Ha matado a dos personas, ha construido la carrera de Muhammad Ali y Mike Tyson, y ha luchado por la reelección de Donald Trump. Hablamos con una leyenda del boxeo, Don King.
Markus Becker / XLSemanal
Su peinado ha sido marca registrada de la casa. El cabello de este promotor de boxeo se erguía agresivo, como una corona, la corona de King. Hoy, su pelo ralo no irradia la misma energía. Tampoco él. En el mundo del boxeo, Donald King fue durante décadas un dios. En ningún deporte son tan importantes los nombres de combate. Mike Tyson era «el hombre más malo del planeta»; Muhammad Ali, «el más grande». Estas dos estrellas, y otras muchas, le deben parte de su fama y riqueza al «hombre del cabello de alto voltaje», el apodo de King.A lo grande. Con Muhammad Ali y Joe Frazier antes de su mítico enfrentamiento por el título mundial celebrado en Manila en 1975.
Por su peinado era fácil caricaturizarlo. De hecho, apareció como personaje animado en Los Simpson y South Park, y tanto él como su pelo han formado parte de la cultura pop. King decía que fue Dios quien le puso el cabello así «para que, cuando llegue mi momento, pueda tirar de mí hacia arriba». ¿Le preocupa que su pelo esté fallando justo ahora que se acerca el momento? King se ríe. «Seguro que encontrará la forma. Pero la historia era buena. Ese siempre fue mi trabajo: contar historias».
«Una vida como la mía no se planifica. Una vida como la mía ni siquiera se puede vivir. Me han dado por muerto tantas veces… Pero aquí estoy con 93 años»
King fue y sigue siendo un maestro de la puesta en escena; siempre interpretó el papel de codicioso y despiadado. Y lo hizo con pasión. Por un lado, porque realmente ponía su propio beneficio por delante. Por otro, porque sus boxeadores brillaban aún más al lado de un malvado. Muchos lo acusaron más tarde de haberlos explotado y robado. Lo que no dijeron es que sin King habrían ganado solo una fracción de lo que ingresaron. Porque tan duro como negociaba con sus boxeadores lo hacía con canales de televisión y patrocinadores, que acaban pagando sumas récord.Años de cárcel y cambio de vida. Antes de convertirse en un personaje rico y famoso, Don King estuvo cuatro años en prisión por haber matado a un antiguo empleado. Dice que en la cárcel decidió cambiar de vida. Lo hizo.
XLSemanal. ¿Planificó su carrera desde el principio?
Don King. Una vida como la mía no se planifica. Una vida como la mía ni siquiera se puede vivir [risas].
La historia de Don King es la de un delincuente menor que acaba cometiendo dos asesinatos y termina convertido en una de las personalidades más conocidas del siglo XX y recibido en todo el mundo casi como un jefe de Estado.
«Muhammad Ali me dijo que me dedicara al negocio. Que era el mejor promotor que había conocido. Le respondí: ‘De acuerdo, pero solo si tú eres mi primer cliente’»
La sede de Don King Productions está en un polígono a setenta kilómetros de Miami. King ocupó el edificio a finales de los años ochenta. Hoy llega hasta allí en el asiento trasero de un SUV. Antes de salir, espera a que un empleado le traiga su andador. King lleva puesta una mascarilla FPP2. Cualquier infección podría ser la última, susurra un empleado. Cuando conocí a King, hace 18 años, me impresionó su presencia física. Un hombre corpulento que atraía toda la atención. Solía usar una chaqueta vaquera adornada con pedrería y la imagen de su rostro dibujada en la espalda. En los bolsillos tenía gruesos fajos de billetes agarrados con una goma. Cuando una vez le pregunté cuánto dinero llevaba consigo, dijo: «Quién sabe cuánto dinero tiene uno, pero uno sabe que nunca tiene suficiente». Con esa misma frase responde hoy a la pregunta de cuánto se ha enriquecido con el boxeo.
XL. En septiembre estuvo usted en el hospital. ¿Qué tiene?
D.K. Me han dado por muerto tantas veces… Pero aquí estoy. Nunca pensé que llegaría a los 93 años.Nueva vida. Tras su salida de prisión, aquí posa con el cómico Chris Rock y los actores Sylvester Stallone y Wesley Snipes.
Pese a la edad, King sigue siendo un promotor en activo. De hecho, tiene bajo contrato a un campeón mundial en funciones, el armenio Noel Mikaelian, que acaba de anunciar que planea demandarlo por incumplimiento de contrato. «Ese tipo está loco o, simplemente, es tonto –dice King–. Tiene los asesores equivocados».
Aunque su mejor época ya ha quedado atrás, pocos dominan el negocio como Don King. A pesar de ello, afirma que se convirtió en promotor de boxeo por pura casualidad, porque se lo pidió Muhammad Ali.
La historia es la siguiente: King gestionaba casas de apuestas ilegales en su ciudad natal, Cleveland. En 1954 disparó y mató a una mujer que, ayudada por dos compinches, trataba de robar en uno de sus garitos. El juez dictaminó defensa propia. Doce años después, en 1966, King mató a otra persona, un antiguo empleado llamado Sam Garrett, por una deuda de 600 dólares.Cameo con Hommer. En los años ochenta y noventa, no había pelea en la que Don King no apareciera junto con el ganador. Ostenta, además, el récord de espectadores en un combate. Su fama lo convirtió en un personaje de Los Simpson. | Getty Images.
Fue condenado a prisión. Cumplió cuatro años en la Institución Correccional de Marion. Durante ese tiempo, según dice, leyó mucho y resolvió cambiar de vida. Prueba de sus buenos propósitos es que tras su liberación, en 1972, organizó un evento de boxeo benéfico para un hospital de su ciudad. Muhammad Ali aceptó la invitación de King y acudió a Cleveland para una pelea de exhibición. «Ahí fue donde nos conocimos –cuenta King–. Me dijo que yo era el mejor promotor que había visto y que debía quedarme en el mundillo. Yo le respondí: ‘Solo si tú eres mi cliente’».
Así fue como Ali fue el primer boxeador que firmó contrato con King. Dos años después organizó uno de los mayores eventos deportivos de la historia: el Rumble in the Jungle, el primer campeonato mundial de peso pesado en África. Financiado por el dictador Mobutu Sese Seko, King atrajo al entonces campeón mundial George Foreman con una bolsa millonaria para que peleara contra Ali en Kinsasa. De hecho, el excéntrico promotor inventó el sportswashing (usar el deporte para mejorar la reputación) mucho antes de que existiera el término.
Con el Rumble in the Jungle y el Thrilla in Manila (la última pelea entre Muhammad Ali y Joe Frazier por el campeonato mundial) un año después en Filipinas, King ganó mucho dinero y de la nada se convirtió en el promotor más influyente del mundo. En los años ochenta y noventa, no hubo gran pelea en la que King no terminara sonriendo junto con el ganador. En septiembre de 1994 presentó seis campeonatos mundiales en una sola noche. Nadie lo había hecho antes que él. En 2003 superó esa marca con ocho peleas de campeonato mundial en un solo evento. Además, todavía ostenta el récord de la mayor cantidad de espectadores que han pagado por un evento de boxeo: 132.247 acudieron el 20 de febrero de 1993 al Estadio Azteca en Ciudad de México para el combate entre Julio César Chávez y Greg Haugen.
¿Qué pasará con su compañía cuando King ya no esté? No hay una buena respuesta. La empresa lleva su nombre, su cara está en el logotipo… En los años 2000 intentó preparar a su hijo adoptivo, Carl, como sucesor. Fue inútil. Don King Productions no es una empresa familiar. Es un espectáculo de un solo hombre.
XL. ¿Cómo se siente al envejecer?
D.K. Todo está bien. Ahora estoy trabajando de nuevo, tengo muchas cosas que hacer. No puedes acostarte y llorar. Si caes, tienes que levantarte y seguir peleando. He dedicado mucha energía a devolver a Donald Trump a la Casa Blanca. Ahora que lo hemos conseguido, tengo que ocuparme de mí y del negocio.
«Odian a Trump porque no pueden controlarlo, sobornarlo ni intimidarlo. Por eso intentaron apartarlo del camino. Pero Dios intervino y salvó su vida»
XL. Siempre ha luchado por los derechos de los afroamericanos. ¿Por qué apoyó a Trump en lugar de a Kamala Harris?
D.K. Odian a Trump porque los desenmascara. Lo insultan de todas las maneras posibles. Lo llaman ‘Hitler’, ‘fascista’. Pero él contraataca. No pueden controlarlo, no pueden sobornarlo, no pueden comprarlo, no pueden intimidarlo. Por eso intentaron apartarlo del camino. Pero no lo consiguieron porque Dios intervino y salvó su vida. Es como conmigo. Han intentado matarme diez veces. Conozco a Trump desde hace mucho tiempo. Hemos trabajado juntos. He llevado combates a sus hoteles. Tyson y otros. Incluso existe una calle con mi nombre.
Entre 1985 y 1994 se celebraron 42 eventos en el Trump Plaza, en Atlantic City. Muchos promotores organizaron veladas de boxeo allí, incluido el eterno rival de King, Bob Arum, también de 93 años y que sigue activo.
XL. ¿Trump sabe algo de boxeo?
D.K. No tiene idea. Pero sabe cómo hacer negocios.
Mike Tyson lo demandó por cien millones de dólares y contó que lo golpeó. «Mike siempre me decía: ‘no me pagan si digo la verdad. Solo me pagan si miento’. Así que le respondí: ‘Cuéntales mentiras, Mike’»
Llegó un momento en el que el modelo de éxito de King se quedó obsoleto. A finales de los noventa, cuando Mike Tyson perdió contra Evander Holyfield y le mordió un trozo de oreja, el mundo del boxeo comenzó a cambiar. King no. Él era un maestro de los tratos con apretones de manos y los acuerdos tras bambalinas. Pequeños favores que se convertían en ligaduras. «Trabajar juntos funciona» es uno de los credos de King. Pero su estilo de hacer negocios desapareció cuando la televisión, los hoteles y los patrocinadores pusieron en marcha departamentos de control financiero.
XL. ¿Cómo ve el boxeo hoy?
D.K. Ya no hay buenos promotores. Pero hay desarrollos interesantes. En Arabia Saudí, por ejemplo. Si ves a ese Turki, dile que quiero hablar con él. Podemos hacer algo grande juntos.
Turki al-Sheikh es algo así como el Mobutu de hoy. El jefe de la Autoridad de Entretenimiento de Arabia Saudí puede utilizar miles de millones de fondos estatales para mejorar la imagen del reino trayendo grandes combates de boxeo al país. En el pasado era King quien organizaba este tipo de acuerdos. Ahora otros ganan el dinero, como el influencer Jake Paul, quien se hizo famoso con vídeos en las redes sociales y ahora es boxeador y promotor. El 16 de diciembre peleó contra Mike Tyson. Lo transmitió Netflix. Más de sesenta millones de personas supuestamente vieron la pelea.
XL. ¿Vio la pelea entre Tyson y Paul?
D.K. Por supuesto que no. Eso no tiene nada que ver con el boxeo, es puro espectáculo. Son dos mundos completamente diferentes. Me preguntaron si quería participar, pero les dije: «¡Olvídenlo! No quiero tener nada que ver con eso».
XL. ¿Cómo es su relación con Tyson?
D.K. Muy buena. Siempre lo ha sido. Nunca hemos tenido problemas.
XL. ¿De verdad? Tyson lo demandó por cien millones de dólares y contó que incluso lo golpeó una vez.
D.K. Mike siempre me decía: «No me pagan si digo la verdad. Solo me pagan si miento». Así que le respondí: «¡Cuéntales mentiras, Mike!».