Una acción policial en Jerusalén el mes pasado estuvo entre los incidentes que condujeron a la situación que se vive ahora.
Por Patrick Kingsley / THE NEW YORY TIMES
JERUSALÉN — Veintisiete días antes de que se disparase el primer cohete desde Gaza la semana pasada, un escuadrón de policías israelíes entró en la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén, apartó a los asistentes palestinos y atravesó el vasto patio de piedra caliza. Luego cortaron los cables de los altavoces que transmiten las oraciones a los fieles desde cuatro minaretes medievales.
Era la noche del 13 de abril, el primer día del mes sagrado musulmán del Ramadán. También era el Día del Recuerdo en Israel, que honra a los que murieron luchando por el país. El presidente israelí iba a pronunciar un discurso en el Muro de los Lamentos, un lugar sagrado para los judíos que se encuentra debajo de la mezquita, y las autoridades israelíes temían que las oraciones lo ahogaran.EL TIMES: Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos.Sign Up
El incidente fue confirmado por seis funcionarios de la mezquita, tres de los cuales lo presenciaron; la policía israelí declinó hacer comentarios. En el mundo exterior, apenas se registró.
Pero en retrospectiva, la incursión policial en la mezquita, uno de los lugares más sagrados del islam, fue una de las varias acciones que condujeron, menos de un mes después, a la repentina reanudación de la guerra entre Israel y Hamás, el grupo militante que gobierna la Franja de Gaza, y al estallido de los disturbios civiles entre árabes y judíos en el propio Israel.
“Este fue el punto de inflexión”, dijo el jeque Ekrima Sabri, gran muftí de Jerusalén. “Sus acciones provocaron el deterioro de la situación”.
El deterioro ha sido mucho más veloz, devastador y de mayor alcance de lo que nadie imaginaba. Ha provocado la peor violencia entre israelíes y palestinos de los últimos años, no solo en el conflicto con Hamás, que hasta el sábado había matado al menos a 145 personas en Gaza y a 12 en Israel, sino en una oleada de ataques multitudinarios en ciudades mixtas árabe-judías de Israel.
Ha generado disturbios en ciudades de la Cisjordania ocupada, donde las fuerzas israelíes mataron a 11 palestinos el viernes. Y ha provocado el lanzamiento de cohetes hacia Israel desde un campo de refugiados palestinos en Líbano, ha llevado a los jordanos a marchar hacia Israel en señal de protesta y ha llevado a los manifestantes libaneses a cruzar brevemente su frontera sur con Israel.Los cohetes de Gaza: un arsenal renovado que le preocupa a Israel
La crisis se produjo cuando el gobierno israelí luchaba por su supervivencia; cuando Hamás —que Israel considera un grupo terrorista— intentaba ampliar su papel dentro del movimiento palestino; y cuando una nueva generación de palestinos reivindicaba sus propios valores y objetivos.
Y fue el resultado de años de bloqueos y restricciones en Gaza, décadas de ocupación en Cisjordania y otras décadas de discriminación contra los árabes dentro del estado de Israel, dijo Avraham Burg, expresidente del Parlamento israelí y expresidente de la Organización Sionista Mundial.
“Todo el uranio enriquecido ya estaba en su sitio”, dijo. “Pero se necesitaba un detonante. Y el detonante fue la mezquita de Aqsa”.
Habían pasado siete años desde el último conflicto importante con Hamás, y 16 desde el último gran levantamiento palestino, o intifada.
No hubo grandes disturbios en Jerusalén cuando el presidente Donald Trump reconoció la ciudad como capital de Israel y trasladó nominalmente la embajada de Estados Unidos allí. No hubo protestas masivas después de que cuatro países árabes normalizaran sus relaciones con Israel, abandonando un consenso largamente mantenido de que nunca lo harían hasta que se resolviera el conflicto palestino-israelí.
Fuente: https://www.nytimes.com/es/2021/05/19/espanol/palestinos-Israel-a-que-se-debe-la-crisis.html