El presidente de EE.UU. apela en la ONU a las alianzas y niega buscar una nueva guerra fría
FRANCESC PEIRÓN / Nueva York / LA VANGUARDIA
Que Joe Biden no es Donald Trump, a pesar de decisiones recientes que han creado cierta confusión, se hizo más que palpable ayer en el púlpito de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En el mismo estrado en el que un Trump colérico abogó por destruir enemigos y sostuvo que “el futuro no pertenece a los globalistas, sino a los patriotas”, un Biden sosegado celebró que Estados Unidos no está en guerra “por primera vez en 20 años”, y apeló “a una nueva era de diplomacia”, de alianzas contra las crisis (coronavirus, emergencia climática, terrorismo y ciberterror, desigualdad social, desarme nuclear…).
Pero sus palabras fueron acogidas con escepticismo sobre su capacidad para resituar a EE.UU. en el liderazgo global, después de que su predecesor promocionara el aislacionismo del “America First”. La credibilidad de Biden como amigo de sus amigos ha salido dañada. Tanto por la forma de irse de Afganistán, como por el pacto a escondidas con Gran Bretaña y Australia, que ha enfadado a la aliada Francia, que se ha visto fuera del negocio de suministro de submarinos al país oceánico, y ha encolerizado a Pekín.
“No estamos buscando –lo repitió de nuevo–, no estamos buscando una nueva guerra fría o dividir el mundo en bloques rígidos”, aseguró Biden sin citar a China, que ha usurpado a Rusia el papel de rival prioritario.
“Estados Unidos está listo para trabajar con cualquier nación que dé un paso adelante para perseguir una resolución pacífica en los desafíos compartidos, aunque tengamos profundos desacuerdos en otras áreas, porque todos sufrimos las consecuencias del fracaso por no ir juntos contra los peligros urgentes”, recalcó. “Nos hallamos en un punto de inflexión”, dijo.
“Estamos al borde del abismo”, avisa António Guterres en la apertura de la Asamblea General
Biden se dirigió al resto de países desde el más importante foro diplomático que existe, que ha vuelto a las participaciones presenciales, si bien se evidenció que la pandemia sigue aquí. Hubo intervenciones, como la del presidente chino Xi Jinping, que se realizaron por vídeo. La asistencia presencial fue bastante más limitada que en tiempos normales: la covid forma todavía parte de lo cotidiano.
Las cosas están muy mal. Así se resume el dictamen que realizó el secretario general de la Organización de la ONU, António Guterres, en la intervención de apertura de esta cita que se prolonga a lo largo de la semana.
“Estoy aquí para hacer sonar las alarmas. El mundo debe despertar”, bramó Guterres. “Estamos al borde del abismo y moviéndonos en la dirección equivocada.Nuestro mundo nunca había estado tan amenazado y tan dividido”, lamentó.
Guterres se adentró en la que denominó “la mayor cascada de crisis de nuestra vidas”. La pandemia ha subrayado las grandes desigualdades. La crisis climática golpea el planeta. Los conflictos en Afganistán, Etiopía, Yemen y más allá, amenazan la paz. El incremento de la desconfianza y la desinformación causan la polarización en la ciudadanía y paralizan la sociedad. Los derechos humanos están bajo fuego. Hay un ataque a la ciencia. Falta solidaridad cuando más se necesita, cuestión que ilustró con dos imágenes. Una: “En algunas partes del mundo se tiran vacunas a la basura porque han caducado”. Otra: “Vemos a multimillonarios viajando al espacio mientras millones de personas pasan hambre”.
“Los cañones y las balas no nos defienden contra la covid o las variantes del futuro”, señala Biden
Según Guterres, “el riesgo por la existencia de dos estrategias militares y geopolíticas opuestas (no precisó dar nombres) es una receta para los problemas, que son menos predecibles que durante la guerra fría”.
A diferencia de los últimos cuatro años, en los que Guterres decía una cosa y Trump le llevaba la contraria, Biden tuvo mucha más sintonía con el multilateralismo del secretario general de las Naciones Unidas.
El mandatario estadounidense apeló a una nueva época de unidad global frente a la pandemia, la emergente amenaza tecnológica y la expansión de la influencia autocrática de países como China o Rusia.
“No importa lo desafiantes o complejos que sean los obstáculos que encaramos, el gobierno del pueblo y para el pueblo es la mejor manera de servir a nuestros ciudadanos”, insistió Biden.
“Pese a que nos enfrentamos a la violencia y la insurrección, la democracia continúa siendo la herramienta para desarrollar nuestro potencial humano”, señaló. Este mensaje iba más destinado al consumo interno –en el contexto de un trumpismo que aspira a imponer a un caudillo–, que a la audiencia internacional, una vez certificado el fiasco de que los talibanes hayan retomado el poder en Kabul.
Biden reiteró que los países occidentales siguen siendo los socios prioritarios de Estados Unidos, país que “siempre estará listo” para repeler las agresiones y defender a sus aliados.
“Bajo mi punto de vista, nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestras libertades están interconectadas, como nunca antes”, proclamó.
El mandatario estadounidense llama a convertir el uso de la fuerza en el «último recurso»
Su llamamiento para convertir el uso de la fuerza como “nuestro último recurso y no el primero”, le sirvió al presidente norteamericano para defender la decisión de acabar con la guerra de Afganistán, a pesar de su caótico final, en el que abandonó a miles de colaboradores. Solo aludió al trágico atentado que supuso la muerte de trece de sus soldados y casi 200 afganos.
“Nuestras grandes preocupaciones –subrayó– no se pueden resolver por la fuerza de las armas. Los cañones y las balas no nos defienden contra la covid o las variantes del futuro”.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, prevé leer su discurso este miércoles, tras recortar su viaje a Nueva York por el desastre del volcán de La Palma.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20210922/7737506/ee-uu-estados-unidos-naciones-unidas-asamblea-general-biden-guterres-guerra-fuerza-afganistan-canones-balas-covid-guerra-fria-china-rusia.html