La mitad evanescente explora la identidad y las implicaciones raciales en los años 60 y 70. Fue la revelación de 2020 con más de un millón de libros vendidos y una serie de HBO en camino
VANESSA GRAELL / Barcelona / EL MUNDO
Perdido en lo más profundo de Louisiana, Mallard era un pueblo tan pequeño que ni siquiera aparecía en los mapas. Cualquier viajero que parara en el dinner de Lou a tomar un café pensaría que estaba rodeado de blancos. Pero no. Desde los tiempos de las plantaciones de algodón, cuando algunos esclavos fueron libres y pudieron comprar sus propias tierras, varias generaciones de afroamericanos se fueron casando con personas de piel más clara. Mallard era un lugar en el que sus habitantes se negaban a ser tratados como negros pero nunca serían aceptados como blancos, aunque su piel fuera beige (y algunos incluso pelirrojos). Así empieza La mitad evanescente (Literatura Random House) de Brit Bennett, el libro revelación de 2020 en Estados Unidos, donde ha vendido más de un millón de ejemplares, HBO se ha hecho los derechos en una puja millonaria y Barack Obama lo ha destacado como uno de sus preferidos.
«Mi madre creció en Louisiana y un día me habló de un pueblo donde todos se casaban para tener hijos más blancos. Me lo dijo como si todo el mundo lo supiera, pero yo nunca había oído hablar de eso. Así que empecé a investigar y encontré lugares así. Pero Mallard no es un sitio histórico. Para mí es un lugar mitológico, casi folklore», explica Bennett desde Los Ángeles. En La mitad evanescente imagina a dos gemelas de piel nívea que se fugan de Mallard a los 18: Desiree volverá años después (con una hija negro azabache) y Stella desaparecerá con una nueva identidad blanca. «En Estados Unidos existe una tradición de novelas afroamericanas en las que los personajes fingen el color de su piel, se hacen pasar por blancos para poder reinventarse y tener las mismas oportunidades, como Passing (1929) de Nella Larsen. No es algo únicamente americano, pero sí distintivo: es la idea de empezar de cero, la historia del individuo marcando su propio destino, algo que a los americanos les encanta», cuenta Bennett, que moderniza esa tradición y reivindica el legado de las escritoras afroamericanas. «Sin ellas, yo no podría estar escribiendo».
Benett publicó su opera prima a los 26 años, The Mothers, saludada como uno de los mejores debuts literarios. Pero su segundo libro ha desatado un auténtico tsunami. El pasado febrero la revista Time la coronó como una de las próximas 100 jóvenes promesas que redefinirán el futuro de Estados Unidos en diferentes ámbitos y solo una sonriente Bennett ocupaba la portada. ¿Qué tiene Bennett? Una sorprendente facilidad para condensar la historia afroamericana, con toda su complejidad, en unos personajes fascinantes, contradictorios y llenos de claroscuros. «Siempre hay implicaciones raciales y es mejor que seas más claro que más oscuro. Nací en 1990 y el estándar de belleza afroamericana era Halle Berry o Beyoncé», admite.
En su novela no aparece el Ku Klux Klan pero sí cinco tipos que irrumpen en casa de un padre de familia afroamericano para sacarlo a rastras, darle una paliza y pegarle cuatro tiros. Pero hay otra violencia más sutil. Bennett narra el racismo en un solo gesto, en un detalle significativo: el chico (blanco) que no coge de la mano a su chica (negra), el profesor (blanco) que se niega a responder la pregunta de un alumno (negro), los ricos (ellos aún son más blancos) que tiran ladrillos a la ventana de los nuevos vecinos (aunque también sean ricos, siguen siendo negros) «Existen muchas formas de violencia. Estaba viendo un TikTok que muestra cómo la mayoría de autopistas de Los Ángeles se construyeron sobre barrios de mayoría afroamericana. Y el típico sueño californiano de tener una piscina Muchos decidieron construirlas cuando terminó la segregación racial y dejaron entrar a los negros en las piscinas públicas. No querían bañarse en la misma agua por si los negros la contaminaban. Pero también había un miedo hacia la sexualidad, a los cuerpos semidesnudos de los negros y a las relaciones interraciales», señala Bennett.
Aunque parte de la novela está ambientada en los 60-70, los ecos resuenan hasta hoy. Ese racismo intrínseco explica la ola de disturbios raciales de 2020 tras la muerte de George Floyd (falleció por asfixia después de que un policía le pusiera la rodilla sobre el cuello casi 9 minutos). «Existe un racismo sistémico en Estados Unidos que explica el auge de Trump», dice Bennett. Y parte de la historia americana.
Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2021/03/25/605b970621efa0e9168b45ad.html