Los Periodistas

Campañas políticas: Entre soberbia y traiciones

Por Luis Soriano Peregrina

Derivado que en Voz Ciudadana por los Derechos Humanos tenemos propuesta una Agenda Político Electoral en materia de Derechos Humanos, así como la firma de la carta por los Derechos Humanos por parte de todas y todos los candidatos de los diversos partidos en todo el país, hemos tenido la oportunidad de ver las actitudes y dinámicas que en todos los partidos existen como una encarnizada competencia electoral pero, lo que ha sido una constante es la soberbia y traiciones en unas y otros.

Bien dicen varias de nuestras compañeras que, estas campañas son el fiel reflejo de la descomposición social que vivimos en nuestro país, la polarización que solo está trayendo mayores divisiones entre unos y otros. Lo que sucede hoy en las campañas es el resultado de años de inyectarle a la sociedad una cultura de discriminación, de soberbia, egoísmo muy propio de la cultura neoliberal que se sustenta bajo la lógica del individualismo rapaz, que incentiva a la competencia entre iguales para aspirar a tener un peso más que el de enfrente, o que tu coche sea más nuevo o la pantalla más grande que tu vecino. Ni siquiera miden sus logros a razón de sus propios satisfactores, sino la medida es cuánto tiempo tardo en tener lo que tiene el otro, incluso destrozando su vida para arrebatárselo, aunque yo no lo necesite.

Hoy vemos en su mayoría en los puestos de poder y de candidatos a psicópatas integrados narcisistas y, esto esta trayendo como consecuencia que estas campañas estén llenas de soberbia y traiciones que reitero, es el reflejo de esta sociedad en la que hoy vivimos, con el tejido social roto, sin sentido de pertenencia comunitaria, sin respeto al ser humano, al ser no humano o al medio ambiente. Hoy lo más importante para muchos es el dinero, el poder y, en algunos casos, mantener sus privilegios. 

En cuanto a la soberbia hemos identificado una arrogancia enorme en aquellas y aquellos nuevos políticos que, derivado de la oleada López Obrador, terminaron llegando al poder. Políticas y políticos que en aquellas épocas, hace tres años se ganó al electorado por su humildad y trato digno pero, que hoy a tres años de esa fotografía, la realidad es otra. En algunos casos están enfermos y enfermas de esta vanidad. Hoy todas y todos piensan que su triunfo pasado cercano fue gracias a su gracia y gloria, y que ahora sucederá lo mismo que antes, sin embargo algunos puntos son diferentes. Uno, Andrés Manuel -aunque aun es factor- no estará en la boleta; otro que llegan a la urna no con humildad sino con mucha soberbia, aunado al desgaste natural de ya haber sido gobierno y no solo eso, sino de ser gobiernos que tardaron más tiempo del normal en aprender y que en algunos casos siguieron sin saber cómo.

Esta misma arrogancia lo hizo elegir a quienes los acompañarían en esta lucha electoral siendo personajes fieles pero que nada representan, o lo que representan es más negativo que positivo, incluso se eligieron a personajes sumamente obscuros que son parte de regímenes del pasado y que están allí por serle leal al candidato principal y no tanto al proyecto o la ideología donde se encuentran. Otros más, hoy están sumados a estos candidatos porque son especialistas en vender espejitos pero, su misión es reventarlos en campaña o en su caso reventarlos en el proceso de su gobierno.

Esta sociedad civil mercenaria que tanto sirvió a los intereses del neoliberalismo mexicano y que, les lavaba la cara a esos dictadorzuelos fascistas por lo que según hoy combaten pero en realidad los representan por esas elecciones previas a la constitución. Muchas y muchos han perdido todo, dignidad, respeto y hoy son tan iguales al resto aunque en su discurso dicen no ser iguales, ellas y ellos serán los responsables de que el día de mañana vuelva la derecha radical a gobernar solo que sin máscaras y mostrando su verdadero rostro fascista.

En esta elección aún alcanza más la marca MORENA pues sigue siendo muy poderosa, y muchos errores se invisibilizarán por la propia marca y gracias a ésta, muchos malos candidatos volverán a ganar, pensando que son buenos candidatos, lo cual pondrá en riesgo la elección presidencial en tres años, aunque también ayudará a que otros buenos y buenas candidatas se posicionen y se fortalezcan aún más frente al reto en tres años. Frente a la marca MORENA encontramos lo contrario, vemos figuras que tienen más positivos que la marca que representan y que ese empuje los harían ganar pero, insisto, la marca pesa y tal vez el PRIAN sea tan mala marca que tronará algunos buenos candidatos a diferencia de la otra marca.

El principal enemigo en ambas marcas es la soberbia, en la mayoría de los candidatos y sus dirigentes. Entiendo que sus sondeos y encuestas reales se los han hecho ver y por lo mismo están cambiando su discurso. Muchas y muchos ahora si están volteando a ver a quienes ignoraron desde hace mucho, pero dígame estimado lector, cuando les volverán a creer aquellos candidatos que ya traicionaron y no cumplieron.

Las traiciones aquí están. Hoy están buscando provocar la derrota de quien los eligió candidatos; unos porque al ganar pueden ser rivales poderosos en las aspiraciones dentro de tres años y otros porque las derrotas los hacen potencializarse aquellos que son candidatos plurinominales y se deshacen de quienes son sus jefas o jefes para caminar en la ruta de sus propias aspiraciones personales. En diversos estados del país, los gobernadores están buscando alianza con los que serán los diputados de oposición para fortalecer su situación dentro del partido que representan para tener pleno control de quienes lo sucederán en el cargo.

En cuanto a los que son o serán los diputados de las mismas siglas del gobernador en turno están buscando debilitarlo para minarle su poder y no estén en condiciones de elegir a su sucesor. Todo esto está sucediendo frente a un proceso lleno de mentiras, falsedad y carente de dignidad, insisto, como un fiel reflejo de lo que la sociedad mexicana considera que es lo normal.

Lo que nos deja todo lo anterior es que hoy nuestra muy puericia democracia mexicana sufre una caída, como las caídas que sufren los niños cuando están aprendiendo a caminar, pues son cuestionables los árbitros, partidos, candidatos, cómo fueron elegidos, las campañas, capacidades, intenciones; esto más toda la perversidad que vemos en esta elección es indicativo de que nuestra democracia no pasa de ser un recién nacido, pues seamos honestos la democracia electoral en México funciona desde que Andrés Manuel llegó al poder, pues antes era la simulación de la democracia electoral en manos de unos cuantos.

Hoy en día es aplicable aquel dicho que dice que el poder iguala y hoy todos los partidos son iguales, tal vez las personas sean diferentes pero los partidos no. Hoy todos los partidos tienen a su propio Mario Marín, a su Saul Huerta, a su Moreno Valle, a su Peña Nieto. Como personas tal vez sean distintos pero mientras sigan actuando todos iguales de poner y quitar a sus cuates, los igualan. Si de verdad quieren ser distintos, urge que no solo en campaña sino en el ejercicio del poder sean tomados en cuenta para los puestos más altos de la administración pública a los activistas y profesionistas con experiencia, comprometidos con sus respectivas ideologías y ya no a las cuotas de poder. Urge que tomen en cuenta a aquellos que están luchando y no lucrando. Si no se hace esto en todos los partidos e ideologías, motivará el regreso del neoliberalismo rapaz, hoy convertido en fascismo depredador y muy probablemente nuestro destino será muy similar al de Brasil de hoy o la Colombia de los últimos 30 años.

Hoy los partidos políticos han perdido.

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