Vecinos de la zona lamentan que su fondo sea desértico, cuando antes del cambio de milenio tenía peces, ajolotes, ranas y sapos
NORMA MARCIAL / EL SOL DE PUEBLA
La laguna de colores que antes era el atractivo principal de San Miguel Tecuitlapa hoy luce totalmente seca. Esta junta auxiliar del municipio de Aljojuca sigue mostrando el paisaje que la rodeaba, donde se admiran a plenitud el volcán Citlaltépetl, áreas boscosas, islotes y un peculiar callejón rocoso, pero, pese a ello, esta belleza natural contrasta con la aridez presente en el área donde una vez existió agua dulce y de tonalidad cambiante, de azul a verde.
Vecinos de la zona lamentan que su fondo sea desértico, cuando antes del cambio de milenio tenía peces, ajolotes, ranas y sapos. Era un punto para nadar o bañarse y un lugar de abastecimiento, ya que a través de un pozo se extraía su recurso para consumo humano.
Hoy la situación es diferente, lamentan. La laguna de Tecuitlapa dejó de tener humedad hace tres años, cuando el nacimiento que le daba vida ya no “burbujeó” más.
Desconocen las causas de esta desgracia natural, pero la atribuyen a dos sucesos: el terremoto de 1973 con epicentro en Tehuacán y que sacudió a Ciudad Serdán, un municipio cercano a la zona, ya que dicha eventualidad provocó fisuras en su suelo, y la perforación de pozos para actividad agrícola encontrados en sus alrededores.
Los pobladores aseguran que autoridades de los tres niveles de gobierno han mostrado desinterés en investigar la verdadera razón que llevó al lago a perder sus 15 metros de profundidad y que hoy está seco y en completo abandono, al grado de que su único camino es usado por el ayuntamiento como tiradero de residuos de asfalto.
Sabedores de que este cuerpo abierto de más de un kilómetro de diámetro no será recuperado, al registrar un daño irreversible para la naturaleza, alertan que esta historia puede repetirse en Aljojuca, donde existe otra laguna de similares características, cuyo nombre es homónimo al del municipio, encontrada en la cabecera local, pues ya presenta bajos niveles.
Vecinos de la zona lamentan que su fondo sea desértico, cuando antes del cambio de milenio tenía peces, ajolotes, ranas y sapos. Foto: José Luis Bravo | El Sol de Puebla
El Sol de Puebla consultó académicos para conocer la opinión de especialistas en el tema. El doctor del Instituto de Investigaciones del Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana Puebla, Romeo Saldaña, expone que la sequía “anormal” presente en esta comunidad de Aljojuca, en los últimos seis años, es una causa que pudo contribuir en dicha extinción.
Considera que las autoridades deben monitorear el comportamiento de los recursos naturales de este tipo en Puebla, para evitar otro caso similar, debido a que en un pasado reciente la Presa de Valsequillo mostró un escenario crítico.
En tanto, el director del Colegio de Postgraduados, Campus Puebla, Juan Antonio Villanueva, opina que esta situación puede deberse a una serie de filtraciones o modificaciones en el suelo, misma que condujo el líquido a otras direcciones.
No resta veracidad a las versiones manejadas por los pobladores, en torno a la perforación de pozos de uso agrícola y a los posibles daños dejados por el sismo registrado en Ciudad Serdán, aunque añade que tampoco deben descartarse los efectos negativos del cambio climático en el planeta.
Laguna fue fuente de inspiración
“Señores, quiero que escuchen lo que les vengo a cantar, que Aljojuca y Tecuitlapa tienen un bello lugar. El orgullo de estos pueblos, se los puedo asegurar, son sus bonitas lagunas que usted puede visitar”, es parte de la canción que don Nicolás Mora Cortés, un habitante de esta comunidad, compuso y grabó en la Ciudad de México, en honor al atrayente.
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Este poblador de 70 años de edad y quien ha vivido por más de 40 en el Callejón Lagunilla, encontrado en la parte baja del orificio de más de mil metros de diámetro, recuerda lo bello que era el paisaje cuando el agua daba vida a la zona.
“Era preciosa y muy bonita, pero con el temblor de Serdán y con los muchos pozos perforados pienso que su agua se fue filtrando, porque ahora vemos grietas en el suelo (…) hace como siete años todavía vimos que el nacimiento burbujeó, pensamos que volvería a brotar, pero no sucedió, quisimos rescatarla, pero no tuvimos el apoyo de las autoridades, no nos hicieron caso, nos dijeron ‘sí’, pero no hicieron nada”, comenta.
Nicolás, quien fue por un tiempo el lanchero oficial de la laguna, calcula que después de 1973 el nivel comenzó a bajar y acercándose el año 2000 fue mayor, porque en los alrededores se excavaron pozos, que, de ese entonces a la fecha, operan de día y noche.
“Hace como siete años solo tenía manchones de agua, hace tres desaparecieron y hoy ya no tiene nada, aunque a veces cuando llueve se hacen unos cuantos charcos, pero ya no es como antes, porque antes hasta había un pozo donde bebíamos agua, nuestros padres nos mandaban a traerla en galones, yo tenía 6 años (…) el sábado de gloria siempre llegaba mucha gente”, añade.
Indica que los visitantes llegaban los fines de semana y en su lancha los llevaba a las diferentes zonas que tenía el espejo, donde en el centro hay islotes.
“Siente uno feo porque ya no hay agua. Cuando había en la lancha llevaba a más de 15 personas, que pagaban 20 pesos por subir, pero de forma gradual el agua se acabó y todo cambió y aunque tengo muchos recuerdos, más no fotos, siempre la recuerdo, pues mi padre Efrén y yo compusimos su canción que nombramos Canto al Municipio de Aljojuca y con la que ganamos el primer lugar en un concurso convocado por el gobierno”, resalta.
Anhela que algún día una autoridad se preocupe por conocer la verdadera razón que la secó, pues hay infinidad de conjeturas, incluso unos especialistas dijeron que fue por tener tantos árboles en sus alrededores, que, según esta teoría, absorbieron su humedad.
La laguna de colores que antes era el atractivo principal de San Miguel Tecuitlapa hoy luce totalmente seca. Foto: Bibiana Díaz | El Sol de Puebla
“Fue una dicha y un orgullo haber disfrutado la laguna cuando fui niño y en los 40 años que llevo viviendo en sus orillas también disfruté cuando compuse la canción, que hoy sigo cantando en fiestas, porque soy integrante de un mariachi y también solista de pista”, remata.
Historias que sobreviven
Una hora es el tiempo que un visitante debe destinar para descender de Tecuitlapa hasta el fondo de lo que era este espejo, pero ante las condiciones del camino de terracería –ya que en algunos de sus puntos hay montones de residuos de asfalto, resultado de una obra de repavimentación recién ejecutada por el presidente municipal, Reynaldo Lomelí Escobar–, ahora es un poco más.
Una vez llegados a la parte baja es habitual ver algunos pastores cuidando sus ganados en los pastizales. En esta zona también pueden mirarse seis casas, algunas habitadas y otras no, que en años pasados fueron construidas cerca de donde la laguna existió.
Ranulfo Cortés, quien cuidaba sus ovejas, dice que, desde hace siete años, diariamente baja para que sus animales se alimenten de lo que da la naturaleza.
Comparte varias de las historias que rondan en torno a la laguna. Una de ellas era el cambio de color de su agua, pues en una época del año era verde, en otra era azul muy transparente y en una más era verde-amarilla, como el refresco de jarrito de piña, pero en una de ellas los peces fallecían, al igual que todo animal que la consumía.
“Cuando se ponía muy verde-amarilla era cuando los animales se enfermaban y morían, no sabemos por qué, pero así murieron muchos de los peces que tenía”, subraya.
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Otra historia la centra en lo que sucedió un par de años antes de que el líquido dejara de brotar.
“Era un olor tan apestoso e insoportable y eso provocó una plaga de moscos súper abundante, por lo que dejamos de venir por algunos meses, hasta que pasó y luego se secó toda”, recuerda.
Otros sucesos que marcaron este atractivo extinto fueron las muertes de varios visitantes, quienes, por no saber nadar, se ahogaron.
“Sí se fueron varios porque no sabían nadar, sí se ahogaron varios, una vez uno se metió y ya no salió, también hubo dos hermanas que por bañarse se hundieron”, compartió.
Por último, enlista el hecho de que tenía áreas de agua dulce y salada, porque existía una parte donde supuestamente era azufrosa, pero lo inexplicable era que había un pozo que bebían los pobladores por estar sabrosa.
La leyenda: Fue descubierta por una vaca
Como todo atractivo, la laguna de Tecuitlapa tiene su leyenda, misma que es contada por el poblador Lucio Cortés Sánchez, de 79 años de edad, quien sostiene que ésta fue descubierta por una vaca.
Desde la orilla del cráter volcánico habla de lo que sus abuelos y padres decían de su formación en esta junta auxiliar de mil 500 habitantes, donde la mayoría se dedica al campo.
“No sabemos en qué era se formó, ni las medidas que tiene el orificio, solo sabemos que tenía una profundidad de 15 metros, pero nos decían que una vaca que era de un rancho fue la que la descubrió, al encontrar su agua y beberla”, destaca.
También se comentaba que siglos antes todo el cráter estaba lleno, pero con el tiempo el agua fue consumiéndose.
“Yo era chamaco, pero recuerdo que su profundidad era más, porque puede verse en el callejón (vereda) que su nivel era otro en otros tiempos”, resalta.
También coincide que la perforación de pozos agrícolas la perjudicó, así como una supuesta falta de salida de agua, pues a diferencia de la laguna de Aljojuca, ésta no tenía, y eso quizá provocó un estancamiento y con las fisuras dejadas por el sismo de Ciudad Serdán se dieron las filtraciones. Es triste (…) era una satisfacción que teníamos en el pueblo, pero las autoridades no hacen caso y poco podemos hacer, todo se va perdiendo y olvidando, ya todo se ve mal, pero aquí seguiremos”, concluye.
Filtraciones, una posible causa
El director del Colegio de Postgraduados campus Puebla, Juan Antonio Villanueva, opina que esta situación puede deberse a una serie de filtraciones o modificaciones en el suelo, misma que condujo el líquido a otras direcciones.
No resta credibilidad a las versiones manejadas por los pobladores en torno a la perforación de pozos de uso agrícola y a los posibles daños presentados por el sismo registrado en Ciudad Serdán, aunque añade que no deben descartarse los efectos negativos del cambio climático.
“Aljojuca es una región muy particular en la formación de cuerpos de agua producto de actividad volcánica, pero el abatimiento de la laguna y su desaparición de agua puede deberse a muchas razones, y más que pensar en procesos de evaporización, puede deberse a filtraciones, como lo ocurrido en la formación del socavón de Zacatepec (en Juan C. Bonilla), que son subsidencias hidrológicas, pero también pudo ser producto de un movimiento sísmico que provocó grietas”, puntualiza.
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El especialista agrega que las perforaciones de pozos agrícolas pudieron ocasionar sus bajos niveles y modificar los padrones de distribución y escurrimiento.
“Es lamentable y se deben hacer acciones en apoyo de los temas hidrológicos y escurrimientos para que tengan mejores aprovechamientos y captación de agua, porque una realidad es que ya nos llueve poco, estamos pasando por una situación difícil, donde también hay incrementos en la temperatura”, abundó.
Habla que el cambio climático también desciende los niveles de los mantos freáticos de Puebla y aunque el caso de la laguna de Tecuitlapa es multifactorial y debe ser objeto de estudio, hoy presenta un daño irreparable y deben existir programas preventivos donde se identifiquen sus causas y se hagan recomendaciones para proteger el ecosistema.
Resalta la importancia de captar agua de lluvia, pero, sobre todo, de darle la importancia que este recurso natural representa para la humanidad.
Sequía, presente en los últimos seis años
“Pueden ser varias las razones, no es solo una, esta laguna, por sus características, es una laguna cráter, es decir un cuerpo de agua que se formó en lo que antes fue un cráter de un volcán y lo que se ha visto en otros casos similares es que cuando el volcán puede volver a tener actividad se empiezan a secar, pero también puede suceder que se debe a que ya no está lloviendo lo suficiente y porque hay sequía”, expone el doctor del Instituto de Investigaciones del Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana Puebla, Romeo Saldaña.
Detalla que en los últimos seis años en esta comunidad de Aljojuca está presente una sequía que no es grave, pero sí “anormal”, y puede ser una causa que contribuyó a la extinción.
“Tecuitlapa, por lo menos en los últimos seis años, ha tenido procesos fuertes de sequía, como sucede en la región de San Salvador El Seco, donde no llueve y donde los agricultores han reportado que ya no tienen agua suficiente y si a eso se agrega el cambio climático, pues es un uso mayor de agua de la zona”, destaca.
Califica como complicado recuperar este cuerpo de agua, porque no depende solamente de las acciones de la población, sino de cómo se enfrentan los escenarios de sequía.
No descarta que otras lagunas de Puebla puedan presentar esa misma tendencia, al exponer que no hace mucho la Presa de Valsequillo también mostró bajos niveles.
Por ello, considera que las autoridades deben monitorear el comportamiento de los recursos naturales de este tipo en Puebla, para evitar otro caso similar.
“Es muy importante que las autoridades y nosotros los académicos monitoreemos estos fenómenos y las formas de ver cómo cambia el clima, porque este tipo de casos transforman las formas tradicionales de vida en los pueblos, pues muchos de ellos aún se alimentan de los peces, aprovechan el agua para realizar tareas domésticas o difunden su existencia con fines turísticos”, concluye.