Por Werner G.C. Voigt / Juan Carlos Botello
Hace dos semanas, bajo la cabecera “¿Estamos en vísperas de otra Catástrofe?” los autores advertimos de la crítica y peligrosa situación afectando las vías aéreas de México publicada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) tanto como seis aerolíneas internacionales, controladores de vuelo y pilotos profesionales.
Ante la indiferencia de la 4T frente a esta alarmante situación, el martes 25 de mayo de 2021 la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) nos presentó la factura en hacer público a nivel internacional lo que ya se venía esperando desde hace días – la degradación a Categoría 2 en materia de seguridad aérea. El anuncio de la FAA se hizo después de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por medio de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), no cumpliera con los ocho elementos a evaluar durante una auditoría exhaustiva. 1. Legislación aeronáutica, 2. Reglamentos operativos, 3. El sistema de aviación civil del país, y sus funciones de supervisión de la seguridad operacional, 4. Capacitación del personal técnico, 5. Orientación técnica, 6. Herramientas y suministro de información para la seguridad, 7. Licencias y certificaciones, autorización y aprobación y 8. Resolución de problemas de seguridad.
La FAA llegó a la conclusión que, derivado de las deficiencias encontradas en la auditoría, México debe ser degradado a la Categoría 2. Por lo que respecta a las líneas aéreas estadounidenses, éstas no podrán vender boletos con códigos compartidos con las empresas aéreas mexicanas, lo cual afectará especialmente a Aeroméxico y su alianza con Delta Airlines y de Volaris con su asociación con Frontier Airlines.
Ahora bien, seguramente se preguntarán: ¿Como determina la FAA si un país – como México ahora – es Categoría 2? Mediante una auditoría llamada: Evaluación de Seguridad en la Aviación Internacional (IASA) la Administración Federal de Aviación (FAA) de EUA determina si la supervisión de un país a sus compañías de transporte aéreo que operan en Estados Unidos cumple con los estándares de seguridad establecidos por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
La evaluación IASA se enfoca en la capacidad que tiene un país – no de las aerolíneas en lo individual – para cumplir con las normas internacionales. Según la FAA, México como país, carece de leyes y reglamentos necesarios para respaldar la certificación y supervisión de las compañías aéreas (al menos nos faltan 100 inspectores), también carece de experiencia, recursos y organización para otorgar licencias (en este contexto cabe mencionar que Rodrigo Vázquez Colmenares, el brillante director de nuestra AFAC fue despedido en favor de un anciano ex militar, Jorge Arganis, cuya experiencia y prioridades no tienen nada qué ver con la aviación civil), así mismo nuestro país no cuenta con personal técnico y mecánico debidamente capacitado y certificado, México no proporciona una capacitación adecuada a los controladores de vuelos – mucho de ellos no hablan inglés – para garantizar el cumplimiento de las normas internacionales mínimas referente al manejo de las aerovías y por último tiene documentación y registros de certificación totalmente insuficientes, una supervisión contínua inadecuada de las operaciones de los transportes aéreos.
Las consecuencias de los resultados de la auditoría son que las aerolíneas con bandera mexicana no podrán continuar o expandir sus operaciones a los E.U.A. excepto con aeronaves arrendadas con tripulación de un transportista estadounidense o tripulación que tenga certificación de un país de Categoría 1 y en este momento nos encontramos en el listado de la categoría 2 con países como: Bangladesh, Curazao, Ghana, Malasia, Pakistán, Tailandia, Antigua, República Dominicana, Granada, San Vicente y Venezuela. ¿Y que dice AMLO?: “México está cumpliendo con las normas internacionales que deben cumplir las líneas internacionales y nacionales, se puede probar que no hay ningún pendiente … no es un asunto que considere grave.”
El efecto sobre el turismo en nuestro país va a ser devastador ya que agencias de viajes en EUA y Canadá están emitiendo advertencias alarmantes a sus clientes y lo más grave de todo es que se está construyendo el aeropuerto de Santa Lucía con enormes deficiencias y derroche de dinero sólo para convertirse en un aeropuerto doméstico dónde evidentemente ni se construyó el NAICM ni tampoco se va a solucionar el problema del tráfico aéreo y todo esto por los caprichos, a decir de la revista The Economist, de un falso mesías.