El gobierno de AMLO debe cambiar de estrategia para «erradicar este tumor» que es la violencia, señala el obispo Cristóbal Asencio García.
REDACCIÓN LA-LISTA
“De unos 25 días para acá, nos volvió la tempestad“, suelta el obispo de Apatzingán, Monseñor Cristóbal Asencio García.
“Se nos prometió al principio que las cosas iban a cambiar pero yo entendí que para mejor no para empeorar la vida de violencia”, lamenta en entrevista para La-Lista.
En los últimos días, las noticias de Apatzingán son de violencia: “Asesinan a balazos a dos taxistas”; “Persiguen y matan a automovilista”; “Matan a titular de Conciliación y Arbitraje”.
Cerca de este municipio, en La Ruana, mataron hace unos días al exlíder de autodefensas, Hipólito Mora.
Para el obispo Cristóbal Asencio, esta ola de violencia ha significado tener un velorio todos los días; “la semana pasada fueron cinco, seis en los mismos días”.
“Ante esta situación hubiéramos querido un día de duelo por los más de 160 mil asesinatos en estos 5 años”, considera, luego de que el fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador celebrara los 5 años de haber ganado la presidencia.
No te pierdas:El activista Julio Acosta es baleado en Apatzingán, Michoacán
“Dije al principio de mi homilía que me hubiese gustado y hubiera sido más saludable para nuestro país convocar a un día de duelo en vez de hacer una fiesta grande. Es como cuando el vecino tiene un cuerpo tendido, está con el dolor, y al lado está una fiesta con música, mariachi, vino, así vi mi país“, confiesa el religioso.
El presidente López Obrador le contestó en su mañanera: “hay veces que la jerarquía de la Iglesia tiene más simpatía por los potentados”.
Pero el obispo lo invita a acudir a Apatzingán y ver que de quienes se rodea son parte del pueblo.
Asencio García consideró que el mandatario no ha encontrado la estrategia adecuada para frenar al crimen organizado. Tan sólo en Apatzingán, dice, se ha detectado la presencia de hasta 7 grupos delincuenciales.
“¿Por qué mejor no un día de duelo?, partiendo de mi realidad local aquí en mi diócesis. El país está ensangrentado, en muchas partes está como en Apatzingán
“No me acostumbro ni quiero acostumbrarme a contemplar este escenario, quisiera cambiar este escenario de muerte por un escenario de vida”, indica.
Entonces recuerda la carta que le envió el papa Francisco hace algunos años.
En ella pidió a Dios que “convierta el corazón de los responsables de tanta muerte y desolación”; y por otra parte, exhortó a los funcionarios públicos a “comprometerse en la erradicación del crimen y de la impunidad”.
Sobre ello, monseñor señala que “el crimen crece porque va acompañado de la impunidad”.
“Hay cada vez más personas que se animan a quitar la vida de sus semejantes viendo que no son castigados los criminales”, apunta.
Por ello considera que el gobierno debería buscar estrategias más eficaces para avanzar en esto y “erradicar este tumor que está en nuestro país desde hace años”.
Y advierte: “Las autoridades solas no podrían, tenemos la sociedad que involucrarnos, estar a favor de la paz, la sociedad de alguna manera tenemos que cobrar consciencia de la urgencia que es dar prioridad a este asunto que nos está quitando vidas de nuestra patria, una paz establecida sobre la justicia, para lo cual se requiere un estado de derecho, pero vemos que el estado de derecho está ausente”, comenta.
A los criminales, el obispo les pide que se conviertan y vivan una vida nueva. En 2018, fue encañonado por uno de estos grupos que le quitaron su camioneta, aunque al día siguiente la regresaron por tratarse de él.
“Siempre les invito a la conversión, porque sé que esto les llevará por un camino de salvación. Si no cambian, va a ser muy difícil que Dios pueda salvarlo… el bien real es que dejen las armas… no quiero su muerte, no quiero que los maten. Muchas mamás sufren al ver así a sus hijos”, insiste el obispo que vio volver la “tempestad” a su pueblo.