Por Fernando Manzanilla Prieto
Desde el inicio de la pandemia quedó claro que a mayor circulación del virus mayor probabilidad de que éste mute y que surjan variantes más contagiosas y letales. Pero la velocidad con la que lo han hecho ha sorprendido al mundo. ¿Será que la vacunación masiva tiene algo que ver en esto?
En un reciente reporte de las autoridades de salud del gobierno inglés sobre la situación de la nueva oleada de contagios (https://bit.ly/3rmJwEv), se señala que existen cuatro riesgos asociados a un alto número de infecciones: un incremento en hospitalizaciones y muertes; inasistencia laboral, incluidos los trabajadores del sector salud; y el creciente riesgo de la aparición de nuevas variantes. “La combinación de alta prevalencia y altos niveles de vacunación —dice el reporte— crea las condiciones en las cuales una `inmune escape variant´ —es decir una variante que logra evadir el sistema inmune del huésped— es más probable que surja. La posibilidad de que esto ocurra es desconocida, pero una variante como esta representaría un importante riesgo, tanto en el Reino Unido como a nivel internacional”.
Esta es la primera vez que un reporte oficial, en este caso del gobierno británico, acepta la posibilidad de que, debido a la aplicación masiva de vacunas, surjan nuevas variantes que logren evadir el efecto inmunológico generado de manera natural o por las propias vacunas. Los primeros casos de este fenómeno conocido como “breakthrought infection” se detectaron en Israel, el pasado mes de abril. Recordemos que Israel fue el país que más rápido logró inmunizar a la mayor parte de su población. A pesar de ello, cerca de 400 personas que acababan de recibir su segunda dosis tuvieron que ser hospitalizadas con síntomas severos de Covid producidos por la variante Delta. ¿Cómo era posible que alguien que ha recibido una vacuna se contagie con la misma enfermedad que se supone que la vacuna previene?
Esta situación ha prendido las alarmas a nivel mundial ya que, de acuerdo con diversos científicos, entre los que destaca el virólogo belga Vanden Bossche, esto se debe a que la vacunación masiva podría estar produciendo una rápida evolución de nuevas variantes, más resistentes, que acaban por infectar con mayor severidad no solo a quienes no han sido vacunados, sino también a quienes ya han recibido la inmunización.
La lógica detrás de la hipótesis de Vanden Bossche es que, cuando un virus infecta a una población va mutando de manera natural conforme avanza la pandemia. Pero si en medio de ésta, haces algo que acelere la evolución del virus, como, por ejemplo, una vacuna que no es 100% efectiva, el virus mutará más rápido hasta lograr evadir las defensas producidas por la misma inmunización. En otras palabras, la vacunación masiva podría crear una crisis sanitaria peor que la que produce la pandemia misma.
Según Vanden Bossche, al generar la aparición de nuevas variantes cada vez más resistentes, la vacunación masiva ha producido una peligrosa combinación de fuerzas que representan un riesgo de salud a nivel global. Por una lado, una fuerte presión producida por el alto nivel de infección viral; y, por otro, la erosión de la protección derivada de la inmunidad natural del cuerpo para neutralizar el virus.
Todavía es muy pronto para sacar conlusiones definitivas respecto a la dimensión y alcance del fenómeno denominado “breakthrought infection”. No obstante, el reporte del gobierno inglés se suma a las recientes declaraciones de Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud, quien alertó que “hay una fuerte probabilidad de que surjan nuevas variantes preocupantes, posiblemente más peligrosas y más difíciles de controlar” que la Delta.
Considerando que nosotros apenas estamos al inicio de la tercera ola de contagios, es muy importante estar antentos a cuál es la causa de esta evolución acelerada de nuevas variantes y estar preparados a reaccionar de la mejor manera posible. Seguiremos sobre el tema.