El cargamento del velero que se hundió en el siglo XIX también contenía “valiosa” agua mineral
David Ruiz Marull / La Vanguardia
Y la fabulosa bodega se perdió en el fondo del mar Báltico. El cargamento, probablemente destinado al maridaje de las comidas del zar Nicolás I de Rusia, estaba formado por cientos de botellas de champán de una marca “muy exclusiva”, porcelana e incluso botellas de agua mineral.
Los arqueólogos submarinos de la empresa Baltictech lo encontraron dentro de un velero de 16 metros de eslora que naufragó a 20 millas náuticas al sur de la isla sueca de Öland en la segunda mitad del siglo XIX y quedó atrapado a 60 metros de profundidad. “El barco está casi entero, no está muy destruido, solo la proa está un poco dañada”, apunta Marek Cacaj.
Un velero que no llamaba la atención
“Al principio, no prestamos atención a la carga. Estábamos explorando nuevos lugares por pura curiosidad y simplemente lo rodeamos. Pero luego notamos que había muchas botellas, y las primeras que vimos fueron las de champán”, añade el investigador en un comunicado. Los buceadores incluso pudieron identificar la marca de la bebida.
Ahora los integrantes de Baltictech están pendientes de obtener el permiso de las autoridades de Suecia para retirar algunas botellas y llevarlas a tierra firme para estudiarlas y determinar cuánto podrían valer actualmente y si su contenido todavía se puede beber.
“Lo más probable es que el champán perteneciera al zar, por lo que el cargamento debía ir a Rusia, lo que aumentaría mucho su valor. Sabemos, porque nos hemos puesto en contacto con el productor del caldo, que había unas botellas producidas específicamente para el zar que eran (de sabor) más dulce, exclusivas para él”, añade Cacaj.
Tomasz Stachura, que dirige el equipo de Baltictech, explicó en declaraciones a la televisión polaca PolSat que el barco en sí “no parecía tener ningún interés, ya que era un velero común y corriente dedicado al transporte de carga de mediados del siglo XIX“. Sin embargo, su opinión cambió al ver ”cajas de champán, vino, vajillas y garrafas de loza con agua en su interior“.
”En aquellos días, el agua mineral era tratada de forma especial porque se le atribuían supuestas propiedades medicinales y sólo se servía en las mesas reales. Su valor era tan elevado que cuando se transportaba a menudo iba escoltada por la policía o el ejército“, indica.
Los expertos polacos consiguieron fotografiar el sello de una botella y descubrieron que el líquido hallado era de la marca alemana Selters, que todavía comercializa lo que se considera una de las aguas medicinales de más calidad del mundo.
Los análisis de los arqueólogos han determinado que el barco fue botado entre 1850 y 1867 y su naufragio pudo deberse a alguna tormenta o, en opinión del Stachura, a haber cargado al buque con un peso excesivo para su capacidad. ”Quizás algún comerciante ambicioso trató de hacer el negocio de su vida con un cargamento muy valioso en un solo flete, en lugar de distribuirlo en más viajes“, dice.
”He buceado durante 40 años y a menudo sucede que encuentras una o dos botellas en los naufragios. Pero encontrar con un barco con tal carga, eso nunca me había sucedido antes. Ha estado allí durante 170 años, así que dejémoslo reposar un año más para tener más tiempo para preparar adecuadamente la operación de rescate», concluye Stachura.
Fuente: La Vanguardia