente de EEUU, y que sirven para abastecer a nuestra industria de transformación, así como para ser reexportadas a otros países, principalmente de la UE. Para la actual campaña, según las previsiones del Ministerio de Agricultura, la producción de almendra se estima en 325.943 tn, un 23% menos que el año pasado. «Las heladas de abril y las grandes sequías que ha padecido el campo han sido las claves de este descenso acusado», confirma Francisco Ponce. España se había convertido en los últimos años en el segundo productor de almendras a nivel mundial, solo por detrás de EE.UU.

LA MIEL, TAMPOCO

Una situación similar se produce con la miel, en este caso procedente de China, sin ningún tipo de control. Pedro Loscertales es un apicultor, de cuarta generación familiar, en Los Monegros (Huesca), donde tiene 500 colmenas. «Primero que es mucho más barato la de allí pero encima la normativa permite que en la etiqueta desaparezca la palabra China», se queja para subrayar que dos décadas atrás, a través del polen, sí se podía comprobar a través de una muestra en laboratorios, y por 20 euros, el origen del producto pero ahora se permiten los minifiltros que impiden este análisis.

A ello se suma esta campaña que los precios ofertados por la miel española este otoño son entre un 6 y un 8% inferiores a los precios pagados en la campaña anterior, si bien la práctica totalidad de la miel que se ha producido está a día de hoy en los almacenes de apicultores y cooperativas ya que no está habiendo operaciones comerciales.

Esta paralización del mercado se debe a que la industria española ha importado, en lo que se lleva de año, más toneladas de miel que nunca antes en la serie histórica. La producción de miel en España se sitúa alrededor de los 30 millones de toneladas, aunque con una clara tendencia descendente en los últimos años debido principalmente a las malas condiciones climatológicas («el cambio climático», subraya el apicultor aragonés. Este año incluso se teme que se vaya perder hasta el 70% de la volumen total.

Nuestro país cuenta con 36.475 explotaciones (datos REGA, julio 2022), de las que alrededor del 18% son profesionales (aquellas explotaciones que reúnen más de 150 colmenas). En lo relativo a las importaciones, el volumen acumulado en 2021 alcanzó las 31.627 toneladas mientras que las exportaciones alcanzaron las 28.441 toneladas. «Como se sigan perdiendo apicultores, no sólo lo va a perder el consumidor a la hora de su compra sino también esa falta de polinización conllevará la pérdida de los ecosistemas».

Con todos estos datos, COAG reclama a las grandes industrias turroneras «una apuesta decidida por el producto nacional y una remuneración justa a los agricultores y apicultores españoles». Al Gobierno y las CC.AA, le exige una modificación de la normativa sobre etiquetado de dulces navideños en los que se obligue a detallar el país de origen de todas las materias primas. Ganarían los agricultores y, sobre todo, el consumidor no se sentiría engañado.

Fuente: https://www.elmundo.es/economia/2022/11/28/63838b50fc6c83390b8b45f2.html

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