Es importante que gobierno y sociedad civil sumemos esfuerzos para establecer las acciones enfocadas en mejorar el bienestar de los migrantes.
DESDE LA FE
La tragedia ocurrida en Ciudad Juárez no debe quedar impune. La vida de 40 personas fue apagada por el fuego ante la mirada de funcionarios y elementos de seguridad que no hicieron nada por auxiliarlos.
Ya se generaron órdenes de aprehensión para castigar a los involucrados, pero la deuda social con los migrantes no termina ahí. El dolor de dejar su país y su hogar en busca de mejores oportunidades ya es demasiado como para ser tratados como criminales durante su trayecto.
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Como aseguró la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), lo ocurrido en Ciudad Juárez pone en evidencia que las políticas migratorias implementadas se enfocan en la contención y no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes.
Por ello, la solución a la crisis humanitaria que se vive en materia de migración debe tomar en cuenta el factor humanitario, a partir del hecho real de que los migrantes son personas vulnerables, con historias dramáticas que, en la mayoría de los casos, la única opción que tienen para alimentar a sus familias es emigrar a otro país.
En este sentido, hacemos un llamado a los tres órdenes de gobierno a sumar esfuerzos para que, por medio del diálogo y la cooperación, junto con la sociedad civil, se establezcan las acciones enfocadas en el bienestar de los migrantes. Es necesario dejar de verlos como criminales y garantizarles un trato digno y humano.
Desde la Arquidiócesis Primada de México, les recordamos a nuestros hermanos migrantes que siempre pueden contar con el acompañamiento pastoral de esta Iglesia, que no discrimina por lugar de origen, nacionalidad, idioma o situación migratoria.
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La Iglesia cuenta con varios albergues en los que se les proporciona alimentación, apoyo médico y psicológico, así como asistencia espiritual además de, en lo posible, ver la manera en que puedan integrarse socialmente.
Aprovechamos para informar de la reunión que sostendrán este lunes la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México y las agencias de la Organización de las Naciones Unidas en atención a las personas en contexto de movilidad humana, en la que abordarán asuntos relacionados con la incidencia del problema migratorio, así como la formación y el fortalecimiento de la instancias de gobierno para atenderlo y las directrices para la operación de albergues.
Como ha recordado el Papa Francisco: nuestras hermanas y hermanos en tránsito no son invasores, ni destructores, ni usurpadores. Su trabajo, su capacidad de sacrificio, su juventud y su entusiasmo enriquecen a las comunidades que los acogen.
Fuente: https://desdelafe.mx/editorial/migrantes-nuestros-hermanos