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Comienza la era de Elon Musk, primer emperador del espacio | ABC

Mano derecha de Donald Trump y con otro amigo milmillonario elegido para dirigir la NASA, el dueño de SpaceX podría acelerar la llegada a Marte -su gran ambición-, sacrificar el megacohete lunar, imponer reglas en su propio beneficio y acaparar, aún más, el negocio espacial

Así es Jared Isaacman, elegido nuevo jefe de la NASA

Lanzamiento del megacohete reutilizable Starship, de SpaceX. En el círculo, Elon Musk

Lanzamiento del megacohete reutilizable Starship, de SpaceX. En el círculo, Elon Musk.  Reuters

«Elon, Elon, Elon». Una multitud de seguidores interrumpió el discurso de victoria de Donald Trump como presidente electo de EE.UU. para corear el nombre de uno de sus más fieles aliados. «Sí, ha nacido una estrella», señaló el republicano, quien calificó de «supergenio» al hombre más rico del mundo, su nueva mano derecha. Elon Musk donó más de 250 millones de dólares a la campaña republicana y promovió sin pudor a su candidato en la red social X, de la que es dueño. A cambio, Trump le ha convertido en una especie de ‘zar de la eficiencia’ al mando de un departamento gubernamental inédito con grandes poderes para recortar el presupuesto federal. Por otro lado, es esperable que sus lucrativas empresas se vean aún más beneficiadas. Una de ellas es SpaceX, cuyas naves son empleadas por la NASA desde 2019 para llevar carga y astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS) y que construye el todopoderoso Starship, el cohete más grande del mundo, con el que Musk espera ver realizada su gran ambición: llegar a Marte.

Pero además, a falta de ser ratificado por el Senado, Trump ha propuesto para dirigir la NASA a un socio de Musk, el también milmillonario Jared Isaacman, primer astronauta privado en hacer una caminata espacial. La elección del empresario del sector tecnológico, que ha financiado dos misiones orbitales de SpaceX, ha supuesto un revulsivo para el sector, que se pregunta cómo afectará al futuro de la exploración espacial.Noticia Relacionada

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Patricia Biosca

Los ingenieros de SpaceX decidieron no utilizar los brazos mecánicos que atrapan al vuelo la primera etapa y acabó estallando después de amerizar sobre el mar; una suerte similar corrió la etapa superior, que si bien completó su viaje de una hora con éxito, terminó en llamas después de posarse sobre el océano Índico

«SpaceX cambió las reglas de la industria espacial hace una década y ahora las va a cambiar todavía más» advierte Raúl Torres, CEO y cofundador de PLD Space, la primera empresa española que consiguió lanzar un cohete, el Miura 1. El primer gran cambio puede afectar al programa Artemis para volver a la Luna, que involucra el megacohete Space Launch System (SLS) y la cápsula Orion. Acumula numerosos retrasos debido a problemas técnicos -el comportamiento irregular del escudo técnico de la Orion en su prueba alrededor de la Luna en la misión Artemis I-, de forma que los astronautas de la NASA no pisarán suelo lunar hasta 2027. «Creo que no se va a cumplir. Ha costado una barbaridad de dinero a las arcas estadounidenses y no es eficiente. Dudo de que Musk vaya a desmontarlo, porque quiere llegar a Marte y sería más razonable pasar primero por la Luna, pero tratará de encontrar una solución más optimizada. Va a luchar por sustituir el SLS por su Starship. Esa es la parte mala, todo estará dirigido por sus propios intereses», puntualiza.

Cualquier impedimento

Pedro Duque

Con Isaacman en la agencia, ¿se convertirá Musk en una especie de jefe de la NASA en la sombra? «Absolutamente», responde Torres. «Pero ya estaba pasando. A día de hoy, todas las actividades que desarrolla la NASA pasan por involucrar a SpaceX de alguna manera. Y es merecido, han conseguido cosas que ninguna otra empresa ha podido. SpaceX y Blue Origin -la compañía espacial de Jeff Bezos, dueño de Amazon- se fundaron casi a la vez, y si comparamos a ambas es como comparar al Potro de Vallecas con Mike Tyson», dice.

«El panorama es muy emocionante», asegura Isabel Vera, presidenta del Comité de Espacio del Instituto de la Ingeniería de España (IIE). Isaacman ya ha expresado su deseo de convertir a la humanidad en una «civilización espacial». «Va a impulsar la NASA. Las misiones espaciales en las que ha participado con civiles (Inspiration4 y Polaris Dawn) son muy inspiradoras, no tienen parangón. Vamos a ver nuevos retos y la parte de vuelos tripulados va a crecer mucho más», afirma. Eso sí, SpaceX va a tener un protagonismo brutal. Sus competidores resultarán muy perjudicados«.

Precisamente, Pedro Duque, exastronauta y presidente de Hispasat, teme que la nueva administración suponga «un giro hacia posiciones muy radicales», de manera que «las limitaciones y la regulación en el uso del espacio sean las mínimas posibles» para no interrumpir sus ventajosos negocios. La NASA decidió desde hace ya tiempo entregar a las compañías privadas americanas todo aquello susceptible de convertirse en negocio, como, por ejemplo, el lanzamiento de satélites a la órbita y el transporte de objetos y tripulación a la ISS. «Esta es la filosofía en la que nació SpaceX, pero la radicalidad de pensamiento del nuevo gobierno, con personajes que han sido bastante despiadados en sus negocios, hace que pueda extenderse a muchísimas más áreas, incluidas algunas que hoy en día no podemos ni imaginar. Probablemente, los competidores de esos magnates, como Bezos, estarán muy preocupados. Si había cualquier impedimento regulatorio contra las empresas de Elon Musk, podemos imaginar que todos se van a levantar ahora», vaticina. Porque a su juicio, «el espacio es un sitio donde se va a notar especialmente esa desregulación que se va a hacer en EE.UU. Por ejemplo, si no hubiese una regulación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el primero que llegara con muchísimo dinero pondría todos sus satélites emitiendo en todas las frecuencias y todos los demás se quedarían fuera. Se quedaría con un monopolio y subiría los precios, lo que es peor para todos». Además, con el inconveniente de que el espacio «no tiene fronteras. Si por algún motivo los jueces de otro país llegan a la conclusión de que hay que sancionar a esa empresa, no podrían hacerlo».

En cuanto al futuro de la NASA, «probablemente tendrá menos financiación para estudios científicos y medioambientales, y se dedicará más a expandir fronteras, como llevar gente a Marte. ¿Eso es malo? Depende de lo que piense cada uno. Si sobrevive, lo hará para llegar más lejos, donde no haya negocio. Y una vez lo haya, lo cederá a las empresas privadas para irse a otro sitio todavía más lejos», señala Duque.

Dominar el mundo

Germán Martínez es profesor de Investigación en el Centro de Astrobiología de Madrid y miembro del comité Mars Exploration Program Analysis Group (MEPAG) de la NASA, donde definen las prioridades científicas de la exploración marciana. «Es un hecho que el objetivo no ya laboral, sino vital, de Elon Musk es desarrollar las bases tecnológicas que permitan el asentamiento sostenible del ser humano en Marte. Lo que habrá que ver es si se convierte también en una prioridad económica para la NASA. En cualquier caso, hace años que la NASA se prepara para eso», señala.

Eso sí, Trump, «sin ninguna duda, quiere que EE.UU. sea el protagonista principal en la nueva carrera espacial con China. No creo que China se adelante (en llevar astronautas a la Luna) pero todo es posible. Como ya nos enseñó la carrera espacial durante la Guerra Fría en los años 60, la exploración del espacio es tan exigente a nivel económico, tecnológico, y científico, que requiere de un plan nacional sostenido en el tiempo. Habrá que ver si Occidente en general, o EE.UU, en particular, están preparadas para afrontar este nuevo reto sin dar muchos bandazos. China lo está…», sostiene.

Jorge Pla-García, investigador del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA, asociado al NASA Astrobiology Institute) e investigador asociado del Space Science Institute (SSI) en Boulder, Colorado (EEUU), también tiene dudas sobre quién va a llegar primero, «pero eso no significa entregarle la Luna a China, todo lo contrario. Trump, Musk e Isaacman van a acelerar los plazos y reforzar la carrera espacial. Hace dos o tres siglos, quien dominaba los mares dominaba el mundo. Ahora, quien domine el espacio cercano a la Tierra será la primera potencia mundial». Por eso, el investigador también está convencido de que Artemis no corre peligro.

De forma similar opina Mariella Graziano, directora de estrategia y desarrollo comercial de Ciencia, Exploración y Transporte de Sistemas Espaciales EST de GMV: «El regreso a la Luna es algo imparable. En este momento podría haber hasta entre unas 100 y 250 misiones lunares planificadas hasta el 2030. Aunque una gran parte de estas misiones son gubernamentales, la mayoría tienen un perfil considerablemente más comercial que ha implicado unas inversiones privadas y público-privadas nada despreciables».

Si miramos solo el programa Artemis, «en este momento hay ya 50 países de todos los continentes, entre ellos Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España, que han adherido y firmado el acuerdo de forma voluntaria. La perspectiva usada por la NASA ha sido el impulsar una exploración espacial de largo recorrido, transparente y de uso responsable y pacífico del espacio. Creo que es bastante complicado modificar estos valores de fondo», añade.

Graziano no cree que la exploración espacial vaya a ser entregada al sector privado. «Si miramos la historia, las razones que han llevado al hombre a pisar por primera nuestro satélite natural fueron políticas y de supremacía tecnología. Me temo que estos aspectos se siguen aplicando y primando. En el 1969 fueron 600 millones las personas que asistieron en directo a la llegada del hombre en la Luna. En nuestra era digital el mundo entero volvería a mirarlo y a soñar con poder ser testigo de algo histórico y observar desde 384.000 kilómetros el precioso planeta azul que nos hospedas a todos», señala.

«Hace unos pocos días -recuerda-, Isaacman expresó en un foro de militares y profesionales de la industria de defensa que era consciente que EE.UU. no podría ser segundo en competitividad y capacidades espaciales. Al mismo tiempo incitaba a las empresas del sector a asumir más riesgos y anticiparse a las peticiones del gobierno. Así que habrá un potencial cambio de foco, incrementando las componentes más comerciales».

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«Nunca más perderemos nuestra capacidad de viajar a las estrellas, y nunca nos conformaremos con el segundo lugar», prometió Isaacman a los estadounidenses. Veremos qué hace para conseguirlo.

Fuente: https://www.abc.es/ciencia/comienza-era-elon-musk-primer-emperador-espacio-20241214210522-nt.html

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