Andrés Manuel López Bletrán ocupa el cargo de secretario de Organización Electoral del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)
Fotomontaje del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su hijo Andy López Beltrán ABC
MILTON MERLO / Corresponsal Ciudad de México / ABC
Mientras la política mexicana está dominada por el debate de la reforma judicial, Andrés Manuel López Obrador intenta ubicar a uno de sus hijos, Andrés López Beltrán, como secretario de Organización Electoral del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido político que actualmente gobierna el país y al cual pertenece la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum.
De confirmarse la designación, el hijo del presidente tendrá influencia en las candidaturas y las campañas electorales que definirán el sexenio de Sheinbaum que comienza en octubre. Será, además, un atajo para López Obrador para seguir teniendo peso en la política desde su retiro en Chiapas.
Lo cierto es que, en este momento, casi ningún político importante visualiza a López Obrador como retirado. Ha ubicado a más de treinta funcionarios en el gabinete de Sheinbaum, tutelará el próximo gobierno de la Ciudad de México, senadores y diputados le responden y, ahora, además, se asegura el futuro de Morena donde ya ubicó a la próxima dirigente del partido: será la actual secretaría de Gobernación Luisa María Alcalde.Noticia Relacionada
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Este movimiento genera rechazo en el entorno de la próxima presidenta. Según pudo conocer ABC, Sheinbaum quisiera el cargo de secretario de Organización para un perfil de su confianza, no solo para tener un pie en el partido, sino que, fundamentalmente, para evitar las críticas que va a generar la presencia allí del hijo del presidente.
Andrés López Beltrán, mejor conocido como ‘Andy’, es el más político de los hijos de López Obrador y ha estado involucrado en política desde que su padre era jefe de gobierno de la Ciudad de México, entre el 2000 y el 2006.
Su principal papel en temas electorales ha sido el de recolectar recursos para las campañas. El sistema es el habitual: todo tipo de potenciales proveedores del gobierno aportaban a las campañas morenistas a cambio de, ya una vez en el poder, recibir contratos que bastaran para recuperar la inversión y tener ganancias.
De 38 años de edad, Andy López Beltrán no es un gran ideólogo ni un consumado lector como su padre. Le gustan los buenos restaurantes, volar en aviones privados, moverse en vehículos blindados y ha tenido relaciones personales con mujeres de alto perfil, como modelos y actrices.
La debilidad del presidente
Quienes conocen de cerca el vínculo entre padre e hijo cuentan que Andy ha sido siempre la debilidad del presidente porque este se sentiría culpable por haberle dedicado poco tiempo en la infancia y que, ya de adulto e incorporado a su armado político, el mandatario le permitiría cualquier tipo de maniobra sin cuestionarlo.
Muy amigo de sus amigos, en el gobierno actual Andy ya ha ubicado a varios cuadros. Entre los funcionarios considerados cercanos al hijo del presidente están Juan Pablo de Botton, Subsecretario de Egresos; Carlos Torres, Secretario Técnico de la Presidencia y coordinador de Programas para el Bienestar; Marath Bolaños, secretario del Trabajo y Daniel Asaf, coordinador de logística de la Presidencia.
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Tal nivel de influencia también ha implicado señalamientos recurrentes de supuestos movimientos irregulares. La agrupación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ha denunciado que Andrés López Beltrán y su hermano Gonzalo, de 32 años, han incidido en favor de empresarios amigos para que obtengan contratos de obras públicas, como el malecón de Villahermosa, por el que fueron vinculados con el constructor Alejandro Castro.
También se les relaciona como amigos de socios de la empresa Romedic, con contratos para Pemex, el extinto Insabi y los Gobiernos de Tabasco y Quintana Roo. El socio principal es Jorge Amílcar Olán, que también ha participado como proveedor en la construcción del Tren Maya, una de las obras insignia del gobierno de López Obrador.
Uno de los casos más escandalosos, donde aparece involucrado Olán, tuvo como epicentro la nueva refinería de Dos Bocas. Dos días antes que López Obrador pusiera la primera piedra de la construcción de esa instalación petrolera, el amigo de su hijo Andy adquirió 18 hectáreas en un terreno contiguo a un precio de apenas 6 pesos el metro cuadrado (menos de un euro), pese a que el valor comercial en esa zona ronda los 1,200 pesos el metro (60 euros).
Andy ha negado cualquier relación con empresarios beneficiados con obra pública. En un documento difundido el 23 de julio rechazó los involucramientos: «Nunca hemos recomendado a ninguna persona o empresa para la obtención de contratos de obra pública en dicho proyecto (malecón) ni en ninguno otro».
Este papel de intermediario, ahora combinado a un potencial cargo en Morena es lo que preocupa en el gobierno que viene: creen que López Beltrán podría expandir sus negocios a temas partidarios que, finalmente, impactarían en la imagen de Sheinbaum.
Los gobernadores morenistas además rechazan que Andy les quiera designar candidatos en sus estados y buscan alguna señal de Sheinbaum para frenar el ascenso de López Beltrán en Morena.
Un tema particularmente delicado es la venta de candidaturas, práctica ya habitual en Morena pero que con el hijo del presidente podría salirse de control. Por ejemplo, en las pasadas elecciones, según pudo conocer esta redacción, ciertas candidaturas a diputaciones federales se habrían vendido en dos millones de pesos (alrededor de 100 mil euros).
Fuente: https://www.abc.es/internacional/amlo-deja-colocado-hijos-abandonar-poder-20240907150524-nt.html