El hallazgo probablemente se expondrá en el Museo Arqueológico de Stavanger, a unos 300 kilómetros al suroeste de Oslo.
REBECCA ANN HUGHES / EURONEWS
Un noruego que compró un detector de metales como nuevo pasatiempo ha hecho el «hallazgo de oro del siglo».
Al principio, el detective aficionado pensó que el aparato había reaccionado al dinero de chocolate enterrado en el suelo.
Resultaron ser nueve colgantes, tres anillos y 10 perlas de oro que alguien podría haber llevado como joyas hace 1.500 años.
El raro hallazgo lo realizó este verano Erlend Bore, de 51 años, en la isla meridional de Rennesoey, cerca de la ciudad de Stavanger.
Bore había comprado su primer detector de metales a principios de año después de que su médico le ordenara salir en lugar de sentarse en el sofá.
Ole Madsen, director del Museo Arqueológico de la Universidad de Stavanger, dijo que encontrar «tanto oro al mismo tiempo es extremadamente inusual».
En agosto, Bore empezó a recorrer la montañosa isla de Rennesoey con su detector de metales.
Según un comunicado de la universidad, primero encontró algo de chatarra, pero más tarde descubrió algo «completamente irreal»: el tesoro, que pesaba algo más de 100 gramos.
Según la legislación noruega, los objetos anteriores a 1537 y las monedas más antiguas de 1650 se consideran propiedad del Estado y deben entregarse.
El profesor asociado Håkon Reiersen, del museo arqueológico, dijo que los colgantes de oro -medallas de oro planas, delgadas y de una sola cara llamadas bracteates- datan de alrededor del año 500 d.C..
Se trata del llamado Periodo Migratorio en Noruega, entre 400 y 550 aproximadamente, cuando se produjeron migraciones generalizadas en Europa.
Los colgantes y las perlas de oro formaban parte de «un collar muy vistoso» que había sido confeccionado por joyeros expertos y que llevaban los más poderosos de la sociedad, explicó Reiersen.
Vigilando a los detectives
Añadió que «en Noruega no se había hecho un descubrimiento similar desde el siglo XIX, y además es un hallazgo muy inusual en un contexto escandinavo».
El profesor Sigmund Oehrl, experto en este tipo de colgantes en el mismo museo, indicó que hasta ahora se han encontrado unas 1.000 bracteatas doradas en Noruega, Suecia y Dinamarca.
Los colgantes suelen mostrar al dios nórdico Odín curando al caballo enfermo de su hijo, según Oehrl. En los de Rennesoey, la lengua del caballo cuelga hacia fuera y «su postura desplomada y las patas torcidas muestran que está herido», dijo Oehrl.
«El símbolo del caballo representaba la enfermedad y la angustia, pero al mismo tiempo la esperanza de curación y de una nueva vida», añadió.
El hallazgo probablemente se expondrá en el Museo Arqueológico de Stavanger, a unos 300 kilómetros al suroeste de Oslo.