La chica fue sepultada bajo una gran losa en el suelo de un edificio construido con barro
David Ruiz Marrul / Barcelona / La Vanguardia
El cuerpo inerte de la mujer yacía en el suelo, rodeado de esqueletos de animales salvajes. El cráneo de un uro (un bovino ahora extinto) fue colocado justo encima de su cuerpo, con la mandíbula separada y ubicada a sus pies. Los otros elementos que acompañaban a la joven incluían alas de perdiz, patas de marta y huesos de oveja o cabra esparcidos por todo el lugar.NextStay
Su entierro tuvo lugar alrededor del año 9.300 a.C. en un asentamiento neolítico llamado Çemka Höyük (que significa “montículo junto al agua”), en el sureste de Turquía. Esta cazadora-recolectora tenía entre 25 y 30 años cuando falleció. En vida, probablemente ocupó el lugar de chamán de la tribu, según explican los arqueólogos en un artículo publicado en la revista L’Anthropologie.
En la cuenca del Alto Tigris
Los restos fueron descubiertos en 2019, en una de las campañas que en los últimos años han permitido encontrar un gran número de sepulturas en la cuenca del Alto Tigris. En concreto, esta mujer había sido depositada bajo el suelo de un edificio construido con barro.
Aunque hace aproximadamente 12.000 años las personas que vivían en Anatolia todavía eran cazadores-recolectores, en algunas regiones ya habían comenzado a establecer pequeños asentamientos. Trabajos anteriores han demostrado que enterrar a las personas debajo de sus casas era entonces una práctica común.
Pero a diferencia de otros restos de su época, la chica fue sepultada con una gran variedad de animales a su alrededor, lo que ha llevado a los investigadores turcos a creer que era un chamán o fue sepultada por alguien que realizaba prácticas asociadas a lo que hoy entendemos como animismo o chamanismo.
Dentro de esas creencias, cuyos orígenes hay que buscarlos en lo más profundo de la prehistoria, los hechiceros obtienen su poder de la naturaleza, incluidos los animales, para poder actuar como mediadores entre nuestro mundo y el de los espíritus.Lee también
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En el momento de la muerte de esta mujer, sin embargo, la domesticación de los animales aún no había comenzado, por lo que todos los restos que estaban a su alrededor eran de bestias salvajes. Quizás más sorprendente aún es que el cuerpo de la mujer estaba cubierto por un “inusual” gran bloque de piedra caliza.
Los arqueólogos sugieren que enterrar fieras con la mujer, una práctica que no se ha visto en sepulturas coetáneas, insinúa la posibilidad de que la mujer ocupara un lugar especial en la sociedad gracias a su conexión especial con los espíritus, especialmente aquellos con malas intenciones.
Dañada por las obras de una carretera
Aunque la parte sur del entierro resultó parcialmente dañada debido a la construcción de una carretera entre Çemka Höyük y el río Tigris, la mayor parte permaneció intacta. La joven fue enterrada en decúbito prono, tumbada sobre el lado derecho, con orientación noroeste-sureste y mirando al oeste.
“Teniendo en cuenta que el individuo femenino y los huesos de animales fueron depositados juntos en un mismo entierro, podemos suponer algunas relaciones simbólicas entre los animales y los cazadores-recolectores-pescadores de Çemka Höyük, que ya se habían embarcado hacia una vida sedentaria”, escriben los autores en el estudio.
Marginados que vivían solos
“Un chamán se diferencia de la gente corriente y puede aparecer como una figura carismática, a veces religiosa, pero posiblemente también ‘loca’. Es muy probable que tales personas fueran diferentes también en sus hábitos y es posible que hayan tenido una discapacidad o marcadores visuales que los hicieran diferentes. Tal vez eran marginados que vivían solos a pesar de su papel como viajeros entre mundos. Por esta razón, en muchas sociedades, las ceremonias funerarias de los chamanes son diferentes a los ritos del resto de su comunidad”, concluyen.