El sandinismo detiene al sexto precandidato presidencial, dirigentes estudiantiles y campesinos
DANIEL LOZANO / EL MUNDO
«Estoy preparado para los dos escenarios: cárcel y muerte. Quienes queden, deben continuar. Esta es una lucha de relevo». El reconocido dirigente estudiantil Lesther Alemán pudo despedirse de sus más cercanos antes de ser detenido, con golpiza incluida, en la noche del lunes. Las fuerzas gubernamentales sacaron a golpes a Alemán de la vivienda de su madre, a la que encerraron en una de las habitaciones.
Junto al sexto precandidato presidencial, el líder campesino Medardo Mairena, encabeza la lista de seis nuevos encarcelados en El Chipote tras otra «noche de terror» en Nicaragua, como la definió el Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh).
«Vale la pena sufrir por la justicia, la democracia y la libertad. ¡Fuerza Nicaragua, mantengámonos en resistencia!», destacó Mairena en un mensaje al país dado a conocer tras su detención.
La penúltima embestida de Daniel Ortega estaba cantada: contra Mairena y contra Alemán ha ejecutado tres años de venganza personal en distintos capítulos, pero faltaba el zarpazo final. El líder campesino es uno de los precandidatos opositores de mayor peso político y Alemán, junto a la ex prisionera política Amaya Copens, es la voz más poderosa entre los jóvenes.
Pese a ello, el principal «pecado antirrevolucionario» de ambos data de 2018, cuando los dirigentes se convirtieron en los contrincantes más contundentes del caudillo sandinista durante el Diálogo Nacional, retransmitido por televisión. «¡Ríndase!», le espetó Alemán al caudillo a muy pocos metros, en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo.
«Los campesinos nos hemos unido a respaldar a los jóvenes, no tenemos armas, somos un cuerpo civil. Hemos reclamado justicia desde muchos escenarios y no hemos sido escuchados», se encaró por su parte Mairena con Ortega, sorprendido y casi paralizado ante la contundencia de los opositores.
Tamaña rebeldía le costó a Mairena una condena de 216 años de cárcel por romper el orden constitucional, de la que cumplió 11 meses en El Chipote antes de ser amnistiado. No se libró ni de las torturas ni de las amenazas contra su familia. Antes de la rebelión popular de 2018, el dirigente campesino ya había encabezado las protestas contra la construcción de un canal para hacer competencia al de Panamá, que iba a ser ejecutado por un empresario chino próximo a la familia presidencial.
Junto a Mairena fueron apresados otros dirigentes del Movimiento Campesino de Nicaragua, que también pasaron por la cárcel, como Pedro Mena, además de Freddy Navas y Pablo Morales.
El otro líder estudiantil capturado es Max Jerez, presidente nacional de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN). «Hoy más que nunca nos une la esperanza para seguir demandando la libertad de nuestro pueblo y la de todos los presos políticos», detalló Jerez en un vídeo que dejó grabado antes de ser detenido.
Todos ellos sufrían el asedio sandinista desde hacía días, incluso Mairena denunció que la policía persiguió a los cuatro dirigentes campesinos durante todo el lunes.
LA GRAN VENGANZA DE LOS ORTEGA
En la Nicaragua que se desangra, como recordó monseñor Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa, la pareja presidencial ha usado la famosa Ley Guillotina para apresar a seis precandidatos presidenciales (la periodista Cristiana Chamorro, su primo el economista Juan Sebastián Chamorro, el ex embajador en EEUU Arturo Cruz, el activista Félix Maradiaga y el periodista Miguel Mora, además del propio Mairena), tres ex guerrilleros sandinistas (los ex comandantes Dora María Téllez y Hugo Torres, además del ex canciller Hugo Víctor Tinoco), disidentes, periodistas, empresarios y hasta un banquero.
En torno a 30 dirigentes, «rehenes electorales», como los cita Carlos Fernando Chamorro desde su exilio de Costa Rica. Cristiana (secuestrada y aislada en su vivienda) y el dirigente liberal Pedro Joaquín Chamorro, hijos de la ex presidenta Violeta Barrios, también forman parte de la gran venganza de la familia Ortega.
Precisamente Humberto Ortega, hermano mayor del líder revolucionario y ex comandante en jefe del ejército sandinista, negó el domingo, en entrevista con CNN, que ninguno de los detenidos sean terroristas o traidores a la patria.
«¡Es tiempo de unidad y solidaridad! ¡No nos acostumbremos a las acciones criminales de la dictadura! ¡No perdamos la esperanza!», subrayó el arzobispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, quien por orden del papa Francisco abandonó Nicaragua con destino a Managua. Báez es una de las voces más preclaras contra la dictadura de los Ortega.
Las primeras reacciones internacionales de repulsa y estupor llegaron hasta el Parlamento Europeo, donde el eurodiputado José Ramón Bauza (Cs) reclamó al Alto Representante, Josep Borrell, «lo que le exigí hace casi un año: sanciones efectivas contra Ortega, Murillo y toda su banda criminal, liberación de los presos políticos, no reconocimiento del fraude electoral y activación inmediata de la cláusula democrática del Acuerdo de Asociación».
Borrell, sin embargo, no quiere nuevas sanciones contra Managua. El canciller europeo adelantó que mantendrán el acuerdo «porque beneficia al pueblo, no al Gobierno».
Ortega cuenta con el apoyo irrestricto de las revoluciones aliadas, confirmado la semana pasada en la cumbre de Caracas, aunque atraviesa dificultades con algunos de los miembros del Grupo de Puebla, como México y Argentina, con rifirrafe incluido con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
«Exigimos acciones según la Carta Democrática Interamericana y su sistema de derechos humanos», insistió Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos. Argentina, México y Honduras se abstuvieron en la votación que en junio condenó en la OEA la caza y captura emprendida por el sandinismo.
«Sigue la brutal arremetida contra críticos en Nicaragua. Urge redoblar la presión internacional para frenar a Ortega«, sentenció José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW).
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2021/07/06/60e4827dfdddff81a88b45fa.html