Al dirigirse a su primer Desayuno Nacional de Oración como presidente el 4 de febrero, Joe Biden habló de la necesidad de «volverse a la fe» en un «tiempo oscuro, oscuro «.
DEBORAH WHITEHEAD / THE CONVERSATION
A raíz del asalto del 6 de enero al Capitolio, pidió a los estadounidenses que «confronten y derroten el extremismo político, la supremacía blanca y el terrorismo interno», y argumentó que la religión puede ayudar a Estados Unidos a unirse como «una nación con un propósito común: respetarnos unos a otros, cuidarnos unos a otros, [y] no dejar a nadie atrás «.
El discurso del presidente brindó una idea de cómo Biden planea navegar la compleja relación entre religión y política en la era posterior a Trump .
Pero también subraya la importancia del tradicional discurso presidencial en el Desayuno Nacional de Oración, una reunión anual de alto perfil de líderes religiosos y políticos celebrada en Washington DC el primer jueves de febrero desde 1953.
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Que el desayuno anual atraiga tanta atención marca el cumplimiento de un sueño del fundador del evento , Abraham Vereide , un inmigrante noruego y ministro nacido en 1886 que atribuyó la idea a una visión matutina provocada por la oración. Como estudioso de la religión y la cultura de los Estados Unidos , creo que la historia del Desayuno Nacional de Oración brinda una idea de la compleja relación entre religión y política en el último siglo.
El comienzo en la década de 1930
Vereide llegó a los Estados Unidos en 1905 y encontró trabajo como ministro metodista itinerante. Se desempeñó como director de Goodwill Industries en Seattle y pasó la primera parte de su carrera haciendo trabajo de socorro para los pobres y necesitados durante la Gran Depresión. Pero según la biografía del autor cristiano Norman Percy Grubb de Vereide, » Modern Viking «, llegó a sentir que no eran los «abajo y afuera» sino los «arriba y afuera» – hombres ricos y poderosos que no eran particularmente religiosos – que realmente necesitaba su atención. Vereide escribióque «la mano de obra de las iglesias se había reducido enormemente y la política parecía estar bajo el control de aquellos que no estaban en condiciones de asumir el liderazgo». Preocupado por el declive del poder político de la religión organizada y el creciente papel del movimiento sindical organizado, y convencido de que tanto los sindicatos como el New Deal de FDR eran influencias «subversivas» y «antiamericanas» en los negocios y la política, se volvió hacia la oración.
Una noche de abril de 1935, las oraciones de Vereide produjeron lo que, según él, era una visión y un plan a la 1:30 am. Más tarde ese mes, reunió a 19 empresarios locales para el primer desayuno de oración en Seattle . El horario de la reunión de las 7:45 am fue elegido para no interferir con las responsabilidades familiares y laborales.
En estas reuniones iniciales, el grupo se preocupó principalmente de cómo combatir el movimiento de trabajadores locales, que percibían como peligroso y corrupto, y estaba restringido únicamente a ejecutivos de empresas. Pero en el proceso, Vereide se dio cuenta de que estas reuniones de desayuno – no denominacionales, llevadas a cabo en oficinas seculares en lugar de edificios de iglesias, y enfocadas en la oración, el estudio de la Biblia y la construcción de relaciones – establecieron nuevas y poderosas redes entre los líderes empresariales, políticos y religiosos de la ciudad. Los desayunos de oración se convirtieron en el método de Vereide para llegar a las élites poderosas que podrían ayudar a promover los intereses cristianos en los negocios y la política.
El movimiento del desayuno de oración se extendió rápidamente a otras ciudades, incluida Washington, DC, donde se establecieron los primeros grupos de oración en la Cámara y el Senado de los Estados Unidos en 1942 y 1943 . En 1943 Vereide fundó el Comité Nacional de Liderazgo Cristiano, cambiando su nombre a Liderazgo Cristiano Internacional al año siguiente, para proporcionar coordinación para el movimiento en crecimiento. Se define el propósito de la organización como “Un mundo en cooperación activa en el comercio, la ciencia, el trabajo y la educación debe ser uno mundial en la unidad espiritual y convicciones morales.”
Vereide atribuyó el éxito del movimiento al ejemplo de nada menos que el mismo Jesús, cuyos discípulos eran «hombres en el negocio de la pesca».
“Jesús fundó el primer grupo de desayuno”, dijo.
De la vacilación a la oportunidad
En 1953, el primer Desayuno de Oración Presidencial, como se llamaba entonces, se llevó a cabo en el Hotel Mayflower en Washington, DC, con 400 asistentes. El presidente Dwight Eisenhower inicialmente rechazó una invitación para asistir , pero cedió ante la persuasión del evangelista Billy Graham y pronunció un discurso sobre la importancia de la oración.
Eisenhower comentó que «la oración es simplemente una necesidad, porque creo que por oración nos referimos a un esfuerzo por ponernos en contacto con el Infinito».
Desde Eisenhower, todos los presidentes estadounidenses en ejercicio han asistido al desayuno al menos una vez durante su mandato. El discurso presidencial es solo una parte del desayuno, un evento de varios días. Si bien la mayoría de los presidentes han utilizado el discurso para hablar sobre sus creencias religiosas personales, en el desayuno de 2020, Donald Trump agitó titulares de periódicos «Trump Absuelto» y aprovechó la oportunidad para lanzar un ataque a los compromisos religiosos de sus oponentes políticos .
¿Exclusivo y elitista?
El desayuno todavía está patrocinado por la misma organización que fundó Vereide, ahora conocida simplemente como The Family , y dos miembros del Congreso y un comité bipartidista sirven como anfitriones honorarios.
Después de la muerte de Vereide en 1969, el evangelista y empresario Doug Coe lo sucedió en el liderazgo de la organización . Bajo Coe, quien murió en 2017, el desayuno de oración continuó creciendo en influencia, y el propio Coe contó a políticos de alto rango entre sus poderosos amigos .
«The Family», una serie de Netflix de 2019 , exploró la influencia de la organización en la política estadounidense. El periodista Jeff Sharlet , cuyo libro de 2009 es la base de la serie, dice que «El Desayuno Nacional de Oración es 100% el evento de La Familia, un evento que está destinado a ser una demostración de poder muy pública».
La asistencia al desayuno es solo por invitación, y el evento ha enfrentado críticas durante mucho tiempo por ser exclusivo y elitista . Y los secularistas se resisten a la forma en que el evento se ha convertido en un ritual religioso público en el centro del gobierno de Estados Unidos.
Desde la era de Obama, muchos grupos seculares y no cristianos han pedido a los presidentes que boicoteen el desayuno debido a preocupaciones sobre sus conexiones con grupos anti-LGBTQ y de derecha. Este año, el grupo de defensa secular Americans United pidió a Biden que «establezca un marcado contraste con su predecesor» al respaldar firmemente la separación entre la iglesia y el estado, la libertad de religión y el pluralismo religioso.
A medida que el desayuno se ha expandido para convertirse en un evento internacional interreligioso, que ahora incluye a 4.000 asistentes de más de 140 países , también se ha convertido en una oportunidad para establecer contactos y hacer negocios.
Según el sitio web de registro del evento , «el propósito del Desayuno Nacional de Oración es reunir a personas de todo el mundo para orar por nuestros líderes y caminar con ellos en el camino que Jesús nos marca a todos». También afirma no ser «una reunión política». Más bien, «muchos políticos que vienen son líderes centrados en Jesús que hablan sobre cómo colaboran y desarrollan amistades al otro lado del pasillo».
Pero un artículo de 2018 en The New York Times , publicado después de la acusación de Maria Butina, una agente rusa que asistió al Desayuno Nacional de Oración dos veces en un esfuerzo por establecer reuniones de canal secundario entre funcionarios rusos y estadounidenses, tuvo una opinión diferente, llamando el evento «un bazar internacional de tráfico de influencias, donde dignatarios extranjeros, líderes religiosos, diplomáticos y cabilderos compiten por el acceso a las más altas esferas del poder estadounidense».
El discurso de Biden intentó abordar esas críticas sin romper la tradición y presentar a la religión como una fuerza unificadora, en lugar de divisiva, en la política estadounidense. Desde Eisenhower, el desayuno ha perdurado como una tradición presidencial, dijo, pero lo que celebra es algo fundamentalmente más allá del partidismo, más allá de la política y más allá de cualquier tradición religiosa: «Una nación … siempre en oración».
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Profesor asociado de estudios religiosos, Universidad de Colorado Boulder
Fuente: https://theconversation.com/how-the-national-prayer-breakfast-became-an-opportunity-for-presidents-and-faith-leaders-alike-to-push-their-political-agendas-153829