Excavaciones cerca del Vaticano desentierran los restos de un lujoso complejo que perteneció al polémico soberano romano
Redacción / Infobae
Los restos de una propiedad del emperador romano Calígula, con un pórtico y tuberías, han aparecido en el suelo de la plaza Pía de Roma, cerca de la Ciudad del Vaticano, durante las obras de un paso subterráneo para el Jubileo de 2025.
Entre el hallazgo, anunciado este jueves por el Ministerio de Cultura italiano, está el basamento de lo que hace dos milenios fue un pórtico columnado que daba a un jardín en un edificio construido entre las épocas de Augusto y Nerón y que en algún momento fue de Cayo Julio César Augusto Germánico, alias ‘Calígula’.
La inscripción del nombre de este famoso emperador que gobernó Roma entre los años 37 y 41 d.C. en una tubería de agua de plomo fue la pista que llevó a los investigadores a encontrar, al menos, “al responsable de la primera renovación del complejo”.
Pero también se ha podido atribuir la propiedad del recinto gracias a un pasaje de ‘La Embajada de Cayo’, del escritor Filón de Alejandría, en el que se cuenta cómo Calígula había recibido una representación de los judíos de Alejandría en los jardines de Agripina, un recinto junto al río Tíber (como estos restos).
En este recinto se presentaron al emperador “las dificultades y la crisis que había afectado a la comunidad judía de Alejandría en las relaciones con la población greco-alejandrina, un conflicto que se había manifestado con violencia, riñas y episodios de intolerancia religiosa”.
La similitud entre los restos encontrados y la descripción del historiador permitieron a los investigadores identificar el lugar de este encuentro en las excavaciones de Plaza Pía, a unos metros de la Ciudad del Vaticano y donde el mes pasado se encontró también una lavandería romana del Siglo II.
Este descubrimiento tiene “una importancia histórica considerable” porque sitúa la excavación dentro del área de los Huertos de Agripina la Mayor, madre de Calígula, por lo que “es probable que esta lujosa residencia fuera heredada primero por Germánico, padre del emperador, luego por su esposa y luego por el propio Calígula”.
También en este enclave se encontraron en el siglo pasado “tuberías de plomo con el nombre de Julia Augusta, presumiblemente Livia Drusilla, segunda esposa de Augusto y abuela de Germánico”. La excavación también reveló una importante serie de losas de campana (terracotas figurativas utilizadas para la decoración de tejados) con escenas mitológicas, reutilizadas como cubiertas para las alcantarillas pero “probablemente realizadas originalmente para cubrir alguna estructura del jardín”, según los arqueólogos.
Calígula fue uno de los emperadores más controvertidos y conocidos de la antigua Roma. Ascendió al trono en el año 37 d.C. tras la muerte de su tío abuelo Tiberio. A lo largo de su breve y tumultuoso reinado, Calígula pasó de ser un gobernante querido a uno odiado debido a sus comportamientos erráticos y despóticos. Se le atribuyen numerosos actos de crueldad y extravagancia, así como una política de despilfarro que llevó a Roma a una grave crisis financiera. Sin embargo, algunas de las historias más escandalosas sobre él, como la supuesta intención de nombrar cónsul a su caballo Incitatus, son discutidas por los historiadores modernos y podrían ser exageraciones o fabricaciones posteriores.
Calígula también es recordado por su relación con la arquitectura y las obras públicas. Durante su reinado, inició varios proyectos de construcción, algunos de los cuales fueron completados por sus sucesores. Entre sus contribuciones arquitectónicas destacan la construcción de dos grandes barcos en el lago Nemi, que funcionaban como lujosos palacios flotantes. Estos barcos, que fueron redescubiertos en el siglo XX, eran un testimonio de la opulencia y la innovación técnica de su época. A pesar de los aspectos negativos de su gobierno, estos proyectos reflejan la ambición de Calígula de dejar una marca duradera en Roma y su infraestructura.
(Con información EFE)
Fuente: Infobae