Los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) producen el fentanilo en laboratorios clandestinos mediante productos químicos y cosméticos que adquieren de China y luego lo trafican y distribuyen en territorio estadounidense.
REDACCIÓN EL INDEPENDIENTE
El fentanilo y los opiáceos sintéticos han reconfigurado internamente a los carteles de la droga en México debido a las cuantiosas ganancias que generan. No solo se trata del desplazamiento de los narcóticos que hasta hace poco tiempo eran los usuales, la marihuana y la heroína; hay evidencia de un proceso de reconfiguración de los grupos criminales en México por la cadena de producción y distribución de opiáceos sintéticos y por el mercado de suministros químicos.
Prueba de ello han sido las recientes tensiones generadas a partir de las distintas declaraciones de altos funcionarios de EU y México respecto a la producción y consumo del fentanilo.
Ayer El Independiente público una nota en la que el jefe de la oficina antidrogas del Departamento de Estado de Estados Unidos, Todd Robinson afirmó que “el fentanilo sí se fabrica en México”, y que la cooperación bilateral para frenar su tráfico es “muy buena”, pero todavía puede mejorar.
La nota señala que de acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) producen el fentanilo en laboratorios clandestinos mediante productos químicos y cosméticos que adquieren de China y luego lo trafican y distribuyen en territorio estadounidense.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha negado en varias ocasiones que se produzca fentanilo en México, al argumentar que la droga llega directamente desde China a EU y que por México pasa solo una pequeña parte.
Este reportaje analiza y sintetiza cómo las redes de narcotráfico en México han cambiado a partir del surgimiento de drogas sintéticas como el fentanilo.
Desde los años 80, México se consolidó como puente de cocaína entre América del Sur y Estados Unidos, sin embargo, en los últimos años, la crisis del consumo de opioides sintéticos en EU y el abastecimiento de precursores químicos provenientes de India y China apuntan a una nueva reconfiguración del papel de México en el panorama mundial de drogas.
De acuerdo con la investigación: “La transición hacia el fentanilo. Cambios y continuidades del mercado de drogas en México (2015-2022)” publicada por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, señala que: La historia del narcotráfico en el país da cuenta que los narcotraficantes mexicanos aprenden rápido. México es, desde hace más de un siglo, un país clave en el mercado internacional de drogas (Smith, 2021; Pérez Ricart, 2022).
Los cambios en el escenario internacional han impactado en las dinámicas internas del tráfico de drogas en México. Se trata de un mercado altamente vulnerable a las transformaciones globales. Así, por ejemplo, la detención del tráfico de opio desde Turquía —la llamada Conexión Francesa—, a principios de la década del setenta, provocó un aumento brutal en la producción mexicana.
TRIÁNGULO DORADO
En primer lugar, el llamado Triángulo Dorado, compuesto por la zona montañosa que reúne las fronteras de los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango. Es en esa serranía, de imposible acceso, en donde comenzó a cultivarse, ya a escala masiva, amapola en la década de los cuarenta (Fernández Velázquez, 2021; Farfán Méndez y Porter, 2023). Es también ese el epicentro de las tareas de erradicación dirigidas por el Ejército mexicano y la policía y la política tardaron en llegar a la crisis del fentanilo.
En Estados Unidos algo se movió. Hacia mediados de la década, las agencias antinarcóticos de EU destinaron una proporción desmesurada de sus agentes y recursos a detener el tráfico en Florida. Crecieron las confiscaciones y los arrestos. Muy pronto los traficantes colombianos se pusieron en la búsqueda de nuevos horizontes. México se convirtió en el lugar ideal para el tránsito de cocaína (Smith, 2021). Lo sigue siendo hasta estos días.
ORGANIZACIONES CRIMINALES PROFESIONALIZAN SUS CUADROS
Las organizaciones tienden hacia la profesionalización de sus cuadros. Del mismo modo que el mapa criminal se vuelve más fragmentado y las organizaciones tienden a ser más pequeñas, los datos arrojan una tendencia hacia la especialización de ciertos cuadros profesionales. La necesidad de sinterizar fentanilo o de buscar precursores adecuados ha llevado a que las organizaciones busquen colaboradores con perfiles especializados.
En los últimos dos años se ha multiplicado la evidencia de grupos criminales que patrocinan a sus integrantes estudios de carreras de química farmacéutica “para adquirir conocimientos especializados en la materia que les permitan elaborar ilegalmente fentanilo” (Espino, 2022), así como la contratación de ingenieros egresados de importantes universidades (Vela, 2020).
CONCENTRACIÓN DEL MERCADO PARA LA PRODUCCIÓN DE FENTANILO
A diferencia de la cadena de cultivo de marihuana y amapola, que obligaba a una amplia presencia territorial en largas zonas rurales por parte de la organización criminal, en el caso del fentanilo lo relevante es la capacidad para reunir en un solo laboratorio lo necesario para su síntesis.
Un informe del Centro Nacional de Inteligencia de finales de 2022 da cuenta de la concentración del mercado de suministro de químicos para la producción de fentanilo. Según este reporte, citado en una investigación periodística de Milenio, tres empresas legalmente constituidas en México (Corporativo y Enlace Ram, Corporativo Escomexa y Grupo Pochteca) abastecían sin distinción tanto al CJNG como al Cártel de Sinaloa de precursores como nitrógeno no proteico (NNP), anilina, cloruro de propionilo y 4-anilino-N-fenetilpipe-ridina (ANPP) (Navarro, 2022).
El hecho de que las mismas empresas sean proveedoras de dos grupos criminales rivales indica que, mientras la cadena de producción y distribución de opiáceos sintéticos tiende a la fragmentación, el mercado de suministros químicos continúa reducido a unos pocos actores.
ZONAS DE OPERACIÓN TRADICIONALES PERMANECEN
Así como se identifican importantes cambios en la operación y la estructura de las organizaciones criminales, hay otras variables que se mantienen estables. Por ejemplo, las zonas de operación tradicionales permanecen.
Sinaloa, estado tradicionalmente cultivador de amapola y marihuana, es también preponderante en la producción de fentanilo. Que el 88% de los laboratorios desmantelados por las Fuerzas Armadas entre finales de 2018 e inicios de 2023 estén en esta localidad da cuenta de ello.
La otra zona que históricamente ha sido relevante para el cultivo de amapola y marihuana es el estado de Guerrero. Sobresalen dos espacios: por un lado, la región occidental del estado, en donde convergen la Costa Grande y Tierra Caliente, y, del lado oriental, la región de la Montaña, en la colindancia de Guerrero con el estado de Oaxaca y Puebla (Gaussens, 2018).
En lo relativo al cambio o no del uso de la violencia como método para dirimir conflictos no se ha encontrado evidencia contundente. La agenda de investigación sobre el impacto del fentanilo en la configuración del narcotráfico en México (y en América Latina) está todavía en una fase incipiente. El uso de datos abiertos es útil, pero todavía insuficiente.
DEA EN EL OJO DEL HURACÁN
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés), se encuentra en el ojo del huracán. La crítica predominante es que la agencia federal antinarcóticos más importante de Estados Unidos fue lenta en responder al fenómeno y tardó varios años en entender la magnitud de la crisis. Su respuesta en Estados Unidos y fuera de sus fronteras ha sido lenta, al grado de que la propia jefa de la DEA, Anne Milgram, se vio obligada a reconocer a finales de 2022 que su agencia tardó en entender el problema.
Fuente: https://elindependiente.mx/seguridad-y-defensa/2023/08/10/fentanilo-cambia-las-organizaciones/