El sector del libro se propone igualar o superar las cifras del año anterior, cuando tuvo lugar la Diada más participativa y que más ventas ha hecho en la historia
Sant Jordi 2024 en Barcelona, en directo: autores, firmas y actividades para celebrar la Diada
LARA GÓMEZ RUIZ, FRANCESC BOMBÍ-VILASECA / La Vanguardia
Ni las mejores previsiones prometían una mañana de Sant Jordi tan soleada como la que se está viviendo este martes. “Que todo lo que tenga que llover, lo llueva hoy”, se escuchaba anoche en la fiesta de La Vanguardia, que por undécimo año se celebró en el hotel Alma. Y parece que los dioses han escuchado las plegarias y han permitido un respiro desde primera hora, cuando el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha abierto la Diada con el tradicional desayuno de escritores en el Palau de la Virreina, junto a la traductora Marta Pera.
“Es el día donde se expresa la cultura y el amor entre las personas y el amor por los libros”, ha expresado Collboni, que ha destacado que cerca de un centenar de paradas volverán a la Rambla este Sant Jordi, sobre la que ha recordado que está en proceso de reforma y con la que quieren “preservar su espíritu cultural”. Acto seguido, ha cumplido con el ritual de cada año y ha comprado una rosa en la parada de Flors Carolina, que lleva en funcionamiento 130 años. Por su parte, Marta Pera, Premio Ciutat de Barcelona por su traducción de Orlando de Virginia Woolf, ha reivindicado el colectivo y ha pedido un “reconocimiento” para los traductores, que “también son escritores y hacen literatura”.
El sector del libro confía en los buenos resultados este Sant Jordi, “un día que, si no existiera, ni siquiera la Inteligencia Artificial sabría inventar”, aseguraba ayer el escritor Màrius Serra en la fiesta de La Vanguardia, que reconoce estar “muy sorprendido de que en los últimos días nos hayamos vuelto todos meteorólogos”.
Si los pronósticos se cumplen, este podría superar –o como mínimo igualar– las cifras de 2023, cuando tuvo lugar el Sant Jordi más participativo y que más ventas ha hecho en la historia, con 1,87 millones de ejemplares y una facturación acumulada durante la semana de 24 millones de euros. Son varios los factores que invitan a ello, como el aumento del número de paradas, que en Barcelona, del 2017 al 2024, ha pasado de 186 a 435; el metraje, que se amplia en 3.356 metros; o que la fiesta vuelve a caer en día laborable por primera vez desde la pandemia, algo agrada especialmente al secretario de Estado de cultura, Jordi Martí, pues considera que “la joya de Sant Jordi entre semana se multiplica por mil, porque la mayoría de las empresas dejan salir antes a la gente para poder comprar una rosa y un libro. Este acuerdo no escrito me parece mágico y metafórico”. Martí lamenta perderse esta jornada por primera vez, pues deberá acudir al premio Cervantes, pero asegura haber hecho “una buena previa” acudiendo el día antes a Barcelona para ultimar las compras de libros y asistir a la fiesta de La Vanguardia en el hotel Alma.
«la joya de Sant Jordi entre semana se multiplica por mil, porque la mayoría de las empresas dejan salir antes a la gente para poder comprar una rosa y un libro”
Jordi Martísecretario de Estado de cultura
Quien intente saber hoy quién es el autor o autora más vendido en cualquier categoría, no podrá satisfacer del todo su necesidad, y tendrá que conformarse con “un listado de tendencias de los cinco más vendidos en cada categoría”, aclaró el presidente del Gremi de Llibreters, Èric del Arco, que pidió a periodistas y, a la población en general, que “no preguntéis por los libros más vendidos el mismo 23 de abril porque no lo sabremos. Hemos tomado nota de lo que ocurrió el año pasado”, pues fueron varios títulos los que oscilaron el podio los siguientes días de la festividad. Una medida que deja dudas en los asistentes de si evitará polémicas anteriores. La lista definitiva, con todo el escrutinio analizado al completo, se espera que se haga pública el 29 de abril.
Este es el Sant Jordi de la vuelta a la internacionalidad, pues son muchos los autores que, tras conocer esta Diada, que cada vez traspasa más fronteras, se animan a venir a firmar. Lo tienen mucho más fácil que estos años atrás, en los que la pandemia dejó la fiesta a medio gas, aunque ya el año pasado muchos optaron por tomar un avión. Doug Dorst, Bonnie Garmus, Won-Pyung Sohn o Hernán Díaz con algunos de los autores extranjeros que firmarán en este Sant Jordi que opta por la descentralización, pues las paradas se han repartido por toda la ciudad. Un modelo que apuesta por la proximidad y que se extiende por primera vez en siete distritos, demostrando que esta es una fiesta de todos y para todos.
Otro aspecto a tener en cuenta es que librerías y editoriales pagan por primera vez por tener una parada en las “zonas profesionales” de Barcelona. Es decir, en las que requieren determinados servicios (iluminación, seguridad…) y que se sitúan en algunos de los puntos céntricos de la ciudad: en la plaza Universitat; en la plaza Sarrià; en la plaza Orfila, de Sant Andreu; en Passeig Lluís Companys, en la calle Gran de Gràcia; y en La Rambla, cuna de esta festividad, que este año recupera su totalidad y vuelve a llenarse de rosas y libros desde Canaletes hasta Santa Mònica. Un sistema de copago que, tal y como señaló Èric del Arco, presidente del Gremi de Llibreters de Catalunya, en una rueda de prensa previa a la festividad, “ha venido para quedarse”.
El precio varía desde los 80 euros por 6 metros de caseta si se estaba agremiado y 100 si no, con la posibilidad de ampliar el stand a 12, 18 o 24 metros. Cabe decir, que los paradistas que se sitúan en las zonas profesionales de Diagonal-Les Corts, la Rambla del Poblenou, el paseo Sant Joan-Arc de Triomf o junto a la Biblioteca Gabriel García Márquez están eximidos de este pago. En este último punto, iba a tener lugar el pregón de Sant Jordi, que este año lo protagonizó el escritor de literatura infantil, actor y comediante David Walliams. Finalmente, se celebró en el Born Centre de Cultura i Memòria y se reivindicó el poder de la literatura infantil. “Es importante que los niños lean por placer o de adultos nunca leerán”, puntuó el autor británico, que está detrás de títulos Los bocadillos de rata, El slime gigante o El chico del vestido.
“El cambio de ubicación y que se haya optado por este lugar en vez de por la biblioteca Gabriel García Márquez no es por la huelga de bibliotecas, sino por una cuestión de aforo, pues antes cabían en el auditorio 140 personas y ahora podrán asistir 250, con posibilidad de ampliación”, confirmaron hace unos días a La Vanguardia desde el Consorci de Biblioteques, ante el anuncio de un parón de los centros el día 22, convocado por el Comité de Empresa del Consorci, integrado por La Intersindical y la CGT.