Los Periodistas

El factor humano

#PorSoleares | Contendientes por candidatura de Morena debían granjearse a Céspedes, fiel de la balanza

Por Jesús Manuel Hernánez

Voces de intrigas, hechos enraizados en ultratumba, topos, espías, agentes dobles, cobro de favores, polvos de viejos lodos y un matiz de humanismo y buenos deseos, todo eso y más estamos viviendo en Puebla ante la desesperada sucesión gubernamental.

Un repaso por las noticias y aportaciones de las redes sociales tan socorridas por los aspirantes permiten adivinar que el factor humano está siendo despreciado por los pronosticadores del futuro y los impulsores de presuntas candidaturas.

Graham Green, escritor y novelista británico, se especializó en asuntos del espionaje de la Guerra Fría en un ámbito psicológico y con tinte y flema británicos. Una de sus novelas “El Factor Humano” revela la seducción a un agente burocratizado del MI6 favorecido por una conexión soviética para sacar a su mujer y un hijo de Sudáfrica, al cabo de los años le cobran el favor y se ve obligado a ayudar a los comunistas de la época.

Un típico caso de “doble agente” que bien pudiera tener personifcación en algunos de los grupos en el entorno a los aspirantes a gobernar Puebla, y no es un asunto de traición, más bien de cobro de viejas facturas, algunas guardadas en el cajón y otras puestas a disposición de quienes quieran ventilarlas con tal de “bajar” al enemigo.

De pronto aparecen videos de ultratumba contra “Morenacho”, lo mismo contra su primo, en un afán por bajarse el uno al otro de la contienda.

Los ojos de los poblanos están más influenciados por los “juicios de valor” que por la investigación de fondo y el conocimiento de los hechos reales y la medición de las fuerzas.

Y con esas versiones crecen los opinadores que aseguran que el presidente, AMLO, influirá en las decisiones y apaciguará a todos con un manotazo sobre la mesa, a los perdedores les pedirá sumar con “la” o “el” elegido y habrá intercambio de cartas, soluciones mágicas para mantener la unidad, la calma y garantizar la permanencia de la 4T.

Muchos, en este sentido, coinciden en que lo que se prepara es un fuerte golpe contra los grupos establecidos en el poder económico y político del Estado de Puebla, asunto que explica cómo hace seis años, esos mismos estaban en otra militancia, hace 12, en otra más y hace 18 en una más.

Decía Graham Green “Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte”, y el sentido de esa frase va taladrando los oídos, el cerebro e influye en el razonamiento de quienes opinan y analisan, y entonces, por arte de magia, quizá negra, se abre un espacio a considerar que ante el brutal enfrentamiento de quienes quieren mantener al establishment en el poder, sea con quien sea, se podría abrir por deseo presidencial, AMLO, una tercera vía y dar paso a evidenciar “el factor humano”; simplemente un tercero en discordia.

Quizá por eso Claudia Rivera no ha dejado de recorrer el estado, quizá por eso mismo Rodrigo Abdala ha revelado sus deseos, quizá por eso los espías, los topos, comienzan a cambiar de trincheras o a mandar mensajes para no quedar fuera de los privilegios.

Quizá también, esta reflexión sea una “mafufada”. Pero a fin de cuentas, se observa que Ricardo Monreal tiene una apuesta cruzada para quedarse en el gobierno de la Ciudad de México y hacer pareja con Armenta en Puebla; Adán Augusto, negociaría una posición en el gabinete, en el Movimiento o en alguna posición privilegiada del Poder Legislativo, y con un amigo gobernando Puebla; quizá por eso Sheinbaum no ha dejado de tener acercamiento con Puebla a través de los conductos institucionales, léase Julio.

Quizá por eso mismo la figura del gobernador Céspedes Peregrina empieza a cobrar relevancia, interesantemente, para convertirse en el “fiel de la balanza” de la sucesión dentro y fuera de Morena.

Quizá por eso los aspirantes, además de recorrer la entidad, desayunar, comer y cenar con grupos de poder, regalar arbolitos, presentar libros y montar  a caballo, debían granjearse la simpatía del Gobernador Céspedes.

Al fin y al cabo nadie puede, o debe, despreciar la fuerza del Estado.

O por lo menos, así me lo parece.

losperiodistas.com.mx@gmail.com

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