Por Jesús Manuel Hernández
Decía Joly en “El Arte de Medrar”: “Vale más tener ambición que aptitudes… El instinto de dominación es una de las leyes morales que explican la existencia de las sociedades políticas. Cada hombre en particular cree en su capacidad y quiere ejercer su imperio. Uno acepta la dominación de alguien para ejercerla a su vez; de ahí las jerarquías sociales”.
Lo sucedido en las últimas semanas en el entorno político de los poblanos significa un cúmulo de actos de poder emanados de una conciencia de que, si se tiene el poder, es para ejercerlo, no para compartirlo; quizá para algunos una premisa muy pragmática, pero que, por ello mismo, sus resultados están a la vista.
Hace semanas que no se dice nada en la prensa de las auditorías a la BUAP, un tema escabroso que dejó secuelas en ambas partes, pero que al final la balanza se inclinó por el más poderoso.
Desde hace semanas el gobernador aseguraba a sus íntimos que el compromiso con la 4T sería cumplido pese a la participación de la oposición. Un meticuloso trabajo de selección de aspirantes y la conveniente plataforma sumada a una planeada operación de limpiar el terreno, dieron resultado el domingo 6 de junio, cuando la Iglesia Católica celebraba a San Norberto, el fundador de los Premostratenses, aquél santo que aplicó el Salmo 37 cuando se preguntaba en el altar “¿Señor, qué quieres que yo haga?” y el salmo decía “Apártate del mal y haz el bien”, una especie de recomendación generalizada a quienes ejercieron el voto duro contra López Obrador y a favor de los aliados al PAN, con lo cual se permitió ejercer en su totalidad el poder del gobernante. El clásico diría “quien pregunta y obedece, no se equivoca”.
El compromiso no era ganar la capital del estado, era aportar el mayor número de diputados federales, útiles para la composición de la Cámara de Diputados y en esa acción, garantizar el dominio en el Congreso del Estado, con lo cual la 4T poblana tendrá espacio de operación.
Actos de poder, sin duda, emanados de estrategias, operaciones al fin y al cabo que tenían un objetivo común y los actores desempeñaron su papel bajo una sola dirección, como en la orquesta, la batuta marcó el ritmo y obtuvo el aplauso.
La condición humana nuevamente a prueba en este galimatías de partidos y movimientos políticos y sociales donde el elector, el pueblo, se convierte nuevamente en un simple espectador que aplaude a quien ejerció el poder a su conveniencia.
Releer a Maurice Joly reafirma muchos conceptos sobre el acceso al poder, por desgracia el abogado y escritor, amigo de Víctor Hugo no sabía de la posverdad.
Las elecciones del domingo 6 de junio dejan un hueco, como socavón, para llenar con información, investigación y análisis al margen del ejercicio del poder.
Y como bien escribió Antonio Gala: “Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra”.
O por lo menos, así me lo parece.
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Video en: https://youtu.be/bvzFKMKFlZE