A una semana del inicio de la incursión terrestre de Israel, los refugios en el Líbano se están saturando, advirtieron los responsables de ayuda humanitaria.
Aaron Boxerman / Aryn Baker /Ben Hubbard / Alan Yuhas / NYT
Militantes de Hizbulá dispararon cohetes contra ciudades israelíes y libraron combates terrestres con soldados israelíes en el sur de Líbano el miércoles, mientras Naciones Unidas advertía de que casi un millón de libaneses habían huido de la guerra que se extiende entre Israel y los grupos respaldados por Irán en Medio Oriente.
En una señal de la creciente escala de la guerra, las órdenes de evacuación israelíes cubren ya una cuarta parte de la superficie de Líbano, según Naciones Unidas, que afirma que los llamados han hecho huir a la población de más de un centenar de pueblos y zonas urbanas.
“A la población del sur del Líbano: ¡Tengan cuidado!”, dijo el miércoles un portavoz militar israelí, Avichay Adraee, en una advertencia en árabe publicada en internet. Las fuerzas israelíes, dijo, seguían “atacando emplazamientos de Hizbulá en su pueblo y cerca de él, y por su propia seguridad tienen prohibido regresar a sus casas hasta nuevo aviso”.
Más de 600.000 personas de los 5,4 millones de libaneses se han desplazado dentro del país, amenazando con saturar los refugios, advirtieron funcionarios de la ONU, y otras 300.000 han huido al extranjero. La mitad de las escuelas públicas del Líbano se han convertido en refugios, dijo el miércoles el grupo de ayuda Save the Children.
“El impacto humanitario es absolutamente terrible”, dijo el miércoles Duncan Sullivan, jefe de programa de la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
La guerra comenzó hace poco más de un año, después de que militantes de Hamás dirigieran un ataque contra Israel desde la Franja de Gaza. Las fuerzas israelíes se movilizaron para destruir a Hamás allí, pero cuando Hizbulá se unió rápidamente a la lucha desde el norte, disparando cohetes contra Israel, Israel se vio envuelto en hostilidades en otra frontera.
Durante los meses siguientes, los intercambios de disparos desplazaron a decenas de miles de personas en Líbano e Israel. Entonces los soldados israelíes cruzaron la frontera.
Las autoridades militares israelíes han calificado la invasión de limitada y han afirmado que su objetivo es limpiar la zona fronteriza de combatientes y armas de Hizbulá.
Mientras luchan en el norte, las fuerzas israelíes han continuado su batalla en Gaza y también han intensificado la acción militar en Cisjordania, ocupada por Israel. Al menos cuatro personas murieron allí, en Nablus, el miércoles en una redada de fuerzas israelíes encubiertas, según el Ministerio de Salud palestino y la policía israelí.
Pero son las tensiones entre Israel e Irán —patrocinador de Hamás y Hizbulá— las que más han contribuido en los últimos días a mantener en vilo a la región. Una semana después de que Irán lanzara una andanada de misiles contra Israel, tanto sus aliados como sus adversarios están a la expectativa.
El miércoles, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, lanzó una nueva advertencia sobre Irán.
“Nuestro ataque será mortífero, preciso y, sobre todo, sorprendente”, dijo. “Quien intente dañar al Estado de Israel pagará el precio”.
Los funcionarios estadounidenses, preocupados por una escalada incontrolada, se vieron sorprendidos por la reciente embestida de Israel contra Hizbulá y obstaculizados en sus esfuerzos por negociar un alto el fuego tanto en ese conflicto como en la guerra en Gaza.
Las relaciones entre los aliados se han tensado seriamente. El miércoles, por primera vez en dos meses, el presidente Joe Biden y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu hablaron por teléfono.
Irán también ha tratado de estrechar relaciones con sus vecinos árabes esta semana, enviando a su ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, en una gira que incluyó a algunos de los socios más cercanos de Estados Unidos en la región. El miércoles visitó a uno de esos socios: Arabia Saudita, viejo rival de Irán.
Antes de partir de Teherán, Araghchi dijo que Irán no quería una guerra con Israel, pero que estaba preparado para contraatacar si era atacado. También dijo que Irán mantendría su apoyo a grupos militantes como Hamás y Hizbulá, una red que se autodenomina “eje de la resistencia”.
Hizbulá ha sufrido los embates de Israel en las tres últimas semanas, pero el grupo sigue contando con un arsenal formidable.
Una descarga de misiles de Hizbulá mató el miércoles a dos personas en la ciudad de Kiryat Shmona, en el norte de Israel, dijeron los servicios de emergencia israelíes. Y seis personas resultaron heridas de metralla tras el impacto de un cohete en una carretera de circunvalación cerca de la ciudad septentrional de Haifa, dijo el ejército israelí.
La descarga siguió a otra noche de ataques aéreos israelíes en las zonas densamente pobladas cercanas a Beirut donde Hizbulá ejerce su dominio, y a un ataque israelí cerca de la embajada iraní en Siria.
Más de 800 de los 990 refugios del Líbano ya están llenos, según el gobierno, y los pocos que tienen sitio suelen estar demasiado alejados para que los residentes puedan llegar a ellos, dijo Sullivan, el funcionario de la ONU. Algunos solo tienen uno o dos aseos para un centenar de personas, y carecen de electricidad, iluminación adecuada o zonas seguras para mujeres y niños.
La Unión Europea también anunció el envío de tres aviones cargados de ayuda humanitaria a Beirut.
Fuente: NYTimes