La última carrera puso en evidencia que tienen poca relevancia en determinados temas globales, con el telón de fondo de una de las carreras más duras de las últimas décadas
JAVIER RUBIO / EL CONFIDENCIAL
¿El mejor resumen del pasado Gran Premio de Qatar? “Esta es la carrera más dura para todos los pilotos de Fórmula 1 en nuestras respectivas trayectorias, para todos, sin excepción. No le creo al que diga que no”. Charles Leclerc cerró cualquier margen para la duda.
Los testimonios de la mayoría de los pilotos coincidían en la misma línea tras una carrera demoledora incluso para quienes están adaptados físicamente a los monoplazas a estas alturas de la temporada, y después de preparar recientemente la cita de Singapur. Por tratarse de una carrera absolutamente inusual, algunas lecciones habrán sacado la propia FOM, los equipos y, sobre todo, los pilotos, que han vuelto a comprobar como han sido ninguneados este fin de semana.
Dicho lo anterior, la FIA tomará cartas sobre el asunto y ayer emitió un comunicado en el que declaraba que «aun siedo atletas de élite, no se debería esperan que compitieran bajo condiciones que pudieran poner en peligro su salud y seguridad», asumiendo en el mismo que «tomará todas las medidas razonables para establecer y comunicar aceptables parámetros en los que las competiciones tienen lugar. Así, la FIA ha iniciado un análisis de la situación en Qatar para proporcionar recomendaciones para futuras situaciones de condiciones de tiempo extremas». A buenas horas, mangas verdes ¿Y si un piloto hubiera perdido el conocimiento como algunos, apuntaron, pudo haber sucedido?
«Nunca había experimentado algo así»
Fernando Alonso casi se derrumbó en el podio de Malasia 2005. Se había quedado sin agua durante el gran premio. Minutos después de la carrera de Bharein 2009, también desfalleció cuando estaba en el corralito de la prensa y tuvo que ser reanimado. En ocasiones se dan casos puntuales de pilotos que, por distintas circunstancias, colapsan físicamente. En el pasado Gran Premio de Qatar prácticamente se trató de toda la parrilla. Algo absolutamente excepcional, como reconocía Charles Leclerc.
“Fue una carrera absolutamente brutal. Con diferencia, la carrera más física que he experimentado jamás. Nunca antes había experimentado algo así. Fue más allá del límite de lo que era aceptable para pilotar”, señaló George Russell. “Pero no es un punto al que puedas simplemente ir, los conductores necesitan entrenar más o hacer algo de eso. “No quieres desmayarte cuando conduces a 250 km/h por las rectas, y así es como me sentí a veces. Si hubiera hecho más calor, creo que me habría retirado porque mi cuerpo se iba a rendir”.
“Supongo que en la televisión probablemente no se vea muy físico en absoluto, pero cuando hay personas que terminan en tan mal estado, para las velocidades que estamos alcanzando, es demasiado peligroso”, explicaba Lando Norris. “La carrera del año que viene será más tarde en la temporada, y será mucho más fresca unos meses más tarde, pero es algo en lo que hay que pensar, y estoy seguro de que hablaremos de ello, porque no debería haber sucedido”, apuntaba el británico insinuando la actitud que debería mantener los pilotos respecto de situaciones como la de Losail.
Seguridad solo para los neumáticos
Como el británico, Leclerc tocó un punto clave para el futuro, una lección que los pilotos habrán considerado tras la experiencia. “Quizás si nos encontramos en la misma situación el próximo año, creo que tememos que discutirlo entre nosotros, los pilotos. Siempre podemos mirarnos unos a otros al final de una carrera cuando nos sentamos, y esta ocasión fue diferente, porque algunos se sintieron realmente mal. Esto es algo que tendremos que discutir”.
No obstante, en el pasado gran premio se dió una singular paradoja: fueron los neumáticos y su potencial peligrosidad los protagonistas del debate de seguridad, pero no en momento alguno el factor humano. Pero una vez determinadas las estrategias con las simulaciones, era evidente el elevado ritmo en carrera y los tiempos a cumplir por vuelta. En semejantes condiciones y temperaturas, nadie llamó la atención al respecto. Si lo hicieron los pilotos de antemano, no trascendió.
Como luego se supo, los equipos eran conscientes de las situación de sus pilotos en el habitáculo, pero nadie levantó la voz para acortar la carrera, aunque sí se mostró una encomiable diligencia para cuidar la vida del neumático. Algunas imágenes de a bordo mostraban la dificultad de los pilotos en marcha, y varios reconocieron que podían haber perdido el sentido. ¿Y se hubiera producido un accidente? Moraleja: los pilotos necesitan hacer valer más su posición en temas que les incumben directamente.
Enterarse por la prensa
De hecho, Carlos Sainz verbalizó la queja sobre la gestión por Pirelli y la FIA con los neumáticos: ninguneando a los pilotos. “Nos enteramos de la situación el sábado por la mañana por los medios de comunicación, nadie nos informó de las decisiones tomadas. Como GPDA (asociación de pilotos) no estamos contentos con la situación, esperamos que la colaboración empiece a mejorar, porque conocer por la prensa sobre decisiones relacionadas con la seguridad significa que nuestra contribución como pilotos no es considerada tan importante como debería ser”. Como Leclerc avisaba, los pilotos tendrán que hacer valer su posición y criterio ante situaciones de seguridad excepcionales como las vividas el domingo por la noche.
Los promotores de la Fórmula 1 están forzando la máquina comercial. Recientemente, el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, pedía más equipos y menos grandes premios en el calendario, 22 este año, y 24 el próximo. Qatar fue incluído con calzador en un momento inadecuado del año por las elevadas temperaturas. Los factores agravantes del pasado fin de semana acentuaron una situación extrema pocas veces visto en las últimas décadas. Sin embargo, una vez asumida la situación, no se tomaron medidas. Porque no se trataba de la condición física de un piloto en particular.
El Gp de Qatar fue una carrera a fondo vuelta a vuelta, próximos sus cronos a los de las clasificatorias, con un ritmo endiablado y trepidante por sus tres paradas en boxes. En 2010 se descubrió una dinámica inesperada y desconocida de degradación en el Gran Premio de Canadá que cambió la política de la Fórmula 1 con los neumáticos y la presencia de Pirelli desde entonces. ¿No serían más intensas las carreras con la filosofía adoptada el pasado fin de semana ante circunstancias inesperadas? Lo que da pie para otra historia…