Se esperaban cifras récord en la puja y no defraudó. La pieza, compuesta por 500 diamantes y con una oscura leyenda, fue adquirida por una mujer que peleó de forma «enérgica»
C.V. / Vanitatis
Esta mañana, una mujer desconocida y con una cartera bien nutrida es la flamante nueva propietaria de una joya histórica que se subastó el miércoles en Ginebra. Se trata del fabuloso collar Anglesey, una pieza de origen desconocido que se cree fue engastada con diamantes procedentes del collar maldito de María Antonieta. Sotheby’s Ginebra subastó el ‘négligé’ esta semana y se esperaban cifras récord. Finalmente, la pieza alcanzó los 4,5 millones de euros.
El collar, del que ya hablamos en este medio, partió de un precio ‘modesto’ de licitación de 1.200.000 francos suizos (1.280.000 euros). Pero, como escribía Andrés White Correal, presidente de Sotheby’s Jewellery EMEA, en el dossier de la puja, «independientemente del lugar exacto, el año o la identidad de quién encargó esta magnífica joya, es innegable decir que es de la máxima importancia histórica y de una belleza deslumbrante. Es una obra maestra de la era georgiana y una clase magistral de diseño, artesanía e innovación técnica para la época».
Según ha informado la prestigiosa firma, la puja fue «enérgica» y finalmente el precio final alcanzó los 3,55 millones de francos suizos (4 millones de euros), a los que hay que añadir los impuestos y comisiones. La compradora, no identificada, que hizo su oferta por teléfono, estaba «extasiada», explicó White Correal a AFP. “Ella estaba lista para pelear y lo hizo”, dijo, describiendo el momento como “una noche eléctrica”. “Obviamente, existe un nicho en el mercado para las joyas históricas con una procedencia fabulosa… La gente no solo compra el objeto, sino que compra toda la historia que está asociada a él”, dijo.
Algunos historiadores sostienen que parte de los 500 diamantes con los que cuenta esta pieza proceden del collar que le costó el cuello a María Antonieta. En el conocido como ‘asunto del collar’ se encuentra la semilla de lo que cuatro años después se convirtió en la Revolución Francesa. Por resumir, la reina consorte de Francia tuvo que enfrentarse a la falsa acusación de que había participado en una maniobra para estafar a los joyeros de la corona adquiriendo un costosísimo collar de diamantes que luego rehusó pagar. Aunque luego se demostró que la reina no había participado en la estafa, el escándalo alcanzó gran relevancia pública y política, y socavó aún más el prestigio de Luis XVI y su corte, ya abandonados en aquel entonces por la vieja nobleza y por el pueblo. Tuvieron mal final, como saben.
Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con aquel fabuloso collar tras el escándalo. La publicación íntegra del diario de un gran personaje de la época, el político conservador Henry ‘Chips’ Channon, ha arrojado algo de luz al respecto recientemente. El 6 de julio de 1946, Channon escribe al llegar de una fiesta: «Clare (la duquesa de Sutherland) parecía joven y llevaba el famoso collar de diamantes de María Antonieta, o al menos dos de sus cabos. El resto, según la historia, se rompió antes de la Revolución Francesa, pero creo que las borlas de diamantes de Anglesey, que Marjorie Anglesey a veces lleva, son parte de él».
Sea como fuere, la pieza también tiene valor en sí misma. Se trata de un collar fabricado en el siglo XVIII, compuesto por tres filas de diamantes rematadas con una borla en cada extremo que ha llegado hasta nuestros días sin ninguna modificación. La pieza formó parte del patrimonio de los marqueses de Anglesey, que lo lucieron en las coronaciones de Jorge VI y de Isabel II, hasta que lo vendieron y desde entonces se encontraba en una colección privada asiática. “Esta espectacular joya antigua es una increíble superviviente de la historia”, afirma Sotheby’s.
«El afortunado comprador se llevó una espectacular pieza histórica», dijo Tobias Kormind, director de la joyería de diamantes en línea más grande de Europa, 77 Diamonds, en un comunicado. “Con diamantes de calidad excepcional de las legendarias minas indias de Golconda, ahora extintas, la historia de un posible vínculo con María Antonieta, junto con el hecho de que se usó en dos coronaciones, hacen que este collar del siglo XVIII sea verdaderamente especial”.