Los psiquiatras franceses Christophe André y François Lelord analizan en su nuevo libro, capítulo a capítulo, 12 grandes tipos de personalidad: desde las limítrofes hasta las psicopáticas
FRAN SÁNCHEZ BECERRIL / EL CONFIDENCIAL
El ansioso que transmite su estrés, el paranoico que se ofende al menor comentario, el obsesivo que se pierde en los detalles, el narcisista que siempre piensa en sí mismo, el depresivo cuya inercia desarma y desespera, el hiperexigente para el que nunca nada será suficiente… Existen multitud de personalidades difíciles que pueden perturbar o incluso destrozar tu vida cotidiana.
La vida sería mucho más fácil si todo el mundo estuviera siempre de buen humor, relajado y atento a los demás. Incluido tú mismo. Pero como esto no ocurrirá nunca, vale la pena aprender a convivir con los aspectos más complicados de la personalidad humana.
Para aprender a lidiar con todo tipo de personas, dos psiquiatras franceses acaban de sacar el libro ‘Cómo tratar con personalidades difíciles’ (Arpa, 2022). Christophe André y François Lelord analizan capítulo a capítulo 12 grandes tipos de personalidad: desde las limítrofes hasta las psicopáticas.
En este ‘manual’ para todos los públicos, los especialistas explican cómo se ve el mundo con cada una de estas personalidades, ponen ejemplos de casos reales, dan herramientas para tratar con ellas y para identificarlas. Los psiquiatras incluyen consejos muy precisos sobre lo que se recomienda hacer o no hacer con cada tipo de persona, y enfoques terapéuticos para cambiar estos comportamientos o reconocer en nosotros mismos rasgos de un carácter difícil.
No, un ‘coach’ no puede ayudarte con tu salud mental (incluso puede empeorarla)Fran Sánchez Becerril
Charlamos con Lelord sobre cómo tratar con todas estas personalidades difíciles, herramientas para lidiar con ellas, la ansiedad, el histrionismo y la pasivo-agresividad, entre otros temas.
PREGUNTA. ¿Cuál es el objetivo de este libro?
RESPUESTA. Ayudar a las personas a lidiar con personalidades difíciles en su vida personal o profesional, y también a tomar conciencia de sus posibles tendencias a ser difíciles, para sí mismos o para los demás.
P. Para personas con personalidades difíciles, para su entorno… ¿A quién va dirigido?
R. Para cualquier persona que haya tenido que lidiar con personalidades difíciles en algún momento de su vida, que es mucha gente… y también para aquellos que quieran entenderse mejor a sí mismos.
P. ¿Cómo definirías el término ‘personalidad’?
R. Es sinónimo de carácter, es decir, un conjunto de rasgos duraderos de la persona, definidos por adjetivos en todos los idiomas: amable, duro, enérgico, confiado, desconfiado, obstinado, rutinario… y que se mantienen a lo largo del tiempo y en diferentes circunstancias y relaciones con los demás.
P. ¿Y una ‘personalidad difícil’?
R. Se trata de una personalidad con ciertos rasgos excesivos o demasiado rígidos.
Por ejemplo, ser desconfiado está perfectamente bien en determinadas situaciones (comprar un coche de segunda mano, negociar en una zona desconocida), pero si siempre eres desconfiado y con todo el mundo, te aislarás, perdiendo oportunidades de tener relaciones felices.
P. ¿Qué herramientas deben utilizarse para identificar cada tipo de personalidad? Y, sobre todo, ¿este libro podría ser un instrumento útil para hacerlo?
R. Existen muchas tablas de análisis de la personalidad, algunas de las cuales se remontan a la Antigüedad, como la de Hipócrates, que divide los caracteres en flemático, sanguíneo, bilioso y nervioso. Nos hemos inspirado en una clasificación reconocida internacionalmente, el DSM 5, la ‘biblia’ del diagnóstico psiquiátrico-psicológico, que se actualiza periódicamente a la luz de la investigación actual.
P. ¿Qué tiene más importancia en la configuración de la personalidad, la genética o el entorno?
R. Este es un gran debate. Durante décadas la tendencia era todo educativo, pero la genética ha vuelto con fuerza con estudios serios; y sabemos que ciertos rasgos de personalidad como la extroversión o la introversión, la impulsividad o la ‘dureza’ tienen una parte genética, que muchos padres sospechan desde hace tiempo, sabiendo que la distribución de los genes varía de un hijo a otro en un mismo hermano.
En conclusión, la personalidad nace de la influencia de la educación y las circunstancias tempranas sobre un ‘terreno’ biológico heredado.
P. Una de las personalidades analizadas a fondo en el libro es la psicópata; brevemente, ¿cómo se debe tratar con una persona con esta forma de ser?
R. La primera regla es reconocerlo rápidamente y evitarlo en la medida de lo posible, ya que por definición siente poca empatía o culpa, y bajo su apariencia a veces encantadora solo busca su propio interés en detrimento del tuyo.
P. ¿Cómo se llega a ser un psicópata?
R. En algunos países, como Suecia y Canadá, se está intentando identificar a los niños con riesgo de ser violentos a una edad temprana, para promover un mejor desarrollo.
Narcisismo y egolatría: dos males de la sociedad actualDr. Enrique Rojas
P. ¿Qué culpa tiene la sociedad de que una persona se vuelva psicópata?
R. La educación se ha vuelto menos severa que la experimentada por las generaciones anteriores, lo que ha favorecido el desarrollo de los niños que eran ansiosos, tímidos y cuya autoestima fue en su día aplastada por el exceso de autoridad y de castigos; pero al mismo tiempo los que ya tenían tendencia a romper las reglas y a intimidar a los demás tienen menos límites. Los nuevos valores de autorrealización y gratificación inmediata (frente a los del deber, el respeto a la autoridad, la valoración del esfuerzo y la tradición) también favorecen a los psicópatas y narcisistas, cuyo lema podría ser: «Todo lo que es bueno para mí es bueno». Y «las reglas no son para mí, sino para la gente común».
P. Las personalidades narcisistas también se analizan en el libro desde varias perspectivas, ¿es útil un poco de narcisismo?
R. Por supuesto. Sentir que uno se merece el reconocimiento le empuja a buscarlo activamente, a no ser autosuficiente, lo que es una actitud favorable en situaciones de competencia, en el trabajo o en la seducción de la pareja.
Pero la naturaleza de los narcisistas es querer siempre más, incluso por encima de sus méritos reales, y así es como acaban siendo rechazados.
P. La ansiedad –y por ende las personas ansiosas– se ha instalado en nuestra sociedad de lleno, ¿cuál es el objetivo de esta?
R. Hacer que escapemos del peligro para sobrevivir. Podemos hacer hoy esta entrevista porque largas líneas de ancestros en la naturaleza han mostrado suficiente ansiedad para evitar a los depredadores y acumular comida (las madres, en particular, estaban lo suficientemente ansiosas para proteger a sus bebés), y nos han legado sus genes.
P. Y con las personas paranoides, ¿cómo debemos lidiar?
R. Recordando su extrema susceptibilidad, su inflexible desconfianza, su certeza de tener la razón. Hay que ser franco y espontáneo, manteniendo el contacto, para que no interpreten tus silencios o tu comportamiento como signos de malas intenciones ocultas.
P. En el libro se plantean las siguientes preguntas: “¿Todas las personalidades histéricas son forzosamente mujeres?” y “¿todas las mujeres son forzosamente histéricas?”. El objetivo de estas es el contrario al que una mente arcaica podría pensar…
R. Explicamos que también hay hombres histéricos, y probablemente cada vez menos mujeres histéricas, en culturas cuyas normas les permiten expresar sus quejas y deseos libremente (lo que no ocurría en Viena en la época de Freud).
P. ¿Por qué se plantea de este modo?
R. Respondemos a esto en el libro, explicando los orígenes de la palabra ‘histérica’, que viene de útero, utilizada durante mucho tiempo por los hombres para designar a las mujeres con comportamientos teatrales y desmayos que imitan la epilepsia, que los antiguos médicos pensaban que eran el resultado de una agitación furiosa del útero, ¡que incluso se suponía que migraba dentro de sus cuerpos!
P. Sigamos hablando del histrionismo, ¿cuándo es útil un poco?
R. En todas las situaciones en las que actúes y necesites captar la atención de un público, ya sea una charla, una conferencia, un escenario o una situación de seducción.
Pero el exceso puede, por otro lado, conducir a la fatiga o al rechazo.
P. En cuanto a las personalidades obsesivas, ¿cómo debemos enfrentarnos a ellas?
R. Lo explicamos con una serie de consejos, los más importantes son entender su punto de vista de actuar por el bien según él: la búsqueda de la perfección, y guiarle mostrándole que esto puede perjudicar el resultado final.
La terrible adicción a cortarse: «Siempre llevaba dos cuchillas para hacerlo en cualquier momento»Fran Sánchez Becerril
P. Respecto a la personalidad depresiva, ¿realmente es un tipo de personalidad o una patología?
R. Se trata de una discusión diagnóstica caso por caso para diferenciar la personalidad depresiva de la distimia, que es una depresión moderada pero crónica. Pero ambos pueden mejorar con los mismos tratamientos: antidepresivos con psicoterapia.
P. ¿Tienen razón las personas depresivas en ser pesimistas en cuanto a la ayuda que se les puede dar?
R. No, de hecho, hay una variedad de medicamentos y psicoterapias que han demostrado ser eficaces, aunque la combinación correcta de tratamientos puede llevar tiempo y varios ensayos.
P. Para finalizar, la pasivo-agresividad es ¿una personalidad o un comportamiento?
R. Las dos cosas. Hay personalidades pasivo-agresivas que adoptarán el mismo tipo de comportamiento de resistencia pasiva, enfurruñamiento, hosquedad con diversos interlocutores. Pero también podemos mostrar comportamientos pasivo-agresivos ante una autoridad que no respetamos, cuando la rebelión abierta sería demasiado arriesgada. Por ello, los niños, en una posición de debilidad frente a los adultos, adoptan comportamientos pasivo-agresivos con más frecuencia que los adultos.
Fuente: https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2022-05-23/como-tratar-con-personalidades-dificiles_3426037/