El periodista Jesús Lemus advirtió que enviar Fuerzas de Élite a combatir la guerra en Sinaloa abre la puerta para que el narco los reclute: “les están enviando un libro para que se actualicen en tácticas, investigación, infiltración y tortura”
Carlos Martínez / Vanguardia
Al cumplirse un mes de la intensa guerra entre Los Chapitos y El Mayito Flaco, el gobierno mexicano ha decidido reforzar las labores de seguridad en Sinaloa con la llegada de un grupo de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano, provenientes de la Ciudad de México.
Estos elementos se establecerán en las instalaciones de la Novena Zona Militar, en Culiacán, y se espera que su presencia incremente el control en la región. Sin embargo, el periodista Jesús Lemus ha advertido que esta estrategia podría estar repitiendo un error histórico que se vivió a finales del milenio pasado con el nacimiento de Los Zetas.
El periodista Lemus, conocido por su análisis crítico del contexto de seguridad en México, recordó en una reciente entrevista lo sucedido en Tamaulipas hace más de dos décadas. Según su advertencia, la llegada de fuerzas especiales a zonas conflictivas podría derivar en un fenómeno similar al que originó uno de los cárteles más violentos de la historia del narcotráfico mexicano: Los Zetas.
El Sinaloa con Harfuch contra el Sinaloa sin Harfuch
— Neoliberalover (@neoliberalover) October 9, 2024
El primero video es de Omar García paseando por Sinaloa fuertemente escoltado, curiosamente no se escucha un solo disparo, no hay un solo indicio de violencia.
El segundo video son los integrantes del pueblo bueno, de noche,… pic.twitter.com/RBNVN6QxVt
Los Zetas nacieron a fines de los años 90, cuando Arturo Guzmán Decena (alias El Z-1), un ex militar de las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano (GAFE), convenció a varios de sus compañeros de unirse al Cártel del Golfo bajo el mando de Osiel Cárdenas Guillén. Lo que comenzó como un brazo armado de protección y ataque, pronto se convirtió en una organización independiente, utilizando sus tácticas de guerra y entrenamiento militar para dominar territorios y sembrar el terror en diversas regiones del país. Hoy, aunque debilitados, los remanentes de este grupo siguen operando bajo los nombres de Zetas Vieja Escuela y Cártel del Noreste, principalmente en el norte del país.
LA LECCIÓN DE LOS ZETAS
Lemus advierte que el envío de tropas de élite a Sinaloa podría generar un resultado similar: “¿Qué pasó cuando mandaron también fuerzas especiales a Tamaulipas? Pues nacieron Los Zetas. Entonces, todo esto que estamos viviendo ahorita es una historia que ya vivimos y queremos repetirla. Parece que no entendemos”.
La preocupación radica en que los criminales no solo podrían secuestrar a los soldados para extraer información, sino también convencerlos de desertar y unirse a sus filas, tal como ocurrió con Los Zetas. Lemus señala que esto podría actualizar y reforzar las capacidades operativas del narcotráfico, que recibiría “conocimientos de guerra, tácticas, investigación, infiltración, inteligencia y tortura” por parte de estos elementos altamente capacitados.
CONTEXTO ACTUAL DE VIOLENCIA
La llegada de las Fuerzas Especiales a Sinaloa se produce después de una reunión entre el gobernador Rubén Rocha Moya, el secretario de Seguridad Omar García Harfuch, y el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Ricardo Trevilla Trejo. A esta acción, se sumarán también más elementos de la Guardia Nacional, en un intento por controlar la violencia desatada desde el 25 de julio.
El conflicto entre facciones del Cártel de Sinaloa, como Los Chapitos y El Mayito Flaco, ha dejado hasta la fecha un saldo alarmante: 187 homicidios dolosos entre el 9 de septiembre y el 9 de octubre, y 278 personas desaparecidas desde la detención de Ismael El Mayo Zambada. A pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum ha minimizado la gravedad de la violencia en Sinaloa al compararla con los crímenes ocurridos en Guanajuato, su gabinete de seguridad ha dado prioridad a la región en su agenda.
¿HACIA UN NUEVO CAPÍTULO OSCURO?
La preocupación de expertos como Jesús Lemus no es infundada. La historia reciente muestra que el uso de fuerzas de élite para combatir al narcotráfico no siempre ha resultado en una victoria para el Estado. Los Zetas, con su brutalidad y tácticas militares, son un recordatorio de los riesgos que conlleva esta estrategia.
“Con uno que deserte de las Fuerzas Especiales y se pase a las filas del narcotráfico, les estarían entregando ‘instrumentos de capacitación’ al crimen organizado. Les están mandando un libro, un manual al narcotráfico para que se actualice”, advirtió Lemus.
La pregunta que queda en el aire es si el gobierno ha aprendido de los errores del pasado o si, como sugiere el periodista, está repitiendo un ciclo que podría traer consecuencias aún más devastadoras para la seguridad de México.
Fuente: Vanguardia