Según las muestras tomadas por el Departamento de Inspección y Vigilancia del gobierno municipal la presencia de coliformes fecales supera 23 millones de veces los límites permitidos
Efraín Núñez / La Jornada de Oriente
En los últimos seis años los ríos Atoyac, Alseseca y San Francisco, en su paso por la capital del estado, han registrado un Índice de Calidad del Agua (ICAA) superior a 80, medición que se encuentra en el rango de tóxicos, según revelan los resultados de los monitoreos hechos por el Departamento de Inspección y Vigilancia del ayuntamiento de la ciudad de Puebla. El problema central es que conociéndose esta situación no es atendida por los gobiernos locales ni federal ni por la concesionaria Agua de Puebla, que tiene la obligación del saneamiento municipal.
El ICAA mide cuantitativamente -del 10 al 100 por ciento- si existe una mejora o deterioro con respecto al metabolismo que guarda el cauce del río Atoyac correspondiendo a los límites del municipio de Puebla y se determina mediante monitoreo para conocer la calidad del agua de sus dos vertientes que al final de su cauce alimentan la presa Manuel Ávila Camacho como lo son el río San Francisco y el Alseseca.
De 2017 a la fecha se ha determinado el ICAA en 30 puntos de monitoreo en los tres ríos, en su paso por la ciudad de Puebla, de los cuales el punto conocido como San Francisco 1 -al inicio del colector- (85.51); Atoyac 2 -a la altura de Barranca del Conde- (80.26), y Atoyac 1 -en Covadonga- (79.77) son los que han registrado, en diferentes momentos de tiempo, los índices de contaminación más elevada.
El nivel más alto de contaminantes en el Atoyac es el de coliformes fecales, el cual supera 23 millones de veces los límites permitidos en la Declaratoria de 2011 de clasificación de los ríos Atoyac y Xochiac o Hueyapan y sus afluentes para proteger, mejorar y restaurar las cuencas.
Asimismo, en los resultados de la última medición del ICAA hecha por el ayuntamiento, correspondiente a junio de 2023 se observó que hay en el Atoyac 400 por ciento más mercurio, cromo y plomo que el límite permitido en dicha declaratoria.
En entrevista con La Jornada de Oriente, Alejandro Torres Jaramillo, investigador del Instituto de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla (ICUAP) afirmó que estos resultados son la evidencia de un “río muerto” junto con sus afluentes, además de que revelan la inoperancia de las plantas de tratamiento a cargo de la empresa Concesiones Integrales a lo largo de los tres torrentes.
Ríos han alcanzado niveles de toxicidad
Según los parámetros de la medición un ICAA de 0 a 20 -de 0 a 20 por ciento- representa un agua no contaminada con posible reúso en actividades con contacto indirecto.
Un ICAA de 20 a 40 corresponde a aguas superficiales con bajo contenido de aguas residuales sin tratamiento, además de una calidad satisfactoria para la vida acuática, uso en riego agrícola y sin restricciones, lo que significa una calidad buena.
Uno de 40 a 60 representa aguas superficiales con indicios de contaminación y capacidad de autopurificación, con un riego agrícola restringido, lo que es sinónimo de aguas de calidad regular; mientras que un índice de 60 a 80 equivale a líquido con descargas de aguas residuales sin tratamiento, principalmente de origen municipal, lo que equivale a líquido contaminado.
El ICAA de 80 a 100 representa aguas superficiales con fuerte impacto de descargas de aguas residuales sin tratamiento municipales y no municipales, equivalente a agua tóxica.
Ninguno de los 30 puntos de monitoreo ha registrado durante las mediciones hechas de 2017 a la fecha un ICAA muy bueno o bueno y solamente un punto, conocido como “Alseseca-Autopista” -a la altura de la autopista México-Puebla-, registró un índice de 38, en diciembre de 2021, equivalente a una calidad “regular”.
La mayor parte de los resultados arrojaron un ICAA que va del 60 al 85 por ciento, que corresponde a una calidad contaminada o tóxica, en diferentes puntos de los tres ríos.
El punto que arrojó el ICAA más alto, de 85.51, es el conocido como San Francisco 1, punto en el que el río del mismo nombre se introduce al colector que lo lleva por abajo del bulevar 5 de Mayo, atravesando la mayor parte de la ciudad de Puebla.
La medición corresponde a septiembre de 2022, no obstante, el ICAA de este punto de monitoreo se midió previamente en febrero y mayo de 2019, momentos en los que también arrojó resultados cercanos a niveles de toxicidad de 77.88 y 76.73, respectivamente.
El segundo ICAA más alto, de 80.26 se registró en el punto conocido como Atoyac 2, ubicado a la altura de Barranca del Conde en el norte del municipio.
En ese punto de monitoreo también se registraron niveles elevados de ICAA de 79.36, 76.33, 73.23 y 70.08 en las mediciones correspondientes a noviembre de 2017, mayo de 2019, junio de 2022 y junio de 2023, respectivamente.
El tercer ICAA más elevado, de 79.77, durante el periodo de medición, se registró en el punto conocido como Atoyac 1, que se ubica a la altura de Covadonga en los límites con el estado de Tlaxcala, y los resultados corresponden a noviembre de 2017.
Este es uno de los seis puntos medidos en nueve ocasiones diferentes, dos de las cuales también resultaron con un ICAA elevado, de 74.81 en mayo de 2018 y 74.52 en mayo de 2019.
Las últimas tres mediciones de este punto arrojaron un ICAA con una ligera mejoría de 68.95, 68.84 y 61.65, que corresponde a los periodos de junio de 2022, junio de 2023 y diciembre de 2021, respectivamente, dos de esas mediciones coinciden con la temporada de lluvias, cuando los contaminantes están más diluidos en el torrente.
El siguiente punto de monitoreo con el ICAA más alto detectado fue el Atoyac 3 con 79.53, ubicado en la confluencia con el río San Francisco, seguido del Alseseca 2, con 79.46, que se encuentra después de las zonas industriales del norte del municipio.
Otros puntos con el índice elevado, cercano a niveles de toxicidad, son el Atoyac 5, en Ampliación Antorchista con 77.46 y el Atoyac 4, ubicado exactamente en la salida de la Planta de Tratamiento Atoyac Sur, operada por la empresa Concesiones Integrales, la cual registró un índice de 76.63.
Cabe resaltar que las fechas en las que se llevaron a cabo las mediciones en la mayoría de los puntos de monitoreo fueron noviembre de 2017; mayo 2018; julio 2018; agosto 2018; febrero 2019; mayo 2019; diciembre 2021; junio 2022; septiembre 2022; marzo 2023 y junio 2023.
Es necesario destacar que no en todas las fechas se realizaron los análisis en los mismos puntos de medición.
23 millones de veces más coliformes fecales que las permitidas
El nivel más elevado de contaminantes en el Atoyac es el de coliformes fecales, las cuales superaron 23 millones de veces los límites permitidos en la Declaratoria de 2011 de clasificación de los ríos Atoyac y Xochiac o Hueyapan y sus afluentes para proteger, mejorar y restaurar las cuencas.
Cabe subrayar que los coliformes fecales miden el número de bacterias por contaminación fecal presente en las aguas superficiales.
En la declaratoria se establece que el límite permitido de coliformes fecales es de 200 NMP/100 ML -número más probable sobre 100 mililitros-.
Es decir, los organismos no deben exceder de 200 como número más probable en 100 mililitros (NMP/100 mL) en agua dulce o marina.
Sin embargo, en la muestra tomada en los puntos Atoyac 1 y Atoyac 2, se registraron 4 mil 600 millones y mil 100 millones de coliformes fecales en 100 mililitros, lo que supera en 23 millones y 5.5 millones de veces los límites permitidos.
Las muestras corresponden a la última medición del ICAA realizada por el ayuntamiento de la ciudad de Puebla en junio de 2023.
Los otros dos puntos medidos en esa fecha, fueron el Atoyac 3 y el Atoyac 4, los cuales registraron 460 y 120 millones de coliformes fecales por cada 100 mililitros, respectivamente, es decir 2.3 millones y 600 mil veces más que los límites permitidos.
Alejandro Torres Jaramillo, investigador del ICUAP, afirmó que los altos niveles de coliformes en el agua indican que la remoción de materia fecal en las plantas de tratamiento operadas por Concesiones Integrales no es la adecuada.
“Una carga importante corresponde a heces fecales tanto humanas como de animales que provienen de las descargas urbanas. Asimismo, en los límites entre Puebla y Tlaxcala todavía existen algunos rastros clandestinos que tienen crianza de animales para la matanza, todos esos desechos también se van al río”, explicó.
Hay 400 % más mercurio, cromo y plomo que el permitido
El 6 de julio de 2011, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el gobierno federal emitieron la Declaratoria de clasificación de los ríos Atoyac y Xochiac o Hueyapan y sus afluentes para proteger, mejorar y restaurar las cuencas.
En los resultados de la última medición del ICAA hecha por el ayuntamiento correspondiente a junio de 2023 se observó que hay en el Atoyac 400 por ciento más mercurio, cromo y plomo que el límite permitido en dicha declaratoria.
En el documento emitido por el gobierno federal se establece que el límite máximo de mercurio debe ser de 0.001 miligramos por litro (mg/L), sin embargo, en los puntos de muestreo Atoyac 3 -confluencia con el río San Francisco- y Atoyac 4 -Planta Tratadora Atoyac Sur- se registraron 0.005 mg/L, es decir 400 por ciento más que lo permitido en la declaratoria.
El mercurio es un metal plateado brillante y líquido a temperatura ambiente, el cual se utiliza en los procesos industriales que producen cloro (plantas de cloro-álcali con tecnología de células de mercurio), monómeros de cloruro de vinilo (MCV) (para la producción de policloruro de vinilo (PVC)) y elastómeros de poliuretano.
Asimismo, se detectaron 0.23 miligramos por litro (mg/L) de cromo total en los puntos de muestreo Atoyac 1 -Covadonga-; Atoyac 2 -Barranca del Conde-; Atoyac 3 -Confluencia Río San Francisco- y Atoyac 4 -Planta tratadora-, índice que es 360 por ciento mayor al establecido en la declaratoria que es de 0.05 mg/L.
En la más reciente muestra se detectaron 0.137 miligramos por litro (mg/L) de plomo, es decir 356 por ciento superior al límite permitido que es de 0.03 mg/L, lo anterior en los puntos Atoyac 1, Atoyac 2, Atoyac 3 y Atoyac 4.
Otros indicadores elevados son la demanda química de oxígeno (DQO), la cual refiere a la cantidad de oxígeno requerido para oxidar la materia orgánica en una muestra de agua, bajo condiciones específicas de agente oxidante, temperatura y tiempo.
El límite permitido de DQO es de 40 miligramos por Litro (mg/L), sin embargo en el punto Atoyac 4 -a un costado de la planta tratadora Atoyac Sur- se disparó en la medición a 286.33 (mg/L) es decir 600 por ciento más que la norma.
Las grasas y aceites en el punto de muestreo Atoyac 4 son de 27.7 (mg/L), es decir 400 por ciento más que el límite permitido de 5.1 mg/L.
En el punto de muestreo Atoyac 4, el zinc registró 0.31 miligramos por Litro (mg/L), es decir 158 por ciento por arriba del límite permitido.
Mientras tanto, en los puntos de muestreo Atoyac 1, 2, 3 y 4 el cadmio registró 0.01 miligramos por Litro (mg/L) 150 por ciento más que el límite permitido; mientras que los cianuros superaron 100 por ciento la norma en los mismos cuatro puntos.
Cabe destacar que se trata de metales pesados que se utilizan en las industrias provenientes de la zona metropolitana de Puebla y de Tlaxcala.
El cromo, por ejemplo, se utiliza principalmente en la industria metalurgia para aportar resistencia a la corrosión y un acabado brillante; el mercurio se usa en procesos químicos, en la industria del plástico, en pinturas, pilas y baterías, aparatos eléctricos y electrónicos, fluorescentes y bombillas de bajo consumo, entre otros.
El plomo se usa en baterías para automóviles y otros vehículos, mientras que los compuestos de plomo se usan como pigmentos en pinturas, en barnices para cerámicas y en materiales de relleno, mientras que la principal aplicación del zinc es la galvanización de piezas de hierro y acero.
No funcionan las plantas de tratamiento de Concesiones Integrales: Torres Jaramillo
Para Torres Jaramillo lo que demuestran los resultados del ICAA con valores altos de DBO y DQO es que las plantas de tratamiento que opera Concesiones Integrales no funcionan adecuadamente.
“No están cumpliendo la función para la cual deben trabajar. No realizan el saneamiento de una manera eficiente. Las plantas fueron diseñadas por etapas de crecimiento. Primero la de tratamiento primario y después las etapas subsecuentes. Desconozco en qué estado se encuentran pero los resultados revelan o que no están construidos adecuadamente con todas las etapas que deben de llevar o están operando de manera deficiente”.
Subrayó que las principales fuentes de contaminación son zonas industriales, áreas de servicio, talleres mecánicos y hospitales, las cuales no cuentan con un sistema de tratamiento adecuado.
Explicó que la demanda química de oxígeno o DQO refiere a los contaminantes inorgánicos, metales y óxidos, mientras que en la demanda bioquímica de oxígeno o DBO están englobados todos los contaminantes orgánicos.
“Si la calidad del agua está siendo deteriorada, tenemos valores del ICAA superiores al 50 por ciento. Esto nos indica que el agua de la cuenca baja del Atoyac no tiene las características físicas, químicas y biológicas de un ecosistema sano. El río está muerto, ya no tiene actividad biológica natural. Ya no hay ranas, sapos, peces que antiguamente existían”.
Expuso que la presencia de animales en la cuenca es de perros, gatos, ratas, cucarachas, arañas, alacranes, es decir, otro tipo de biota que es la que se alimenta de la suciedad que tiene el río.
Agregó que la determinación del ICAA que realiza el ayuntamiento de Puebla debería ser mensual, además de que se requiere de estudios más complejos en los que se use como referencia la Norma Oficial Mayor para descargas en cuerpos agua federales.
“Sobre todo porque hay que hacer la identificación de elementos potencialmente cancerígenos como son los compuestos orgánicos”, expuso.
Hay más de mil 500 descargas al Atoyac en su paso por la ciudad de Puebla
El especialista estimó que en la parte baja de la cuenca del Atoyac y el río Zahuapan hay más de 5 mil descargas provenientes de zonas habitacionales, casas y comercios, la mayor parte de las cuales son irregulares.
De este total, aproximadamente el 30 por ciento, es decir, más de mil 500 descargas corresponden al municipio de Puebla.
Expuso que estas zonas se han encontrado, incluso, rastros clandestinos con canales abiertos que descargan al río.
Torres Jaramillo consideró necesario ordenar las descargas al río como una forma de “atacar la enfermedad que lo está afectando”.
Propuso, en primera instancia, hacer un reconocimiento e inventario de todas las descargas que llegan al río y después construir los colectores marginales para que estas no desemboquen al río y se lleven a los sistemas de tratamiento.
“Si logramos reducir en 10 años el 50 por ciento de las descargas, le vamos a dar factibilidad biológica al río. Tenemos que empezar a eliminar la descargas. Estamos hablando de 30 a 50 años para lograr el cometido”, manifestó.
Adicionalmente afirmó que para revivir la cuenca se requiere reforestar y hacer una prospección directa de sedimentos para determinar cómo está la contaminación.